domingo, 31 de octubre de 2010

Primeras impresiones

Con la salida matutina de hoy, completo las dos primeras semanas de un total de cuatro, o quizás seis, que marcan el inicio de la temporada y deberían de prepararme para aumentar progresivamente la carga de entrenamiento.
Hora y media de rodaje a ritmos tranquilos, bajo todo tipo de condiciones lluviosas. Es decir, desde la llovizna hasta el aguacero, pasando por el chubasco. Llovía.
Sin embargo, pedalear por el Ribeiro es un placer. Si además se utiliza una bicicleta vintage, el paseo adquiere un carácter especial. Las primeras sensaciones fueron malas, pero a medida que caían los kilómetros me sentía cada vez mejor.
Dos semanas en las que he realizado 16 de las 18 sesiones programadas. Me he saltado dos de natación y las dos durante esta semana. He comprobado que después del parón de tres semanas mi forma ha caído algo más de lo previsto. Así, voy un poco más lento corriendo, bastante más lento en la bicicleta y casi igual de lento que siempre nadando.
Lo que no veo nada claro es de donde voy a sacar el tiempo para entrenar lo que necesito para saltar de distancia. Encajar todos los entrenos ha supuesto un esfuerzo importante y, no sé si se ha notado, ni tengo tiempo para escribir en este humilde blog, ni apenas para leer los blogs de otros.
Pero al mal tiempo, buena cara. Hoy no me he cruzado con ningún ciclista y los conductores que me miraban desde sus coches lo hacían con cara rara. Supongo que muchos creen que para subir el Tourmalet basta con hacerse una transfusión.
Sabré ser paciente y constante. Roma no se construyó en un día.

lunes, 18 de octubre de 2010

Finde romántico

Pues así se me presentó la escapada: "Mr. M y yo tenemos permiso para un fin de semana romántico. Un sinsentido por amor". Un sinsentido por amor al deporte. Cargaron los trastos a la furgoneta, es decir las bicis y las tablas de surf, y se vinieron a la California gallega, que no es otra que las Rías Baixas. Yo tuve la suerte de que me invitaran a compartir ruta. Su idea era superar los 100km, algo a todas luces excesivo para mi actual estado de forma, pero qué menos que realizar parte del recorrido.
Así, salimos de Baiona en dirección al sur. Terreno llano y rápido que pedaleamos alegremente hasta la Guardia. El tiempo pasaba deprisa y también salimos tarde, por lo que al echar un vistazo al reloj comprobé que ya no había quien arreglase el desaguisado. Entonces, ¿por qué no subir hasta el Santa Tecla?
Es una subida bonita, corta, unos dos kilómetros, con un desnivel de poco más de 300m y unas pocas curvas de herradura que sirven para hacerse sentir ciclista al más fuerte y desgraciado al débil, mental. ¡Qué bonitas son las subidas en bicicleta! Rápidamente cada uno se puso en su sitio. A falta de pelotón un autobús turístico sirvió de acicate para que Megamán saltase como una liebre y detrás Mr. M (que otra cosa no será, pero picado es un rato largo). El Xocas, sabedor de sus fuerzas, ni intentó salir al quite. Con subir, bajar y llegar a destino tenía suficiente.
Ya de regreso las fuerzas me flojearon. Así que obligué a mis compañeros de fatigas a bajar un poco el ritmo. Lo cierto es que cuando llegué a casa sumé dos más dos y salieron cuatro, claro. Pero esta insignificancia no deslució una bonita ruta en inmejorable compañía. Después, he oído que el fin de semana dio mucho de sí...

sábado, 16 de octubre de 2010

El amor

Hay amores a primera vista. Amores llevados por la ligereza, que arrancan con potencia y sin perder tracción.
Hay otros amores que son el sueño de una noche de verano. Llegados para impresionar, triunfar y encandilar con movimientos que los más convencionales no podrían soñar.
Pero hay amores para toda la vida.
Amores quizás menos impresionantes, que no van tan veloces y se hacen más pesados.
Y aún así, son los amores que sabemos nos acompañarán toda una vida e incluso transcenderán el tiempo.

miércoles, 13 de octubre de 2010

¿El justo término medio?

Después de una temporada enfocado en la corta distancia, para 2011 me planteo probar con la media distancia. Para ello, se deben dar una serie de condiciones. La primera es que pueda entrenar con regularidad y volúmenes algo mayores que los actuales. Ésto no va a ser tarea fácil. El año pasado hasta junio lo fui consiguiendo, después todo se lió. La segunda condición es que no me lastime, y pierda entonces entrenos, incumpliendo la primera norma.
Pero si todo sale bien, entre finales de abril y junio, participaré en un triatlón de esos en los que se nadan 1,9km, pedalean 90km y corren 21km. A continuación, enumero los candidatos por si alguno quiere opinar o doy alguna idea que pueda ser útil.
Triatlón Internacional de Lisboa
Se celebrará el 30 de abril de 2011. Desde mi particular punto de vista, lo mejor de este triatlón es que se celebra en Lisboa. Además, es un triatlón con solera, lo que debería de ser una garantía de buena organización. Sin embargo, tiene varios inconvenientes. Es el triatlón más caro de los tres que barajo. No estoy preparado para pagar 160€ por participar en una prueba (crudo lo tengo cuando me clasifique para Hawaii un año de estos). Por otra parte cae demasiado temprano. En fin, lo tengo casi descartado, pero nunca se sabe.

Triatlón Longo de Aveiro
El año pasado se celebró en Aveiro por primera vez. Me tiene una pinta estupenda: no conozco Aveiro, el circuito es fácil (y para la primera vez esto no tiene precio) y la inscripción cuesta la friolera de ¡16 eurazos! Vamos, estoy casi seguro de que será el elegido aunque tiene un inconveniente importante, me temo que coincidirá en el mismo fin de semana que el Leironman. ¡Será posible!

Triatlón Valle de Buelna
En 2010 se celebró a finales de junio y supongo que en 2011 ocurrirá otro tanto. Este triatlón me impone respeto a la vista de las crónicas leídas en 2010. En cualquier caso, lo que menos me gusta es que junio puede ser un mes realmente complicado en lo laboral y, por consiguiente, ese magnífica forma con la que debería llegar a la prueba puede ser justo la contraria. Y el viaje se haría largo, largo.

¡Qué sea lo que Dios quiera!

domingo, 10 de octubre de 2010

Paseo junto al río 2

De nuevo salí a pasear junto al río. Una semana después en mejor compañía, esta vez éramos tres. Hablando de todo un poco y haciendo algún que otro pequeño plan. Finalmente, ya tengo claro que quiero pedirle a 2011, deportivamente hablando y salvo que cambie de idea a última hora.
¡Ya tengo a todo el mundo convencido! (o me han dejado por imposible)

Mi entrenador, el Xocas, no está nada convencido pero tengo mano con él. La directora tampoco cree que todos los objetivos sean razonables, pero ya sabe que no hay mucho que rascar.
Una pedorreta para los miedos, los problemas y los amargados

Mientras tanto, en dos semanas acumulo una sola sesión de entreno, dos bodas y una sesión de fisio, por aquello de ver como estaban las rodillas. Así que eso de perder la forma para volver a subir un peldaño la próxima temporada, está asegurado. Bueno, al menos está asegurada la pérdida.
¡¡¡Cogiendo impuuuuuuulsooooo!!!

Ahora toca ir poco a poco entrando en materia. Sin prisas, pero sin pausa.
Lo mejor es recorrer el camino acompañado

miércoles, 6 de octubre de 2010

Sevilla

La mar no tiene naranjas,
ni Sevilla tiene amor.
Morena, qué luz de fuego.
Préstame tu quitasol.

Me pondrá la cara verde
- zumo de lima y limón -,
tus palabras - pececillos -
nadarán alrededor.

La mar no tiene naranjas.
Ay, amor.
¡Ni Sevilla tiene amor!

F. García Lorca:
Canciones, 1924

martes, 5 de octubre de 2010

¿Descanso? ¡Activo!


Me recogen y pregunto cuánto nos llevará llegar a la empresa.
- No, no va a haber visita. Nos la han cancelado.
- ¿Y eso?
- Pues me ha llamado Fulanito porque ayer por la tarde le habían llamado para decirle que le echaban del trabajo.
(Y ayer por la mañana se había concertado la visita.)
Pues así empezó el día, y no es que después las cosas fueran mucho mejor. Por lo que cuando llegué al hotel por la tarde, nada me apetecía más que hacer un poco de ejercicio, rompiendo al octavo día el parón deportivo total que inicié tras la media maratón de Vigo. Bueno, parón total si no contamos las carreras de ayer por Madrid (porque vaya si no corrí con las maletas entre un enlace de metro y otro y después para pillar el taxi y más tarde para subirme al tren).
Pero como preludio a la nueva temporada que no ha comenzado, nada de correr o pedalear sin más. Calentamiento en la bici estática y a los hierros. Mañana más.
Buenas noches y buena suerte.

lunes, 4 de octubre de 2010

Pero esto, ¿tiene sentido?


Como viene siendo habitual, el avión salió con retraso. Me subí al metro y, casi demasiado tarde, descubrí que no llegaría a tiempo a Atocha. Salí a la superficie, tras haber ascendido desde la parada de la línea 6 en Cuatro Caminos, y paré un taxi en marcha.

El taxista dio cuenta del recado y trataba de ir deprisa, pero los minutos eran más ágiles y no perdí el tren porque la promesa de Renfe de cerrar el acceso al tren dos minutos antes de la salida no fue respetada rigurosamente. Y el tren sí salió puntual, o con un minuto de retraso.
Y pensaba en el taxi en el valor real del automóvil como máquina para el desplazamiento urbano, o del autobús, o del metro...Realmente, en ciudades como las actuales, con mil badenes en pasos de cebra, semáforos cada cincuenta metros, velocidades reducidas, obras por doquier, y, sobre todo, un exceso de vehículos alarmante, ¿qué se gana? Tiempo seguro que no. Cualquier ciclista podría realizar recorridos más rápidos. Un peatón medio llegaría antes a cualquier sitio en un trayecto corto (digamos que de menos de un kilómetro), que cualquier automóvil por el centro urbano en hora punta.
Hace unos años leí una estadística que decía que la mayor parte de los desplazamientos en automóvil son de menos de diez kilómetros y se realizan en solitario. Me pareció una exageración así que desde entonces me fijo más y sí, debe de ser cierta la estadística; y sí, no tiene sentido como nos planteamos la movilidad urbana. O peor aún, como nos la plantean.
Esto me recuerda a aquella vez que un candidato a un puesto de trabajo me preguntó por la estación de tren. Le indiqué donde estaba y que no le iba a servir de mucho, porque no se podía llegar en tren desde Vigo. No le entraba en la cabeza, claro que era alemán.

domingo, 3 de octubre de 2010

Paseo junto al río

Tri y yo salimos de paseo junto al río.
El día estaba nublado pero no importaba.
Vimos patos, una garza y muchos perros encerrados.
Perros que ladraban a la orilla del camino.
No pensábamos, ¡olíamos! la hierba, el agua.
Yendo sin prisa, sin ruta, sin marcar el paso.
El agua estaba turbia y el río no tenía su caudal,
entonces, ¿por qué habían cerrado la presa?
Pero yo no soy como es Tri,
y, aunque puedo ser banal,
mil cosas en la cabeza
y todas conducen a ti.

viernes, 1 de octubre de 2010

Madrid

Estoy un poco saturado de enviar y recibir correos, así que salgo del edificio y camino un poco. El restaurante japonés está cerrado, por ahora. Debo hacer un poco de tiempo. En el Paseo de Recoletos están preparando la feria de otoño del libro viejo y antiguo. Compro un libro viejo.
Fue de Jimena y fue suyo en cuarto. Seguro que algo le preguntaron porque lo ha subrayado y anotado. ¿Le habrá gustado? Cuántos libros nos han obligado a leer. Yo me acercaba a ellos intrigado, con respeto y también con ilusión. Me gustaron casi todos. ¿Habrá sido su caso?
Y mientras como y, después, de camino a Atocha, siento por un momento que Madrid me ha atrapado algo. Y nunca creí que esto fuera a ser así. Supongo que tiene que ver el agradable día de otoño. La luz y la temperatura. Pero Madrid es una ciudad dura. A la que llegan muchos que se contagian de ideas centralistas desbocadas. Unas palabras sucias, el compadreo, la mezquindad y me siento expulsado. Cae la noche y estoy harto.
Pero una fachada sorprendente, el paseo hacia el hotel, una cena que sale bien y un sueño reparador, arreglan muchas cosas. El día amaneció prometedor, como prometen los de la cosa pública; pero todo esto quedó atrás. El Xocas ya está en casa y no hay sitio mejor, que aquel en el que están aquellos con los que quieres estar.