Falló la concentración durante buena parte del sector acuático, incluyendo la salida
Nos metimos en el agua para salir unos setecientos cincuenta metros depués. El mar estaba revuelto. Al menos a mi me lo parecía. Las pequeñas olas se sucedían rápidamente y me sentí como un corcho abandonado a su suerte. No veía claramente las boyas y tampoco alcanzaba a mantener un ritmo constante. A cambio, en seguida me quedé solo y nadie me golpeó en exceso. Desde luego, yo no sacudí a nadie.
Llegando a la playa, me puse de pie antes de tiempo y caí para volver a levantarme.
Si aquello hubiese sido Normandía hubiese desembarcado en la costa vivo, que no es poco.
Juanjo transicionando a mitad de pelotón. Excelente carrera posición 69 de 146 llegados. ¡Pillín!
Desde la playa fui trotando hasta boxes mientras me peleaba con el neopreno. Localicé la bicicleta, me puse las zapatillas y salí al circuito. Me costó encontrar el ritmo, pero creo que excepto en un repechín al final del circuito, en todo momento mantuve una velocidad superior a los treinta kilómetros por hora. Como viene siendo habitual, no alcancé a ningún grupo y maniobré con cuidado en los giros. Aún así a punto estuve de caerme al meter la bici en una zona de arena. Como novedad, llevé a mi rueda durante casi la mitad del recorrido a otro triatleta.
Si aquello hubiese sido Stalingrado hubiese resistido el asedio.
Dos malas transiciones se encargaron de rebajar una media razonablemente buena.
Y así, llegué a la carrera a pie. Deseando saber si el haber mantenido un ritmo vivo, para mi, claro, había provocado un destrozo. Al principio de la primera de las tres vueltas adelanté a dos conocidos a los que esperaba haber alcanzado en el sector ciclista. Supuse que al menos uno trataría de darme alcance. Sin embargo, me encontraba cada vez mejor y cada vuelta la hice más rápida que la anterior. Aún así, en los últimos metros de la carrera vi a unos trescientos metros a uno de esos veteranos independientes y a un chico que parecía ir desfondándose. Me dio coraje: "pero si parece que son de los que no entrenan". Y fui a por ellos, adelantándoles al sprint.
Si aquello hubiese sido el Alamein apenas me hubiese dado tiempo a escapar rumbo a Túnez, perseguido por Montgomery.
En la bici me seguiste...
Fotografías tomadas de BagRap.