Mis compañeros en prácticas. AP, de espaldas al campo, apuntó muy buenas maneras.
Hace unos meses tuve la oportunidad de asistir a una clase de golf. La tomé sin mucha ilusión. Me ocurre que no acabo de verlo como un deporte de verdad y seguramente esté equivocado. Los instructores trataron de transmitirnos algunos conceptos básicos y un grupo de colegas y el que escribe practicamos nuestro
swing y tratamos de introducir la bola en el hoyo desde el propio
green. El resumen de aquella tarde es que el swing es un concepto que se me escapa: da igual que sea un baile o un movimiento del palo de golf. Sin embargo, en las distancias cortas mejoro (que es donde
un hombre se la juega). Lo cierto es que abandoné el campo pensando que el golf no era para mí. Demasiado estático, demasiado técnico, deporte descartado.
Sin embargo, días después me descubrí pensando en la dichosa bolita. Y en porqué no había conseguido llevarla más alto y más lejos y, sobre todo, a donde quería. Y ahí caí en la cuenta de que quizás no fuese tan mala idea aprender a jugar y salir al campo de vez en cuando.
¿Cómo es posible que se me haya colado la pelotita entre los pies?
Tiempo después, en una comida con mi jefe y un compañero de trabajo hablábamos de másteres y carreras universitarias, y de cómo mejorar la formación recibida. Fue una conversación que surgió de manera casual y que, poco a poco, me fue interesando cada vez más. En un momento dado, mi jefe comentó algo así como que la carrera que personalmente veía más interesante para complementar su formación era derecho. Le tengo por una persona lista en el mejor sentido de la palabra. Así que tomé nota y le estoy dando vueltas a la idea. Últimamente he comprobado que manejar con soltura ciertos conceptos y conocimientos puede marcar una interesante diferencia.
Así de pensativo estoy estos días (aunque la foto tiene su tiempo).
El caso es que a partir de septiembre el año se ha desdoblado y veo que no estoy llegando a todos los frentes. Así, después del parón total que inicié a finales de noviembre, han llegado unas semanas en las que el trabajo me ha tenido absorbido y el entreno ha sido irregular en el mejor de los casos. Ni siquiera estoy motivado para sostener mi ritmo de lecturas "blogueriles" o para publicar en este pequeño espacio. Varias ideas cruzan mi mente: dejar el triatlón y ponerme a jugar al golf, comenzar la carrera de derecho en 2012, cerrar el blog... por el momento he descartado dos de tres.