martes, 20 de marzo de 2012

Chapucillas

Hace dos años y tres meses que tengo un pulsímetro polar. Curiosamente cuando me acercaba al final de la garantía, la correa empezó a aflojarse, rompiendo hace poco más de un mes. Entretanto, ha dejado de cumplir su función principal sin avisar de que la batería de la cinta se había muerto. Y ya no marca la velocidad en la bici. Esto último es preocupante porque la batería del sensor de velocidad debería durar unas 2.500h y estoy seguro, pero segurísimo, de que no las he pedaleado. Total, que ya estaba pensando en enviarlo a la papelera.
Pero he cambiado la batería. Afortunadamente era eso, le dio pereza avisar de que tenía necesidad de nuevo alimento. Además, como salgo de viaje mañana y el viernes quiero realizar un test, he "arreglado" la correa de forma provisional. Si funciona bien, me ahorro los 26€ que piden por una nueva. Ahora me toca cambiar el sensor de la vaina a la horquilla, a ver si acercándolo recibe la señal, que ya ha debido empezar a flojear. En cualquier caso, este aparato no me acaba de gustar.

sábado, 17 de marzo de 2012

El Xocas en Bruselas

- Bienvenido a Bruselas Xocas, ça va bien?
- Sí, todo bien, da gusto visitar la ciudad con tan buen tiempo. La gente sonríe por la calle y todo tiene un aspecto estupendo.
- Ya se sabe, los belgas tenemos sentido del humor y afán viajero. ¿Sabías que puedes conocer el nivel de vida de un lugar en función del número de personas que ves haciendo deporte en la calle?
- ¿Seguro? No sé si será tal y como dices amigo mío. La próxima semana pondré a prueba esa extravagante teoría.
- Très bien, très bien...¡corre Xocas, corre! Que no llegamos.
- Cierto, no llegué. Me tocará dormir en algún hotelillo a las afueras de París. Me quedo sin abrazar a los míos hoy y sin entrenar mañana. Si es que no hago una semana completa...

lunes, 12 de marzo de 2012

Bulgaria: un viaje para olvidar (aunque no lo conseguiré)

Iluso de mí. Me hacía ilusión el viaje. Vamos a dejar aparte aquello de que hubo que madrugar, viajar en fin de semana, dejar en casa a la familia y todas esas menudencias. Centrémonos en los hechos y ni siquiera eso. Un ramillete de fotos, algunas breves explicaciones y a otra cosa mariposa.
En Sofía nos alojamos en un hotel de cinco estrellas, no merecemos menos. El gimansio y la piscina mejoraban las fotos de la Web. Después de hacer un buen uso de las instalaciones, subí a la habitación y tuve el primer aviso de que no iba a ser una semana normal.
El primer día no fue mal, teníamos concertadas cuatro entrevistas: dos nos dieron plantón y otra apareció de forma inesperada. Esa fue la tónica. Lo bueno es que tuvimos algún tiempo para hacer turismo.
El centro-centro responde más o menos a lo que uno puede esperar de la capital de un país, aunque no sé si diría a una capital europea. La pobreza es palpable por doquier, en los edificios, los automóviles, las instalaciones y las personas.
Los taxis son extraordinariamente baratos, la gasolina cuesta lo que en España, ¿qué cobra el taxista? Conviven los coches de muy alta gama con los más desvencijados y los une la poruería que los cubre de arriba a abajo.
En la embajada nos dijeron que los portugueses son melancólicos y los búlgaros dramáticos. "Les pesa esa nube negra eslava". Dramáticos, pobres y honrados. Aunque algún que otro mafiosillo también se pasea por allí.
En todo caso, no se trataba de quedarnos en Sofía durante toda una semana. Teníamos que viajar a Varna, segunda o tercera ciudad del país a orillas del Mar Negro. Sabíamos que no iríamos por autovía o autopista todo el tiempo. Eso sí, esperábamos que al menos hubiese arcén, que no fuese de tierra, al menos en la autovía (sí, la foto es de una autovía a unos diez o quince quilómetros de Sofía).
Con apenas una cuarta parte del trayecto por autovía, el conductor medio es, por así decirlo, impaciente. No creo haber visto un recital de adelantamientos en línea continua, cambios de rasante y curvas ciegas como el de esos días. El primer puesto para el Audi de la foto que adelantó a tres camiones, un autobús y dos coches de una tacada y todo el tiempo por línea continua.
Por supuesto había policía. Cuando no estaban en sus contenedores (el azulito de la foto es la versión de lujo del contenedor de obra estándar), paraban a algún vehículo. ¡Qué no se diga que no cumplen con su tarea! Para satisfacer la curiosidad de alguno, abajo una foto de un coche de autoescuela que circulaba por la "nacional" a unos muy respetables 40km/h. Cuando tenga el carnet y el Toureg de rigor, ya podrá sumarle los cien que le faltan para ser alguien.
Y llegamos a Varna. Si en el primer hotel la primera estrella se cayó y perdió rodando calle abajo, mientras que las señoritas que entraban y salía se llevaron la segunda con tanto viaje, en Varna la guía de la ciudad, precintada, a disposición del huesped en el hall del hotel, no dejaba dudas. El alcalde nos daba la bienvenida acompañado por lo más granado de la sociedad varnesa.
En teoría la ciudad es industrial y turística al mismo tiempo. Diría que lo de industrial aún se podría defender, lo segundo tendría que verlo en verano. Eso sí, la seguridad se cuida tanto en el mejor restaurante de la ciudad como en los museos.
 Pero no seamos tan irónicos. La ciudad tiene una industria floreciente...
La principal iglesia de la ciudad era...era como se ve en la foto.
Las playas de arenas doradas lo eran, aunque quizás un tanto gruesas...
Y hay bonitos museos con parte de su exposición al aire libre (por aquello de que se pueda ver algo aunque estén cerrados).
En fin, supongo que la gente es feliz porque lo dice una de las mayores cadenas de restaurantes del país.
Y hablando de restaurantes. Por dos veces tuve que conformarme con las conocidas hamburguesas de esa franquicia que os imagináis. Fíjense en el cartel publicitario:
Y la segunda anécdota. ¿Quién descubre lo que ha encajado en la foto de abajo?
Claro que igual mi visión hubiese cambiado si no fuese porque agarré un resfriado de impresión el miércoles que no solté hasta el sábado. Y porque el tiempo era horrible. Y porque me dieron un montón de plantones. Y porque todo estaba sucio y viejo. Y porque el "Astra o equivalente" se quedó sin batería justo cuando salíamos para Varna. Y porque el paisaje era deprimente. Y porque...
Da gusto estar en casa de nuevo.

domingo, 11 de marzo de 2012

De regreso

¿Me ha visto un tuerto? Hasta es posible. Para una vez que los hoteles tienen unas buenas instalaciones deportivas, uno de ellos incluso con piscinca, voy, y enfermo. Así el miércoles conseguí correr 16 minutos completos a ritmo regresivo empezando a unos infernales 5'30''/km  y rematando a unos muy dignos 7'/km. El jueves, casi llego a los dos minutos sobre la cinta.
Pero hoy lucía el sol en Vigo y la bici me recompensó de todos mis infortunios. Como me suele suceder sobre las dos ruedas, he disfrutado como un niño. Por la tarde, carrerita, ginmasia y a la espera de que alguna semana, alguna vez, pueda completar todos los entrenos programados.