viernes, 31 de julio de 2009

Érase una vez...

En cierto sentido, se está solo. Siempre.


“Run your fingers through my soul. For once, just once, feel exactly what I feel, believe what I believe, perceive as I perceive, look, experience, examine, and for once; just once, understand.” -unknown
Nada vuelve. Algo viene.


(Qué rostros. Qué miradas. Qué banda sonora.)

martes, 28 de julio de 2009

22,7

El próximo se la carga.Es cierto que durante este año he bajado de peso, concretamente de 77 a 71kg. Esto implica que mi índice de masa corporal ha evolucionado de

77/(1,77x1,77)=24,6 = Peso normal
a
71/(1,77x1,77)=22,7 = Peso normal

Para mi género, estatura y peso, mi índice masa corporal debería estar entre 19 y 25. Peso ideal entre 68 y 72 (Asics dixit). Pues ya he perdido la cuenta de las veces que me han dicho, durante todo este año, lo mucho que he adelgazado, si no estaré enfermo o si estoy por debajo de mi peso normal. ¡Pero si pesé entre 70 y 72kg durante años! ¡Si me lo han dicho desde antes de empezar a perder ni un gramo!

Me fui a tomar un café. Me senté junto con unos compañeros de trabajo y uno de ellos me pregunta. "¿Te encuentras bien?". Y a continuación "Estás demasiado delgado, ¿no estarás enfermo" y hace un gesto tocándose la cara y estirando la piel como si estuviese tocando una calavera. Vamos, como si fuese un enfermo terminal. Después de que le dijese que no, unas cuantas veces, y de oír el discurso más oído de los últimos tiempos, la conversación derivó hacia otros conocidos. Y no le dije nada. ¡Qué autocontrol!

¡Si es que soy un santo!

Y ya está bien, a ver si dejan de mirar la paja en el ojo ajeno y se miran la puñetera viga que tienen en el suyo. En concreto, este tipo tiene sobrepeso, presume de dormir 5 horas o menos todos los días, fuma todo lo que puede y no hace ejercicio. ¿A qué viene su supuesta preocupación?A partir de ahora no me voy a cortar. El siguiente que me diga algo en relación con mi peso que no me guste (es decir, cualquier cosa), va a escuchar la bordería más grande que se me ocurra en ese momento. Y me las pinto solo para esto. Avisen a sus amigos, niños, no estoy de humor.A ver si me dejan tranquilo.

(Me parece que ya voy necesitando las vacaciones.)

viernes, 24 de julio de 2009

Y van dos

Pues eso, que estamos en plena faena. Un montón de trabajo de oficina y un montón de horas. Este año no va a ser como el año pasado. Cambio el esquema. Así que me escapo a la hora de siempe, entreno, veo a la familia, cenamos juntos (o no, depende del día) y después continuo trabajando hasta cuando toque. Y al día siguiente más. El fin de semana, con el portátil a casa y listo. No me quejo, pero no hay felicidad perfecta.

Antes de ayer carrera a pie. Se suponía que debía correr ligero pero sin forzar. Claro que esto implica que controlo los ritmos y sí, me gustaría poder hacerlo. También me gustaría no despistarme dejando volar la cabeza y fijarme de vez en cuando en los mojones que marcan los quilómetros. Como ni lo uno ni lo otro, y ayudado por el bonito rompepiernas que es el camino que va de Cangas a Moaña, me pasé de rápido y llegué a casa arrastrando la lengua.

Ayer no podía ser menos, a las nueve en la piscina. Marea alta = agua no muy fría. Pues no, agua fría, turbia y un oleaje molesto. Y allí estaba como un corcho de la barca a la boya y de la boya a la barca. Hay días que parecen 75 metros y otros 150. Cada vez estoy más seguro de que cambian la barca de sitio por fastidiar. 28 minutos antes de la congelación definitiva. Tembleque hasta las diez de la noche. En fin. Ahora, a trabajar que va a ser que necesito cobrar a fin de mes y estas aficiones mías me cuestan un dinerito.

¡Qué siga!

miércoles, 22 de julio de 2009

Una pausa

Supongo que a los informáticos les parecería fatal (o les parece, no lo sé y no lo voy a preguntar), pero me gusta escuchar música en el trabajo utilizando youtube. Lo malo es que encadeno una canción tras otra y apenas veo los videos. Esta mañana volví a disfrutar de la música de Sigur Rós. Este vídeo me encanta, merece la pena que hagáis una pausa de poco más de 6 minutos.

Glósóli

¿Sabéis las veces que he soñado que volaba? Creo que es el sueño más recurrente que he tenido. El final del video es acongojante, porque produce cierta congoja. Los directores quisieron jugar con el espectador y crear cierta ambigüedad. Lo consiguieron, es precioso.

lunes, 20 de julio de 2009

Dudando, dudando


Pues nada, que estoy más que dubitativo. Unas me vienen y otras me van. No sé si apuntarme y si me apunto la corro, a la maratón de Oporto. Fecha, el próximo 8 de noviembre. Creo que me da tiempo a prepararla, claro que voy un poco justo. También es cierto que si me decido, debería quitarle tiempo a la bici, ahí me duele. Si le quito más a la natación, dejo de nadar.
Por lo de pronto me he bajado un programa de entrenamiento y veo que el programa es asequible, si no fuese porque programa 3 ó 4 salidas de 175 minutazos. No sé, no sé.
Nota: La foto la he tomado prestada del blog 40 formas de intimidad.

martes, 14 de julio de 2009

2º Objetivo anual: Marcha Cicloturista Tea, ¡conseguido!


El objetivo era completar una marcha ciclista de más de 100km y eso hice. Cicloturista del Tea, 117km según mi ciclocomputador. Muy contento.
Antes de las 7 ya estaba despierto, normal, sino no llegaba a la salida. Pero también es cierto que esta marcha me hacía ilusión. El perfil era durillo, rompepiernas y más bien largo, aunque asequible (eso esperaba). Sin embargo, después del fiasco del fin de semana pasado no las tenía todas conmigo.
El cartel del evento

A las ocho y media ya había recogido el dorsal, el chip, el bidón de regalo y una bonita cerámica conmemorativa, artesanía galega oiga. Por supuesto, también me había bebido un rico chocolate caliente. Tuve tiempo de ver a mucho ciclista con más aspecto de “pro” que de cicloturista de medio pelo: rostros afilados, cuerpos fibrosos, piernas depiladas y buen equipamiento con aspecto de estar muy usado. “Hoy, me pulen.”
La montaña rusa

Poco antes de la salida me encuentro a dos hermanos de Ribadavia con los que jugué tardes y tardes en el instituto. Sabía que les gustaba la bicicleta, así que tiene su lógica que hayamos coincidido. Pese a los años, siguen más o menos como siempre. El mayor está intratable, completó la marcha en menos de cuatro horas y resulta que es triatleta, o practica triatlón, ¡qué ya no sé! Unas palabras y para la salida.
La salida fue puntual. Sin apretones, el pelotón fue cogiendo velocidad rápidamente y yo flipando. “¿Cómo? ¿Éste va a ser el ritmo? ¡Estoy j.!” con apenas 7km mi velocidad media era de 29km/h. Desde luego, mi ritmo para esta distancia no es ese, así que me empezaron a pasar a derecha e izquierda sin conmiseración. Bueno, afortunadamente hubo que subir el alto del Festín al pasar Mondariz y esto estabilizó las posiciones de cada uno. Me resultó simpático ver como ya hubo quien atajó por no subir unos pocos metros más. “Si con 18km ya atajas, lo tienes crudo filliño. Y el primer pinchazo. Uno de los súper-preparados reparándolo en la cuneta, después nos pasó subiendo a toda velocidad. Antes veía las averías de los demás como algo ajeno, pero ayer sudaba en frío. Y de repente, ay, ay, ay, el cambio no trasero no saltaba bien entre las coronas 5ª, 6ª y 7ª. “No puede ser, ¡hoy no!” Afortunadamente, sólo estaba, está, un poco fuera de punto. En agosto lo arreglo porque en julio no podré tocar más la bici. Lo malo es que me dio un poco de lata.
No me entretendré contando todos los repechos al 4, al 5 o al 7%, pero sí diré que el recorrido era realmente bonito. Auténtico rural gallego, carreteras estrechas, reviradas, aldeas tranquilas, bosques con árboles autóctonos y no autóctonos, una delicia para los sentidos. Otro día paseo a la familia en el coche por la parte del recorrido que no conocen. Merece la pena.
No lo he dicho, pero el día amaneció cubierto e incluso durante algunos tramos lloviznó, lo que añadió un puntito de dificultad: “¡Qué mal se ve! Qué zona de niebla... ¡Pero si llevo las gafas mojadas!” Lo que no fue tan divertido fue ver a aquel ciclista ya talludito al que atendía la ambulancia en… ¿una recta?
Cuando ya llevábamos varios altos coronados, tenía la sensación de ser más escalador que el más escalador de los colombianos, pero llegó el alto de Moncelos y puso las cosas en su sitio. Del kilómetro 80 al 90, hubo que sufrir. La primera parte la subí sin dificultad, pero la segunda parte se me atragantó y me arrastré hasta el alto, en el que nos esperaba el avituallamiento. En el momento se sufre como un perro, pero, la verdad, si no tienes la sensación de haberte esforzado, estas cosas pierden su gracia, ¿o no?
El alto de Moncelos, no era difícil, sino fuese porque ya llevaba 80km encima

Aprovecho la ocasión para hablar sobre comida y bebida (pero al estilo deportista, es decir, nada de sabores y texturas extraordinarios). Para la marcha no me la jugué con los avituallamientos de la organización. Éstos eran estupendos: agua, refrescos, zumos, fruta, pastelitos y en abundancia. Sin embargo, visto lo visto, me llevé mis barritas, geles y bebidas isotónicas. Lo que ya sé que funciona. Así que, excepto el agua y un par de plátanos, no caté las excelencias del avituallamiento durante la carrera. Aún así, hubo un momento en el que tuve unos preocupantes amagos de calambres que pensé me iban a fastidiar el día. Pero nada, finalmente, todo bien.
Una vez superado Fontefría, me pongo el chubasquero para la bajada, y eso que lo de los equilibrios en marcha los llevo fatal, y consulto la velocidad media. “Menos de 24km/h. No puede ser, me voy a quedar a un pelo de hacer una media de 25km/h. ¡A por todas!” Ya no tenía fuerzas para subir, pero sí para bajar y llanear. Arriba plato, abajo coronas, cuerpo tendido y a levantar esa media. ¡Qué tensión! Que poco a poco subía la velocidad. Pedaleando a 40, 45, 50, 55km/h, pero nada, que no llegaba. Como la bajada era larga, a pocos kilómetros de Ponteareas, por fin veo la deseada cifra y, por si acaso, sigo apretando. Al final, llego a meta muy contento y sano y salvo por los pelos, ya que en la última rotonda un coche se cruzó por delante de mi y tuve que apretar los frenos con fuerza.

Ahora una ensaladilla de datos para los curiosos:
Tiempo total de marcha: 4h55min, velocidad media global 23,6km/h, tiempo total de pedaleo 4h40min, velocidad media efectiva 25,2km/h. El día que me afeite las piernas, ¡vuelo!
Puesto: 500 de 599 llegados, 650 inscritos. Ya se sabe, soy como las cajas, cumplo una labor social. Si no estuviese a cola de pelotón, el resto no podría estar delante.
Cadencia de pedaleo 76ppm, ¡cómo se notan los altos!
Calorías quemadas: 3.382kcal. ¡Ja!, me río yo de las dietas de 1.500kcal para adelgazar. Por cierto, peso antes de la prueba 71,5kg (según dicen mi báscula pesa un kg de más, yo creo que no, je, je), peso del lunes por la mañana 70,8kg. Seguro que casi todo fue desgaste muscular, ¡éramos pocos y parió la abuela!
Pulsaciones medias: 149, altas, altas. Pulsaciones máximas: 170, esto tuvo que ser bajando, porque subiendo Moncelos iba muerto.
Coste de la inscripción (incluyendo la licencia de un día): 28€, baratísimo. Con los pinchos comieron los participantes y sus acompañantes (empanada, tortilla, jamón,…) incluyendo los míos, claro.
El recuerdo que me servirá de excusa para contar una batallita más.

Mención especial a la organización. Todo perfecto.

viernes, 10 de julio de 2009

Piropeado sobre la marcha

Ayer estrenaba mi traje nuevo de tri. Lo hice durante un breve entrenamiento en bici por el Morrazo. Ya había pasado Moaña y subía un repecho cerca de Domaio, cuando me adelantó un Ibiza con las ventanillas bajadas. Una chica (eso creo) me gritó:

¡¡¡ Ese culito prietooooo!!!

Je, je, ¡hay que fastidiarse! Uno en plena faena y otras vacilando. La verdad es que en el último año es la tercera vez que me pasa (dos veces en la bici y una corriendo, se ve que en bañador pierdo mucho). No quiero ni pensar que les puede suceder a esos deportistas famosos, portada de todas las revistas que son jóvenes, feos y ricos.

En fin, lo importante es que estrenaba mono y las conclusiones son:
  1. Comodidad: sin duda, me queda como un guante (para bien y para mal).
  2. Estética: se sale, no hay más que ver el éxito sobre la marcha.
  3. Durabilidad: ya veremos, ya veremos. Mi coulotte habitual tendría que haber salido bueno y parezco un niño pobre salido de una novela de Dickens de tan rotas que están las costuras.

¡Venga, buen fin de semana!

jueves, 9 de julio de 2009

Una piscina de agua fría

Ayer fue uno de esos días en los que haces mil gestiones y no todas van bien. El correo, el teléfono, las reuniones...no muchas horas pero sí intensas. Así que me subí al coche y mi cabeza todavía no había desconectado. Un pensamiento lleva a otro, y otro a otro, y ya estaba desbarrando. Queda mejor decir reflexionando, pero estaba desbarrando. Sobre las expectativas que uno genera, o le generan, sobre su carrera, o su vida.
Llegué al camping y me preparé para bañarme. Incluyendo el gorro del domingo que se ve muy bien y me recuerda que completaré un tri en mi próximo intento y sino en el siguiente. Ya pasaban las nueve de la noche cuando me metí en la piscina. 22 minutos justos de natación y salí corriendo del agua como si fuese a montarme en la bici, ¡qué frío! Una tiritona de órdago en pleno mes de julio. Me duché con el agua hirviendo y tardé en sentir las manos y las plantas de los pies.
Lo cierto es que hasta hace un par de horas ni me acordé de lo que venía pensando. Un baño frío, una ducha caliente y dormí como un bebé (de esos que a veces duermen toda la noche).

¡No hay nada como entrenar a diario!

lunes, 6 de julio de 2009

Abandono


Una pena, mi primer triatlón y el primer abandono de mi corta y modesta carrera deportiva. No me queda más remedio que reconocer que no se puede ir tan al límite con el material. Aunque en mi descargo diré que precisamente compré una bicicleta de carretera este año, y no de montaña, porque esperaba debutar en un triatlón de carretera.
Llegamos con tiempo a Tomiño, con tiempo de participar en la reunión técnica, de recoger el dorsal, gorro y demás, y con poco tiempo para comer. La temperatura era suave, el cielo estaba cubierto y el agua estaba bien, al menos para nadar sin neopreno, pues iba de "natural". La salida tuvo su emoción y su propia sintonía, ya que un grupo de gaiteros nos obsequiaba con un poco de folclore gallego. Se trataba de cruzar la frontera nadando, el río Miño. Durante la natación me desvié del recorrido, novato total, ya que me arrastró la corriente. Pese a los metros de más, no salí el último del agua (en serio escribo que antes de la salida creí que esta era una posibilidad real). Para la siguiente, no salgo de último y nado con un poco más de fuerza, que bien pude hacerlo.
Después transición y a la bici. En teoría, tres vueltas por un recorrido en Vilanova de Cerveira y regreso a España. Ya finalizando la primera vuelta, en el último repecho duro, antes del llano que picaba para abajo, mi cambio dijo basta. Supongo que después de 15 años y habiendo sido diseñado más para el paseo que para otra cosa, si pudiese hablar me hubiese insultado a base de bien. Dobló hasta la patilla del cuadro a la que se fija el cambio. Todos mis intentos para enderezarlo, hubiese acabado a piñón fijo si hubiese podido, fueron vanos. Resultado, abandono por avería mecánica.
Lo más positivo del día fue que me encontré con un compañero de estudios al que hacía años que no veía. Resulta que ya en la universidad era triatleta. ¡Tantos viajes juntos en tren y no lo sabía!
Podría decir que he cubierto otro de los objetivos del año, participar en mi primer triatlón, pero así no vale. Que yo sepa quedan dos populares más en Galicia, así que, ¡allá voy!

viernes, 3 de julio de 2009

Cambio de residencia

Desde el 1 de julio cambio de residencia: me mudo a una casa móvil al otro lado de la ría. No es que me vaya de vacaciones, ya me gustaría, pero al menos cambio de aires, aires más libres y puros. Seguiré la política de menos es más: menos metros cuadrados, electrodomésticos, ropa,... y más posibilidades de relajarse viendo la ría después de la cena, charlando mientras bebemos una rica cervecita, más baños al atardecer, lugares nuevos para correr o pedalear... La única pega: sin conexión a internet, al menos en "casa".

Encabezando la entrada una foto de la piscina. Uno de los objetivos de este año es hacerle un largo. Aunque he revisado la agenda de agosto y puede que haga un cambio de última hora. Está por decidir.

PD: Si comienzo a dejar pocos comentarios o no leo más o menos pronto los míos, el curioso lector ya sabe cual es la razón.