Ayer me desperté en Benavente. Me fui hasta Azpeitia en coche y volví desde allí a Vigo. Más de mil cien kilómetros en coche en solitario.
Un recorrido así da para mucho, o para nada. No lo tengo muy claro. En cualquier caso, recorrer largas distancias te permite disfrutar de paisajes muy distintos que te llevan a pensar en lo arbitrario de las fronteras. Pero también en como los lugares marcan a sus gentes y así se forman los pueblos. Este es un país al que une una lengua común y separan los acentos.
¡Qué cardados! ¡Cuánto postureo en sólo cuatro minutos y medio!
También se puede escuchar mucha música. A mi me gusta la variedad, fuertes contrastes y mucho rock'n'roll. Una cosa es disfrutar de Bob Sinclair o David Guetta y otra bien distinta que sea lo que más escuche. Por aquí dejo algunos videos de lo que sonó ayer.
Y si se pone la radio, claro, cae algún noticiario, algún fragmento de alguna tertulia, alguna opinión trascendente y muchas intrascendentes. No llevo bien ese chorreo de información repetida. Que si Matas, que si Matas, que si Matas, que si Matas... ¡ah! y lo del perro que mordió a Maradona. Decía el periodista argentino que Maradona es tan fuera de serie que consigue que, de lo que no es noticia por definición, se hable en todo el mundo.
Pero sobre todo da tiempo a pensar en muchas cosas. En el mucho mundo que queda por ver. En las cosas que sucedieron y en las que sucederán. En los lesionados y en los enfemos. En politica, en deporte, ¿cómo voy a cuadrar mis entrenos?, en trabajo, ¡queda tanto por hacer!, y en si los chicos de verde habrán estado atentos. Espero que no.Lo malo es que tantas horas después, no vi la luz. Somos polvo en el camino. Cena pasada la medianoche y otro día sin entrenar.