domingo, 30 de octubre de 2011

Una explicación

Me desperté a la hora prevista. Al mirarme en el espejo me costó enfocar mi imagen. Es sintomático, estoy cansado, pero es raro que me ocurra tan temprano. Supongo que pronto tendré que utilizar gafas. Están siendo días de mucho trabajo y, también, un tanto extraños.
Esta semana he tomado una decisión que cambiará nuestra vida. Todavía no sé cuanto, aunque es seguro que casi le he dicho adiós a la media distancia en 2012. Ojalá no, pero no me veo haciendo los entrenos que debo en la bici. O nadando de acuerdo con el programa. Será lo de menos.
Sin embargo estoy ilusionado. Mucho. Es cierto que la semana pasada tenía la cabeza tan fuera de todo que apenas entrené. Ésta el trabajo, se ha encargado de fusilar algunas sesiones. Pero ya he vuelto por mis fueros. Curiosamente, este fin de semana tocaron dos "entrenos trampa". Esta clase de entrenos son aquellos que sobre el papel parecen fáciles, pero cuya realización no lo es tanto. Otra posible definición es la de aquellos entrenos que te dan la medida de tu auténtica forma.
Preparado para la lucha. Mañana en la batalla piensa en mi, y caiga tu espada sin filo: desespera y muere.

domingo, 16 de octubre de 2011

Inmadurez

El pasado jueves tuve la oportunidad de asistir a una jornada de puertas abiertas del IESE en Vigo. En ella se analizó un caso práctico por el profesor Guido Stein. La cosa estuvo bien, pasamos un buen rato, aprendimos algunas cosas (probablemente cada uno de nosotros algo diferente al resto) y trataron de vendernos su programa de desarrollo de directivos.
Ya en casa busqué información sobre Stein, porque antes no había tenido tiempo. (Si sigo a este ritmo, este blog se va a acabar muriendo y ya veremos si tengo tiempo para entrenar un mínimo.) Y me encontré con este video.
No pongo el vídeo porque me haya parecido especialmente interesante. Lo hago por lo que dice en el momento 2:20. Me molesta, profundamente. Hace unos meses se publicó una afirmación parecida en un artículo de opinión en El País. Por más que lo he buscado, no lo he encontrado (sin problemas, su lectura era prescindible, como este blog). En el artículo se hacía hincapie en la necesidad de madurar y afrontar los problemas para solucionarlos. Venía a decir que esa actitud de desconfiar de los políticos, los jefes, los otros... era una antitud infantil. Si bien no todo el mundo es bueno, no le podemos echar todo el tiempo la culpa a los demás.
La razón de mi molestia no es tanto que no esté de acuerdo, porque sí lo estoy; sino que parece que se busque una reacción para solucionar los problemas de otros. Sí, de otros. Vale, nadie nos obligó a hipotecarnos, podríamos haber ahorrado algo más en lugar de hacer aquel viaje, pudimos haber trabajado con más rigor y aprovechamiento, ser más flexibles en nuestros planteamientos laborales... pero lo cierto es que nos hemos quedado en el paro. Y ahora, ¿qué? Madura hombre, madura, no seas infantil y sal a buscar trabajo: 4.226.744 parados oficialmente registrados. Digo yo que no todos serán unos vagos.
Mientras tanto, por ejemplo, las cajas gallegas se fusionan, se liquida al Sr. Pego y se le paga la friolera de 10.800.000 €. No sé, a mi me parece mucho dinero. Juraría que más que con mis pequeños esfuerzos, sería mejor que otro se pusiese las pilas y no se prejubilase a sus 54 años. Ya sé que es infantil, pero me fastidia que el menda tenga que trabajar hasta los 67, mientras el paisano se dedica a vivir la vida padre. ¿Que es más una cuestión de muchos pequeños esfuerzos que de un gran esfuerzo? Pues nada, que se carguen el senado porque utilidad, lo que se dice utilidad... no tiene.
No le falta la razón a Davidiego cuando dice que todo es envidia. Hay mucha envidia y hay cierta inmadurez, pero desde luego, se fomenta a raudales. Otro problema de estructura cultural en este país de traca y pandereta. Pero esto no quita para que la nueva realidad que es la crisis, sea una realidad cada vez más injusta. Y no está bien echarle la culpa siempre a los mismos (y más, cuando la responsabilidad tampoco está repartida por igual).

lunes, 10 de octubre de 2011

Hay días que no me sé controlar

Como veo que la zona de comentarios está un poco aburrida, voy a contar una anécdota que me sucedió hoy a ver si se anima el cotarro.

Pues resulta que recibíamos a una personalidad en la institución para la que trabajo. El plan era visitar el centro y después unas obras que estamos realizando a menos de un kilómetro. A los cinco minutos de llegar la comitiva, me llaman de recepción a la oficina: "pregunta por ti el jefe de policía". Envié el correo que estaba escribiendo y me fui para la entrada. Todo el mundo en el recibidor, me cuelo por un lateral para dirigirme a la recepcionista: "está hablando con Teresa". Veo a la mujer del gabinete de comunicación con un señor de mediana edad, bien trajeado y con un bigotito fino. Deduzco que es el jefe de seguridad de nuestra invitada, o algo por el estilo. Me presentan y entablamos un corto diálogo:
- Mire-me dice-, es que aquí nadie sabe llegar a las obras.
- No se preocupe, yo les puedo indicar como llegar.
- La cuestión es que queremos ir antes de que vaya la comitiva.
- Bien, pues estoy disponible. ¿Quiere que vayamos en su coche o en el mío? -pregunté inocentemente.
- No, venga.

El hombre me lleva hacia el exterior y se dirige a una pareja de la Guardia Civil. Les comunica que sé a donde hay que dirigirse y que iré con ellos para enseñarles el camino. Me vuelve a preguntar si no me importa acompañarles y en un momento estoy entrando en el coche de la benemérita con sus colores blanco y verde, sus luces de colores y un montón de cacharrada dentro. No sé que me pasó, supongo que la situación me pareció simpática, porque desde el mismo instante en que me vi en el coche, con el alcoholímetro en el bolsillo del asiento enfrente, me puse de buen humor.
Les di unas indicaciones y nos pusimos en marcha y, aunque el viaje era corto, me decidí a entablar conversación con el chófer y el copiloto:
- ¿Qué tal va el coche?
- Consume un 11...
- ¡La leche!
- ...y tiene 250CV.
- Caramba, no está mal, pero un 11 es un 11.
- En autovía no hay quien se nos escape- lo repitió un par de veces, por si no lo oyera bien-, pero en carreteras secundarias toca por todas partes. Hay que tener mucho cuidado con los badenes.

Y aceleró, no sé muy bien si para demostrar que el coche era realmente potente, que lo era, o para darle vidilla al viaje y rematar rápido. Eso lo pensé la primera vez, porque saliendo de la glorieta volvió a acelerar y estuve en un tris de decirles "si seguimos así nos va a acabar parando la Guardia Civil, ¡ups!". Pero me controlé, que uno es un tipo serio. Pero claro, llegamos al polígono y concretamente a este lugar:
Y ya no me pude controlar: "Esto está fatal porque además, si nos ponemos estrictos, el obstáculo no se puede salvar porque la línea es continua". Pues oye, ni media sonrisa, creo que hasta les molestó un poco. ¡Qué poco sentido del humor tenía la pareja!. Menos mal que ya habíamos llegado, vieron rápidamente como organizarse y ya continuamos hablando de otras cosillas.
Al llegar de vuelta al centro, el jefe de seguridad me agradeció los servicios prestados, recalcando el hecho de que "es una experiencia, no todos los días se tiene oportunidad de subir a un coche de la Guardia Civil". ¡Ni falta que hace! le iba a contestar, pero callé, ya estaba en "modo trabajo" y soy un tipo serio.

Después me extraño de que mi hija mayor sea una vacilona.

domingo, 9 de octubre de 2011

Perseverancia, coraje y compromiso

Durante esta semana han pasado muchas cosas. Yendo como ha ido, la doy por finiquitada el domingo por la mañana, con la esperanza de tener un día tranquilo. Para no entrar en cuestiones personales, destaco una de las noticias de la semana, a pesar de que no ser tan noticia, la de los ejecutivos sin control (y, vaya por Dios, dos gallegos a la palestra). Una triste historia que nos recuerda que la falta de ética y responsabilidad están a la orden del día. Lo peor es creerse que éstas son historias ajenas. No hace falta mirar muy lejos para comprobar que esos graves defectos están muy intrincados en nuestra sociedad.
Una historia que sin duda no se recordará es la petición de Theresa May de abolir la ley británica de derechos humanos, a fin de controlar la inmigración. Creo que ya he enlazado alguna vez dichos derechos. Es fácil encontrarlos por ahí, y conviene leerlos de vez en cuando. Más que nada para comprobar que no se habla de grandes ideales, sino de auténticos derechos que nunca deberían ser cuestionados en una sociedad libre y con aspiraciones de ser justa.
Otra historia que solo recordarán unos miles de abnegados alrededor del mundo es la del Ironman de Hawaii de 2011. Victorias de Craig Alenxander y Chrissie Wellington. Quizás por una preferencia personal, me parece especialmente impactante la carrera de Chrissie, quien llegó mermada físicamente a la salida y dejó la T2 con 21 minutos perdidos con la cabeza de carrera. Al menos su historia es una historia de perseverancia, coraje y compromiso.
Estos triatletas, y muchos otros, nos recuerdan que los deseos, los objetivos, se pueden alcanzar en un entorno ético, en el que se asumen compromisos y se actúa responsablemente. Concentrados en las tareas que se deben realizar, esforzándose y superando las dificultades sin lamentaciones.

Fotografías de Triathlon Competitor.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Mis problemas con el inglés

Como muchos, yo tampoco escarmenté en cabeza ajena y minusvaloré la importancia de aprender inglés. Por si fuera poco, en EGB estudié francés, en BUP y COU inglés, en la universidad nada de nada y mi primer empleo, como becario por supuesto, fue en una multinacional francesa. Y ahí pensé que me iba a librar de la condena.
Menos mal que tuve los reflejos suficientes como para hacer un par de cursos del famoso "That's English!" antes de empezar a trabajar donde trabajo, porque a los dos meses de cambiar de empresa ya estaba volando con destino a Cambridge... Pero bueno, me puse las pilas y hoy en día tengo un nivel digno que incluso me ha permitido dar algunas charlas.

Ejemplo 1

Después, he tenido que realizar no pocas entrevistas de trabajo. Y haber desempeñado esa tarea me permite afirmar que el nivel de inglés del 99% de los candidatos a un empleo es medio. Claro que "medio" va desde "estuve dos años trabajando en una empresa alemana en la que el idioma de trabajo oficial era el inglés, así que hablaba con mis compañeros en inglés y los documentos de trabajo también eran en inglés", pasando por un "lo leo y nunca lo he hablado pero si tengo que hacerlo lo hago", hasta un increíble "¿medio? ¿puse eso en el CV? Bueno, ya se sabe que en los CV todo el mundo miente". Esto último me llevó a dudar entre descartarlo por mentiroso y caradura, o por no saber un mínimo de inglés (creo que elegí lo primero).

Ejemplo 2

A lo que iba. El caso es que en nuestro coche se escucha mucha música y no pocas veces me toca traducir las letras de las canciones. Pero, ¿qué hacer cuando la letra no se puede calificar como "para todos los públicos"? Al menos, no para públicos menores de diez años. De repente, paso de traducir las letras de motu propio (escúchese el primer ejemplo), a convertirme en un perfecto ignorante: "pues la verdad, ni idea de lo que dice la letra" (escúchese el segundo ejemplo). Soy consciente de que la situación llegará a un punto en el que sea insostenible. Espero que para entonces el problema no sea tanto la traducción, como la acción. ¡Qué Dios nos pille confesados!

martes, 4 de octubre de 2011

En busca de inspiración

Supongo que en algún momento todos necesitamos un hecho, unas palabras o una canción que nos ayude a ir más allá o a transitar por un momento difícil. Otras veces, basta con un punto extra de motivación. Algo que nos devuelva la alegría por lo que estamos haciendo.


Este es un tema recurrente en los blogs, al menos en los de carácter deportivo. A pesar de solo recibir un comentario, una de las entradas que más visitas ha recibido este blog es la de "Poemas inspiradores". Por mi parte, muchas veces he disfrutado de las entradas de otros en el sentido que describo. Así, por ejemplo, recuerdo frecuentemente una entrada de Nacho Cembellín en la que se hacía eco de unos pensamientos de Regina Brett (los originales, aquí).

La canción con subtítulos,creo que merece la pena.

Pero hoy quería destacar el blog de Pablo Cabeza, de quien siempre se aprende a través de sus crónicas (la de su primera participación en Hawaii es simplemente increíble), historias (como la que dedicó hace un tiempo a la trastienda del Ironman de Hawaii) o pensamientos (como éste que me ha empujado en algunos entrenamientos que no querían salir). Gracias.

domingo, 2 de octubre de 2011

El tiempo de nuestras vidas

El puerto deportivo de Vigo

A menudo tengo la impresión de que corro a través del tiempo y, este momento en particular, lo recordaré como de transición. Aunque todavía no sé hacia donde voy, y quizás nunca lo sepa.
Sol y Sombra, en Sevilla

Empezé la semana con un festivo local. He estado en Vigo, Pontevedras, Linares, Cádiz, Sevilla y otra vez en Vigo. Ha sido una semana muy ajetreada. De ir de un lado a otro, comiendo a deshora, viendo como el "correo sin leer" crecía sin parar, encajando pequeños entrenos a última hora del día. Mi humor a oscilado desde un alegre ma non troppo, hasta un sumamente enfadado y vuelta a la normalidad.
En algún lugar en San Fernando, Cádiz

Viajar con un compañero con el que te llevas bien es una suerte. Volamos desde Santiago a Sevilla y la primera noche le llevé a cenar al Sol y Sombra. Taberna típica en la que arreglamos el mundo, tal y com estaban haciendo los demás clientes, excepto una pareja de turistas que se dedicaban a disfrutarlo.
Vista desde A Taberna do Croque, en Vigo

Ese mismo día, probé el minimal running. Ryanair y sus famosas restricciones de equipaje en cabina me convencieron de que llevase mis escarpines: sin amortiguación, sólo una suela de goma. Al día siguiente corrí algo más de veinte minutos sin mayores molestias. Una sorpresa.
La Ría, que este año no pude cruzar

La semana fue pasando, hacíamos nuestro trabajo y se nos acumulaba más en casa. Ya el viernes tomamos el AVE a Madrid y con Spanair, volamos de Madrid a Santiago. Una amargada nos obligó a facturar las maletas y, ante nuestra queja, nos recomendó que reclamásemos al presidente del gobierno. Después una hora de retraso el avión despegó. La compañía nos obsequió con una revista con un reportaje sobre Vigo. Ni a propio intento se podrían poner fotos con menos encanto.
La máquina de la felicidad

Llegamos a Vigo, después de conducir desde Santiago, comprobando que si hubiésemos salido en coche desde Sevilla, hubiésemos llegado en el mismo tiempo. Dos mujeres y cinco niños viviendo vidas paralelas, comunicadas por el teléfono...
Un papel higiénico que expresa un deseo popular

El sábado rodé con prisa en la BTT. Adelanté a todo aquel que se puso en mi camino. Hizo calor, me sentía bien, volvían las buenas sensaciones. A la noche, disfruté de un mojito y me reí con el papel higiénico del bar.