viernes, 30 de julio de 2010

De perdidos, ¡a la ría!

El primer paso está dado. La mejor manera de perder los temores es enfrentarse a ellos. El año pasado me quedé con las ganas de participar. Este año, cada vez que cruzaba el puente de Rande me decía "de éste no pasa". Ya estoy inscrito en la Travesía a nado del RCN y espero finalizarla. Del tiempo que me llevará hacerla mejor no hablamos, me conformo con no llegar a los tres dígitos.
Por cierto, ya empleé una variante del título de la entrada para anunciar una participación que acabó en mi primer abandono en competición. Menos mal que no soy supersticioso...

jueves, 29 de julio de 2010

Non hai sentidiño

Creo que tenía diecisiete años y fue por esta época y con este mismo calor, seguro que fue un sábado. Aquel verano al M.A. y a mí se nos dio por correr todos los días. Nunca antes nos habíamos puesto a ello. No recuerdo cuáles eran sus deportes favoritos aparte del baloncesto, pero en mi caso, eran baloncesto y ciclismo. Pero empezamos y le fuimos cogiendo el gusto, unos treinta minutos diarios, por la mañana y con la fresca. Así empezamos a ganar forma y a darle vueltas a participar en alguna carrera. Nos recreábamos viendo que nuestras pulsaciones bajaban. Charlábamos de todo y de nada. Era estupendo. ¿Cuántas semanas llevaríamos así? ¿Dos o tres? Quizás algunas más.
Y un viernes por la tarde, ya con el Juan en la tertulia, barajamos la posibilidad de ir corriendo a Leiro y volver. Diez kilómetros de ida, diez de vuelta, pero en aquel momento no pensamos en la distancia. Así que al día siguiente nos reunimos vestidos de corto, con camiseta de algodón y aquellos pantalones de tejido sintético que olían a rayos a los pocos usos. Los aprendices de atleta eramos: M.A. de Manuel Antonio, nada que ver con el personaje de la serie, moreno, delgado, un poco encorvado, introvertido y con diferencia el que más fondo tenía de los tres. Juan, fuerte, altanero, el clásico jovenzuelo que puede con todo y con todos. El Xocas, nunca destacado en ninguna actividad deportiva pero, como siempre, apuntándose a un bombardeo.
Decir que habíamos elegido hora sería mucho decir. Al final salimos pasadas las doce del mediodía con un calor infernal y sin agua. ¡Non hai sentidiño! Y corrimos hacia Leiro, zancada a zancada, riéndonos, a trote, por la carretera. Llegamos al camping y allí nos entretuvimos un rato. Otra cosa no, pero ganas de hablar, de decir tonterías y de pasarlo bien nunca han faltado. Éramos buenos amigos. Al menos dos de nosotros.
Pero el regreso, ¡ah! el regreso. Las fuerzas empezaron a faltar al poco de salir de Leiro. Por supuesto no habíamos aprovechado para beber. La temperatura había subido un poco y no había, ni hay, una sombra en la que cobijarse durante la carrera. Así que pronto pasamos de correr a andar y de andar a arrastrarnos. Recuerdo que el Juan empezó a hacer autoestop, el M.A. a decir que estaba fundido y eso quería decir que yo ni me encontraba. Hubo un momento en el que hasta nos tiramos en el arcén un rato y bien pasadas las dos de la tarde llegamos a Ribadavia. Arrastrándonos y quejándonos de la poca solidaridad de los automovilistas que no nos habían recogido. Suerte que no nos atropellaron.
Decir que aprendimos algo también es mucho decir. El M.A. y yo seguimos corriendo e incluso participamos en nuestra primera carrera popular juntos, pero esa es otra historia. Creo que fue hace tres o cuatro años que cai en la cuenta de que aquel fue mi primer intento de completar casi una media maratón. También me percaté de lo brutos que habíamos sido. En fin, ¡qué bonitos recuerdos!

miércoles, 28 de julio de 2010

Semejanzas y diferencias con Alistair Brownlee

La primera vez que vi una foto de Alistair Brownlee me sorprendió lo escuálido que se le veía: "Si tiene unos brazos de tirillas poco más o menos como los míos". Después, viendo al triatleta en acción, cuesta cerrar la boca. Puesto que sé que este asunto quita el sueño a más de un lector, a continuación explico las semejanzas y diferencias entre Alistair y el Xocas.

Diferencias
Alistair - Xocas
  1. Británico - Español
  2. 1,84m - 1,77m
  3. Nada, pedalea y corre - Lo intenta, lo intenta
  4. Se depila - El hombre y el oso...
  5. Participó en unos JJOO - Lo hará el día en que las ranas críen pelo
  6. Sabe lo que es ganar (y seguirá sabiéndolo) - Ni a las chapas, oye
  7. Vigente campeón del mundo - Pues no

 Semejanzas
 Alistair - Xocas
  1. Su inglés no se entiende
  2. Pesan prácticamente lo mismo y son blanquitos
  3. Les gusta el triatlón, e incluso lo practican
  4. Se afeitan barba y bigote (hasta que al Xocas se le vuelva a cruzar el cable)
  5. No consiguieron el resultado esperado en la carrera marcada con una X en el calendario
  6. Un mal resultado no les detendrá, si es que no se envalentonan (Javi, cuidado que vamos)
  7. No serán el próximo campeón del mundo

martes, 27 de julio de 2010

Yo también tengo un plan

Hace unos días no estaba muy animado, deportivamente hablando. No sé si fue porque tengo muchas cosas en la cabeza o demasiadas pocas, lo cierto es que no me apunté ni al Campeonato Gallego de Triatlón Cross ni al Triatlón de Oleiros. Poco después, leí que alguno tenía un plan para su gran objetivo y me dio la idea.
Ahora, yo también tengo un plan. Y el plan es éste, aunque habrá que pulir flecos:

Objetivo
Participar en eventos deportivos todos los fines de semana de aquí al 19 de septiembre de 2010.

Calendario
(Se admiten sugerencias.)
1 de Agosto: Travesía a nado El Corte Inglés
925m, para ir calentando motores, sin neopreno. No habrá fotos.

7 de agosto: Triatlón popular por equipos de Allariz
Ya sabemos que esto no es triatlón, pero promete ser divertido.
8 de agosto: ¿Travesía a nado O Porto da Guarda (2,5km) o IX Marcha Ciclista Rías del Morrazo (91,1km)?
Dudo, luego existo. Seguramente me apunte a la marcha, aunque me viene bien ir entrenando las travesías...

14 de agosto: Triatlón de Negreira de Muñiz
Es un sprint, queda lejos...no creo que vaya. ¿Alguna sugerencia de algún lector piadoso? Es mi primer fin de semana de vacaciones y no querría ir muy lejos (porque, ¿qué mejor sitio para veranear que la Ría de Vigo?). Tampoco me apetecen mucho las carreras de menos de 10km.

21 de agosto: Triatlón popular Vila de Alariz
Los abuelos disfrutarán de una tarde con la más joven de las aficiones, mientras que el Xocas se divierte sin esforzarse demasiado porque al día siguiente...
22 de agosto: Travesía a nado Real Club Náutico de Vigo
De Cangas a Vigo sin tomar el ferry, 3,7km aproximadamente. La prueba que me hace más ilusión y la que me impone más respeto. No me llega el día.

28 de agosto: Marcha ciclista a Ferrolterra (119,5km)
Sin embargo, no sé si iré. Sé que se me va a hacer lejos porque estaré cómodamente instalado en la ría. De hecho, me vendría bien el día para hacer una jaramugada en toda regla. Esto está sin consensuar con la directora deportiva aunque ya intuye de que va la historia.

5 de septiembre: Triatlón de Lugo
Toca cumplir con el club y dar lo mejor de mí mismo (lástima que no haya mucho dentro).

12 de septiembre: 10km xornadas marisqueiras do Berbés
Intentaré batir mi mejor marca personal. El año pasado lo hice sin esperarlo. Este año lo intentaré sin ninguna preparación específica. ¡Como debe ser en un buen popular!

19 de septiembre: Cross de Penedos do Lobo
24km y 1.853m de desnivel positivo acumulado. Tiene una pinta fantástica. De hecho, es uno de los mejores recuerdos de 2009.

Nota de la Dirección Deportiva
Por supuesto, nada de esto está escrito en piedra. Salvo que surja de debajo de las piedras algún patrocinador generoso, finalmente haré lo que me plazca. Aunque, las cosas como son, lo que me place es cumplir el plan ;-)
(Me voy a correr una horita y cuarto que hay que ir sumando.)

lunes, 26 de julio de 2010

Ver, oír y callar

La semana pasada tuve ocasión de comer con personas de conversación interesante. Podría ponerme sesudo, pero no tengo ánimo para ello. Así que contaré que estábamos comiendo en un restaurante estupendo, al aire libre, bajo una parrilla de no sé que arbustos trepadores, degustando unos cogotes de merluza…vamos, ¡estupendamente! Y saltó la liebre. Uno de los comensales nos contaba que su colega, a su izquierda en la mesa y posiblemente fuera de ella, colaboraba activamente con Ingeniería Sin Fronteras. Que pasaba sus vacaciones, completas, en países en los que se había hecho alguna acción, comprobando que todo estuviese bien hecho. Para ello viajaba al país y se integraba con las familias que visitaba. Por lo tanto, si aquéllas eran pobres, él vivía como pobre. Y no pobre de espíritu, sino pobre de comer veinte días seguidos el mismo menú…”Por supuesto, de la diarrea del viajero no hay quien se libre”, y recordaba cómo el año pasado estuvo varios días seguidos con una de aquí te espero. Aquí, el “presentador” lo interrumpió y, con una gracia que sólo un andaluz puede tener, le preguntó:
- Oye Fulano, ¿y tú crees que estar cagándote, literalmente, en un pueblo remoto del tercer mundo, ayuda en algo a la Humanidad?
- Evidentemente, una obra de saneamiento en una aldea puede ayudar a dos mil personas, lo que es una gota en el océano. Pero lo realmente importante es el cambio de mentalidad que se produce en el que vuelve...

No sé yo si eso realmente importa mucho o poco. En cualquier caso, es evidente que con una indolencia generalizada, poco se puede mejorar. El abuelo de un buen amigo decía, en este mundo traidor: ver, oír y callar. Sin embargo, yo creo que no estaría de más actuar un poco más. Y ni siquiera hace falta irse fuera del país o fijarse sólo en estrategias de voluntariado.

sábado, 24 de julio de 2010

Absurdo

¡Vaya! Resulta que ahora la crema de cacahuetes puede contener trazas de frutos secos. A ver si es que estoy untando las tostadas con sal marina y algún resto de cacahuete.

viernes, 23 de julio de 2010

Subida al Monte Cepudo

He tenido un día de los no habituales en el trabajo. La tarde fue tranquila, pero la mañana tuvo sus momentos y los días anteriores, pues llegaron antes y cargaron un poco. Nada grave. El caso es que salí de la oficina como una bala. Día soleado y temperatura suave. Me subí al coche y mientras escuchaba una de mis canciones favoritas de unos elementos de cuidado que triunfaron por los noventa, pensaba en la moto del mismo nombre que la canción, y sentí un exceso de energía que había que disipar, para mayor entropía del universo.
Así que agarré la bici y decidí subir al monte Cepudo, que está al lado del monte Alba y es un poco más alto. El perfil es el que se muestra más arriba. Se trata de subir hasta que se acaba la carretera. La penúltima subido es de casi dos kilómetros al 7% y se remata con casi un kilómetro al 10,5% (con una rampita del 20% por aquello de darle un toque picante a la ruta). En el alto, fresco y una puesta de sol magnífica.
Ya de retirada, pasé junto a Castrelos, al que el público acudía para el concierto de la noche. En otra ocasión.
Atalanta, ¿hace una fotillo?

Nota: Nazareno, ya he pensado una rutilla incluyendo esta subida para dejar las patitas calienes. Ven, ven...te espero en agosto.

jueves, 22 de julio de 2010

RUM, RUM

Voy a venderla. No tengo tiempo para utilizarla. Mi familia se alegra. Mi jefe también (vete a saber porqué). Así que no me subo a ella. Es lo mejor. Bueno, alguna vez de vez en cuando. Hay que cuidar el motor. Mover los cuatro cilindros, las dieciséis válvulas, los dos árboles de levas, prender las chispas, quemar el combustible. Pero poco. Poco, poco, poco, porque si no...

Tengo que venderla.

domingo, 18 de julio de 2010

Episodios de Estambul

Salí de viaje sin ilusión. Pese a que estaba programado desde hacía tiempo, los últimos acontecimientos complicaban las cosas y me impedían partir tranquilo. Después, sucedió lo que tenía que pasar. Estambul es una ciudad diferente y allí suceden muchas cosas.

El contraste
Música en directo desde el tranvía

Bajé a tomarme el desayuno un poco más tarde de la cuenta, así que, con las prisas, no me fijé en el lugar en el que me sentaba. En frente, una pareja musulmana. Ella vestida completamente de negro, sólo se le veían los ojos. Él, vestido con un polo y unos pantalones cortos, cruzaba una pierna sobre la otra y mientras desayunaba se acariciaba con una mano su pie descalzo.
La cámara del móvil no da más de sí...

En Estambul los contrastes son continuos. Visitamos el barrio de Taksid para cenar. Ya de regreso caminábamos por la calle para subirnos al taxi que nos llevaría al hotel. De repente una pareja de chicas sale a bailar a un balcón. Están borrachas. Sólo llevan puestas una camiseta y las bragas. En la calle se forma un corrillo, pasa una mujer con burka que mira la escena de soslayo.

La grandeza
Palacio Çiragan

Capital de dos imperios y en tiempos de una república, en Estambul se encuentran por doquier vestigios de un esplendor pasado. No obstante, pese a las modernas torres, la mayor parte de los edificios están muy deteriorados. Abundan las calles estrechas, con recovecos, curvas cerradas y empinadas pendientes. Se pasa de un barrio casi lujoso a una calle de mala muerte sin solución de continuidad.
Vista desde un hotel de no pocas estrellas. En frente, un taller de costura.

Con una historia tan densa, la ciudad atrae a multitud de turistas. Aparentemente, más musulmanes que occidentales. Los palacios, las mezquitas y el gran bazar atraen a cientos, sino miles de personas. Los turistas compran en la calle el simit, pan típico turco, trozos de sandía fresca, mazorcas de maiz a la parrilla y, por supuesto, agua.

Olor, temperatura y humedad
La Mezquita Azul

Para entrar en la Mezquita Azul hay que descalzarse. Si los pantalones son muy cortos hay que cubrirse. Las mujeres deben tapar su cabeza. Cumplido el ritual entramos en la mezquita. Hacía calor y la humedad era alta, un olor característico nos recibió. Cientos de pies descalzos dentro de la mezquita producen un efecto que las máquinas de filtrar y aromatizar el aire no llegan a contrarrestar. En el ambiente se percibía el respeto y la impresión de estar en un lugar santo de gran parte de los visitantes.
El padre de un bebé al que ya se veía gatear hacia la Meca.

Nos sentamos a descansar sobre la moqueta roja que cubre todo el suelo de la mezquita. Pensaba en lo que pensará un musulmán que visite una catedral en España, Francia o cualquier otro país europeo. La iglesia es fría, el olor del incieso suele estar presente y los iconos lo invaden todo. Aparte de como unos herejes, ¿nos verán como fríos y estirados?

lunes, 12 de julio de 2010

Campeones

Me había prometido a mi mismo no hablar de fútbol durante los Mundiales (ni después, se entiende). No tanto porque no me guste el fútbol, sino porque me exaspera el grado de borreguismo que se alcanza gracias a él. Ese dato de que las tres cuartas partes de la población cree que la situación de España mejoraría si ganásemos el mundial me llegó al alma (bueno, ahora veremos que ocurre). Así que no comenté entradas de otros ni tenía pensado escribir una propia. Pero, al final, sucumbo como el que más. No tengo tiempo para explayarme ni muchas ganas de hacerlo, así que voy al grano.
Después de ver ganar Wimbledon, porque Roland Garros hasta parece asequible; el campeonato del mundo de Fórmula 1, el mundial de baloncesto, que siempre creí tarea imposible, así como otros difíciles campeonatos...después de ver ganar todo esto a los españoles o a la selección española correspondiente, debería haber asumido que podíamos ganar un mundial de fútbol. No era así. Ayer, me llevé un alegrón con la victoria española. Sabía además que alegraría a muchísima gente y, sobre todo, a aquellos que de verdad me importan. Me hubiese gustado compartir el momento con ellos. Hoy, durante un evento internacional al que acudo, búlgaros, mexicanos, brasileños y alemanes me han felicitado por el campeontato. Hasta me han presentado diciendo "felicítalo, son los campeones".
Ya por la tarde, me he puesto a pensar en qué podría ser más difícil de ganar. Supongo que habrá muchos eventos, pero sólo vino a mi cabeza la final olímpica de los 100 metros lisos...¡quien sabe!

domingo, 11 de julio de 2010

Camino de Estambul

Aquí estamos, otra vez en la T4, rematando una semana desordenada como pocas. Menos de cuarenta horas de sueño, siete vuelos, un viaje en AVE, tres entrenos que sólo suman una hora y media, y casi ocho horas de rodillo, pero del de pintar paredes y techo. De Vigo a Madrid, Sevilla, Santiago y ahora hacia Estambul. Desde el lunes ha habido un poco de todo, he comido desde sesos fritos, salmorejo, pisto, rape con gambas, macarrones y leche con tostadas. Me he subido en un 911 descapotable del año 92 y también en un C4. ¡Lástima que no haya podido subirme a una Six13 negra preciosa que guardo como oro en paño en la bodega! Hasta he tenido tiempo de ir al fisio, tras una reunión imposible en la que no se sabía quien tenía más interés en vender, si proveedor o comprador. En fin, que ahora podría estar participando en la Cicloturista del Tea como hice el año pasado y me toca un viajecito. Esperemos que al menos sea interesante.

sábado, 10 de julio de 2010

Sugar Mountain


Ayer me fui a Santiago con un compañero de trabajo. Reconozco que a la ida no fui buena compañía, mientras el conducía yo iba a lo mío contestando el correo electrónico, una maldición bíblica. A la vuelta, ya con la batería agotada nos pusimos a charlar. Él no sabía que yo hacía deporte, yo que él tenía una banda de rock and roll.
Después de haber escuchado algunas de sus canciones, me descubro ante su calidad. Cuanta pasión y locura, pero también disciplina y sacrificio, hacen falta para sonar así.
Por cierto, a mi compañero se le identifica fácil porque tiene en común un rasgo físico con Neil Young. Buscad, buscad Sugar Mountain.

jueves, 8 de julio de 2010

Triatlón de Villameca

Me decía la directora deportiva que nunca me había visto cruzar una meta tan contento y puede que tenga razón. Ahora que han pasado unos días, pensar en Villameca me alegra porque la prueba salió muy bien. Incluso el fin de semana fue estupendo, pese a algún pequeño inconveniente de última hora.

Al público no se le permitió el baño hasta rematar la natación. Me sé de dos pequeñas aficionadas que aprovecharon su turno a tope.

Viajamos desde Vigo el sábado por la mañana. Casi cuatro horas de coche, sin contar el tiempo para comer unos bocadillos en las escaleras de la Puerta del Perdón de la iglesia de Santiago en Villafranca del Bierzo. Ambiente de peregrinos, bajo un sol radiante. Durante la semana me sentí flojo por mil y un problemillas: que si un dolor en el hombro, que si unas molestias en los talones...pero en Villafranca me encontraba estupendamente y estaba deseando que llegase la hora de ponerme el mono. Más tarde, ya en el pantano de Villameca y mientras preparábamos todo para la carrera se anunció que se prohibía el uso de neopreno. Con él se irían unos minutillos que siempre se agradecen. Al menos, esperaba que el agua estuviese tan caliente como decían y la verdad es que sí lo estaba.
¡Treinta y ocho minutazos! ¿En qué estaba pensando?

Sin embargo, aunque nadé con un ritmo regular, no dejé de hacer zig-zags. Creía que avanzaba al ritmo esperado pero al incorporarme en la orilla el cronógrafo marcaba 38 minutos. Esto superaba mis previsiones más pesimistas. No me notaba cansado, así que quizás nadé más lento de lo que creía. Pero, aunque esto fuese cierto, estaba seguro de que el recorrido tenía más de mil quinientos metros. Realmente lo que me preocupaba era el tiempo de corte, cuarenta minutos. Por unos momentos pensé que los jueces no me iban a dejar salir con la bicicleta. Evidentemente esto no ocurrió.
Me encanta saber que soy el que corona el repecho

Después de realizar mi numerito habitual (y eso que ahora ya dejo las zapatillas enganchadas en las calas), salí a pedalear ante el escaso público que presenciaba la prueba. Cuando por fin conseguí que el reloj recibiese la señal de los sensores, me sorprendió la velocidad a la que rodaba. Al cabo de unos minutos me di cuenta de que la mantenía sin mayor esfuerzo. El recorrido era triangular, dos lados muy llanos, en uno te molestaba algo el viento y en otro te ayudaba un poco, y el tercer lado con algunas subidas y bajadas poco importantes. Remato la primera vuelta sintiéndome fuerte. La segunda la hago más rápido. Pese a que me adelantó la cabeza de carrera, ya en la primera vuelta, disfruté mucho de la experiencia de correr una prueba en la que no se permite ir a rueda. La sensación de realizar un esfuerzo individual me llenaba y me daba alas. Iba bien por encima de la media que había previsto y me daba cuenta de que podía compensar lo perdido en la natación. Finalmente, en la tercera vuelta noté que perdía fuelle y en las últimas pendientes saltaron las alarmas. Me encontraba anormalmente flojo. Por unos momentos pensé en que me había pasado de optimista y pagaría el esfuerzo durante la carrera a pie.
Ojo, descalzo. Si es que ya le voy pillando el truco

Pero esto no sucedió. Salí a correr con ganas aunque al principio no consiguiese más que trotar. Me voy conociendo y sé que me cuesta coger el ritmo al principio. Después me estabilizo y soy capaz de mantener el ritmo de carrera sin dificultad, aunque tenga problemas para realizar cambios de velocidad. La carrera discurría por un camino muy estrecho que obligaba a correr en fila y adelantar por zonas de hierba en las que podría haber un agujero-trampa. Los participantes levantábamos una polvareda importante y las pendientes se nos atragantaban a los que conformábamos la cola del pelotón. Veía a algunos triatletas caminar. Reconocí a alguno que me adelantó durante el segmento ciclista y que después realizó una carrera de supervivencia.
Con ganas de correr, aunque fuese despacio

Rematé la carrera en dos horas y tres cuartos, un poco más, muy satisfecho de mi rendimiento. No sentía que hubiese hecho mucho más esfuerzo que durante un triatlón sprint y mi tiempo entraba dentro del pronóstico que había hecho.
Mi primer olímpico en el bote.

A destacar lo atentos que fueron los organizadores y voluntarios. El excelente trato al rematar la carrera: empanada y bebidas para todos. Lo especial del formato. En definitiva, el ambiente familiar (participación limitada a 180 personas) y acogedor en un entorno muy agradable. Hubo a quien no le gustó la carrera a pie. A mi sí. Es cierto que parecía un cross, pero lo prefiero a correr por el asfalto. El circuito de natación no estaba bien medido pero, ¿en qué prueba se miden bien los tres circuitos? Mi impresión es que he tenido la fortuna de participar en una prueba que responde a la esencia del triatlón. Y esto es impagable, aunque la inscripción costase tan sólo 21 euros.
Casi, casi, una reunión de blogueros en el podio. ¡Felicidades!

Sin duda, una prueba para repetir.
Los organizadores compartiendo podio con la primera leonesa, ¡enhorabuena!

Además me alegré de conocer a Inma. Es fantástico coincidir con aquellos a los que lees y te leen y, de hecho, espero conocer personalmente a todos los blogueros que frecuentamos estos espacios.
¿Por qué no se organizan más triatlones olímpicos sin drafting?

domingo, 4 de julio de 2010

Y la ganadora es...

INMA

Quien no se conformó con subir dos veces al podio, enhorabuena, sino que además ganó el Concurso Villameca.
Tiempo en meta del Xocas 2 horas, 46 minutos y 8 segundos. En dos o tres días la crónica.

(Inma, escríbeme un correo con el color elegido, la talla y dirección de correo postal. Recuerda que el ganador debe la foto con el regalito.)

jueves, 1 de julio de 2010

Los carragenanos

Hace un tiempo tuve la ocasión de degustar un mero con algas de guarnición. Las algas se servían a modo de verdura hervida. Un plato exquisito, tanto el pescado como las algas estaban muy ricos y sus sabores encajaban a la perfección. Aquella noche, al llegar a casa comenté lo mucho que me había gustado el plato y me miraron con cara de horror. Lo de comer algas no les pareció muy apetitoso.
Y resulta curioso, porque comemos algas todos lo días o, al menos, una parte de ellas. De algunos tipos seleccionados de algas se extraen los carragenanos. Éstos son aditivos naturales que se emplean en multitud de productos de alimentación. Como bien dice la Wikipedia, se emplean para estabilizar suspensiones y para formar geles. ¿Y para qué sirve esto? Pues en la industria láctea, se utilizan para obtener una textura determinada, además de mejorar el desmoldeo (por ejemplo en el caso de los flanes), la cremosidad, la esponjosidad, etc. Además pueden contribuir a una mejor calidad organoléptica y a aumentar la durabilidad del producto. En la industria cárnica, también sirven para gelificar y texturizar. La capacidad de retener agua y controlar la humedad son bien aprovechadas (¡qué fresquita está hoy la pechuga de pavo!). Se puede mejorar el corte, sustituir a las proteínas y grasas y, ¡cómo no!, disminuir los costes de fabricación. Finalmente, los carragenanos también se emplean en la elaboración de postres basados en agua, como las gelatinas y gominolas.
En conclusión, como es bien sabido, realmente no sabemos lo que comemos. Aunque esto no implica que comamos lo que no debemos.
Por cierto, durante la obtención de los carragenanos se obtiene un residuo con un alto contenido en celulosa. Hay empresas que procesan dicho residuo conviertiéndolo en un nuevo producto: fibra alimentaria. Ésta se añade a esos productos tan sanos con un alto contenido en fibra. Algo muy de moda hoy en día.