martes, 28 de junio de 2011

miércoles, 22 de junio de 2011

Dieta y paleodieta (un pequeño desbarre)

Así, sin depilar, como un vulgar neanderthal.

El pasado domingo salí a rodar con la bicicleta como tengo por costumbre. Poco más de dos horas para hacer algo de fondo. Sin barritas, ni geles, ni plátanos, ni frutos secos, tan solo agua en los bidones. Siempre que no se trate de más de dos horas o dos horas y media, me es suficiente. Por tanto, ajeno a las consignas de los fabricantes de bebidas isotónicas, las recomendaciones del Decartón y lo que se lee por ahí que se debe tomar durante los entrenos "largos".
Parando en los semáforos, me entretengo mirando las gaviotas...al menos, no me salí de la carretera.

Y al llegar a casa, cumplí con lo prometido y cociné un preparado alimenticio con la proporción adecuada de hidratos de carbono, proteína y grasa: harina de trigo, leche, huevos, una pizca de sal y levadura. Todo bien batido y a la sartén. Resultado, unas ricas tortitas para tomar con miel, jamón o lo que se tercie. ¡Qué ricas estaban!
Pero, ¡qué hice! ¿En qué momento se me ocurrió contradecir los mandamientos de la paleodieta? Millones de años de evolución para llegar a un ser humano casi perfecto y resulta que, en poco más de diez mil años, va y la fastidiamos. Nos ponemos a cultivar cereales y a gandulear en lugar de correr de un lado para otro entre rugidos, de estómago.
¡Atención paleodietifílico! Esta imagen puede herir su sensibilidad.

Reconozco que estoy un poco molesto con este artículo. Molesto porque tomar como referencia un único artículo de un estudio que vete a saber como está hecho, mencionar a la revista Quo y hacerse eco de un dibujo en el que el cromagnon está hecho un tarzán y el chaval de al lado un chiquilicuatre, todo en la misma entrada, ha colmado mi paciencia.
No digo que la dieta no sea eficaz, pero de ahí a afirmar que el ser humano evoluciona durante millones de años y que en 10.000 es capaz de involucionar de una manera tan significativa, me parece, por lo menos, contradictorio. Me temo que falta perspectiva. Y me temo que es más bonito pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, en lugar de asumir que nos falta mucha información y formación y no todo se resuelve demonizando al arroz o diciendo que hay que tomar magnesio todos lo días.
Hace poco leía un blog, que no enlazo porque no recuerdo cual era, en el que un triatleta mencionaba que su abuelo trabajaba en el campo de sol a sol y no suplementaba su dieta con nada. Venía a decir algo así como que algo fallaba cuando era capaz de realizar un trabajo físico y exigente sin tomar un gel por hora, cuando él sí tenía que hacerlo. Me atrevo a afirmar que seguro que no seguía los principios de la paleodieta. Es más, por estas tierras se afirma que con pan y vino se hace el camino y probablemente su abuelo, como los míos, comía lo que le ponían en el plato y, a excepción de la pasta que no se estilaba gran cosa, pan, patatas, verdura, fruta y algo de carne o pesacdo, caía en él.
Herbie, tú y yo a nuestra bola, que nos va bien.

Pero bueno, cada uno a su aire. El mío: variedad y moderación. Eso sí, todo el mundo tiene sus secretillos. El de un compañero que no voy a identificar es un brebaje conocido como licor café. Sin bromas, salvando que quizás no sea fácil de digerir, lo tiene todo: azucar, purita energía, café, para espabilar y aguardiente, que si no cura las heridas, al menos mitiga el dolor. Si va a ser por eso por lo que no rindo como debiera...

sábado, 18 de junio de 2011

Yo #soy 15M

(Texto copiado del blog de Enrique Dans.)

Como parte del #15m me declaro una persona pacífica y condeno radicalmente todo tipo de violencia: la de los violentos infiltrados en nuestras manifestaciones, y la del Estado, que ha causado más dolor y heridos. Además, condeno la manipulación mediática que enfatiza la información sesgada, parcial o errónea con el propósito de demonizar a los ciudadanos.


Si me manifiesto en la calle es porque:
  • Mi participación como ciudadano se ha reducido a votar a listas cerradas cada cuatro años para ver cómo los representantes de los ciudadanos no respetan lo prometido en su programa.
  • Se hacen leyes a favor de grupos de interés en vez de hacerlas a favor del conjunto de la sociedad.
  • Se invierten recursos públicos para ayudar a minorías poderosas, y no a quienes están pasando situaciones desesperadas ocasionadas por la especulación financiera.
  • Los grandes partidos están más preocupados por mantener su poder que por ofrecer soluciones para superar esta crisis histórica.
  • Está a punto de firmarse un “Pacto del Euro” que consiste fundamentalmente en medidas para reducir la inversión pública en servicios esenciales.
  • Desde diferentes órganos del estado se ha insultado a los ciudadanos, e incluso se ha justificado el recurso a la violencia contra manifestantes pacíficos.

Como parte del #15m, acepto y respeto la diversidad ideológica del movimiento. Cuando participo en una manifestación no reclamo un régimen o una ideología en concreto, ni un modelo social no democrático, ni la eliminación de los partidos o los parlamentos. Lo que reclamo es una democracia mejor y más humana que, entre otras medidas, necesita urgentemente:
  • Cambios en la Ley Electoral para permitir una mejor y más directa representación de los ciudadanos en los parlamentos y una mayor participación ciudadana en las decisiones importantes.
  • Aprobación de una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para obligar a la publicación en formatos adecuados y reutilizables de todos los gastos, decisiones y reuniones con grupos de presión por parte de funcionarios y cargos públicos.
  • Tolerancia cero a la corrupción de candidatos y cargos públicos, y controles ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política.
  • Separación clara, real y efectiva de los poderes del estado.
  • Control fiscal efectivo de grandes fortunas y operaciones financieras; eliminación de privilegios fiscales a cargos electos.
  • Políticas encaminadas a solucionar de forma efectiva los problemas hipotecarios y de vivienda.
  • Servicios públicos de calidad, fundamentalmente salud, justicia y educación.
  • Eliminación de las leyes que permiten el control administrativo de Internet. La red ha demostrado ser esencial para la libertad de expresión y para responder al peligro de manipulación mediática.
Por todas estas razones volveré a salir pacíficamente a la calle el 19 de junio, #19j.
 
Si estás de acuerdo, aprópiate del texto y divúlgalo (enlace al documento original)

martes, 14 de junio de 2011

I Triatlón Porto de Campelo e Concello de Poio

¿Progresa adecuadamente o necesita mejorar?

Desde el puerto la imagen era bonita, pero el agua tenía un sabor extraño en la salida...y cuando lavé el neopreno goteaba en negro.

Primera prueba del circuito gallego de triatlón. Distancia sprint. Llegada acelerada al lugar de los hechos. Encuentro prematuro con Juanjo, calentamos la lengua y cuando menos nos lo esperábamos dan el bocinazo de salida. Las gafas sin poner uno mirando al agua y el otro al puerto...en fin, ya estábamos en ello.

A los cien metros, o algo así, me doy cuenta de que no he puesto en marcha el pulsómetro. Salgo de mi ensoñación gracias a un compañero que me arrea un guantazo en el ojo izquierdo, me entra agua en el ojo derecho. La cosa no mejora y seguimos a tortas unos con otros hasta la primera boya y menos hasta la segunda. El triatlón es un deporte de contacto.
Juanjo voló sobre la bici, a pesar de que según mi directora, sufrió como nunca.


¡Qué maravilla llevar zapatillas específicas de triatlón! Me subo a la bici y me calzo en un periquete. Los velcros ajustan bien y no pasan dos kilómetros hasta que me doy cuenta de que me vienen grandes las zapatillas nuevas. Que nadie se asuste, las había estrenado el día anterior, pero con calcetines. Lo que el sábado fueron sensaciones, el domingo se confirmó.
¡Qué poco compañerismo! No quisieron esperarme.

Realizo la primera vuelta tratando de alcanzar a un grupo que se me escapó. Y yendo solo, cuesta arriba, me despisto de la carretera y cuando me fijo la rueda delantera se estaba saliendo de la zona asfaltada. No lo puedo remediar, me salgo metiéndome en el "arcén", una zona a unos treinta o cuarenta centímetros por debajo del nivel de la carretera llena de arena de playa. Controlo como puedo la bicicleta y acierto a soltar el pie de la cala. Pensé que me la pegaba y me he librado. A cambio pago el precio de que me adelanten 600 participantes (o un par de grupos numerosos, no estoy seguro).
Esta foto se la tomé prestada a José Manuel Navarro del Caralibro.

Únicamente se me une a un grupo a mitad de la tercera vuelta. Pronto nos quedamos tres, pero al iniciar la cuarta vuelta en el latigazo del cambio de sentido me descuelgo unos metros y se acabó la vida fácil. En todo caso, el segmento se acaba y toca correr.
Con más participación que nunca, cualquier fisonomía fue posible (y como se ve en la foto, André está muy orgulloso de su participación en el Aviaman).

La carrera es un infierno. Sube y baja tres veces. Pero, ¡qué subidas! Cinco kilómetros bien medidos en los que me encontré cansado y, en buena parte, con muchas ganas de acabar de una vez. Un error, porque por segunda vez salí de carrera. Esta vez, al menos, de forma imaginaria.
El señor Román, detrás de mi en la foto, no tiene excusa para no haber entrado delante de mí en meta, ya que tal cantidad de ánimos deberían de haberle hecho volar.

En resumen, nadé más rápido de lo que haya nadado en otras ocasiones en un sprint. Salvo el incidente de la bici, lo hice aceptablemente bien para mis habilidades y no corrí tan mal para como fue el circuito. Así que progreso, no sé si adecuadamente o no, pero necesito mejorar. Mientras tanto, lo pasamos estupendamente el domingo.

miércoles, 8 de junio de 2011

¿24 horas de desesperación?

Hay momentos en los que se forma un nudo tal con tus asuntos que ocupa todo el cráneo y te quedas bloqueado. Sin motivación, el sábado lo pasé abúlico, de mal humor, soñoliento y cansado. Sin premeditación pero con alevosía me salté el entreno previsto y no aproveché el tiempo para otra cosa que para volar una cometa en la mejor compañía. Bueno, al menos no fue un día perdido. ¿Sería igual el domingo?

Amaneció soleado, comí más de la cuenta y, en lugar de tomarme un café, me subí a la bicicleta cuando el cielo ya se había cubierto. De Orense a Barbantes mis sensaciones no eran las mejores. De Barbantes a Carballiño, la amenaza de tormenta no cuajó, pero llover, llovió. De Carballiño a Leiro salió el sol e impulsado por la gravedad pedaleé con fuerza y mi ánimo voló mientras bajaba. Así llegué al cruce y no se me ocurrió otra cosa mejor que subir a Pena Corneira, a donde me arrastré como pude. Bajé por Carballeda hasta San Cristobal y de ahí a Leiro acoplado y feliz, cambio a un ritmo menor y otros minutillos más acoplado, tratando de forzar un trabajo que apenas podía sostener. Pocas cosas hacen más feliz a un niño que una bicicleta.
Es una lástima que ahora me esté arrastrando por la semana, como me arrastraba el domingo al entrar en casa. Por cierto, para recuperar es sabido que hay que ingerir una adecuada mezcla de hidratos de carbono de índice glucémico alto y bajo, aderezados con la cantidad justa de proteínas y líquido. Esto lo hice según el estilo gallego (como decimos por aquí, con xeito).

jueves, 2 de junio de 2011

Ni pizca de gracia

Cuando recibí un correo con la foto de arriba, pensé: no tiene ni pizca de gracia. Es un poco deprimente. Porque es cierto que han pasado 12 años, que es mucho tiempo (o poco según se mire). Y que yo recuerde un camarero no cobraba lo que se ve en la foto, al menos por donde yo vivo. Pero los tiros van por ahí.
Quizás por eso me cueste tanto gastar el dinero en ciertas cosas. Por poner un ejemplo, podría decir que hace tiempo que tengo ganas de comprar una de esas bolsas que se ponen en el tubo superior de la bici. Como no, preferiría que fuese una de esas que tienen una M en rojo con un punto encima. Y ayer la vi en una tienda: ¡15 euros! También quería una mochila para llevar a la piscina y para las carreras. De la misma marca, 57 euros.
Ya no es una cuestión de poder o no poder pagar esas cantidades, es que me parecen precios excesivamente altos. En la mochila aún se podría justificar, pero todavía no he conseguido convencerme de que la dichosa bolsita tiene un precio razonable. Por consiguiente, sigo el ejemplo de la Wellington, véase foto inferior, y me conformaré con una mochila más económica (ya que la que tenía la estiré tanto que hasta tenía moho).
Aunque el auténtico problema no es ese, es mucho peor sumar lo que uno gasta en comer al mes. Y para eso, ahora hasta es complicado encontrar auténtico pan artesano.