Me gusta esta distancia
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
Había marcado el objetivo de la media distancia el año pasado, lo eliminé a principios de año y, apenas hace doce semanas, volví a poner la X en el calendario: con el entreno que pueda, me presento y trato de finalizar. A Lisboa ya no llegaba, y me resultaba caro. Buelna era arriesgado por las fechas y además el perfil me parecía excesivo para un debut. Aveiro era perfecto.
Y allí todo son facilidades, excepto para pagar, que no hay manera de hacerlo a distancia. Pero da igual, puedes pagar los veinticinco euros el mismo día de la prueba. Hace un par de semanas incluso consulté la disponibilidad de un hotel apañadito para viajar los cuatro (ya se sabe que uno se lleva a la directora y a la afición a todas partes) y había de todo y a buen precio. ¡Ah!, pero me confié y el martes pasado ya solo encontré tres hoteles, incluyendo a uno que especificaba "habitación y baño compartido", ¡glups!
Toque español en una prueba internacional
Daba igual, escogí uno de los dos la mar de satisfecho porque estaba a unos siete kilómetros de donde se realizaba la prueba. A siete kilómetros...¡en línea recta, claro! Pero para ir en coche desde Aveiro hasta Sao Jacinto hay que conducir durante más de 50km. Habiendo que dejar tiempo para hacer la digestión del desayuno, esto no era un problema para el triatleta, pero no hizo feliz a la afición. Yendo desde Galicia, en otra ocasión buscaré alojamiento al sur de Oporto y así acorto el regreso al acabar.
Despacito y buena letra, dice el maestro en la escuela
Las ocho menos cuarto, el neopreno sin poner, no veo a la directora, me esperan 113km, si todo va bien algo menos de seis horas de carrera y, por primera vez en mucho tiempo, me noto nervioso antes de la carrera. Nervioso de verdad. Respiro hondo, me pongo medio neopreno, me echo la vaselina y me voy a buscar bolsa en mano a quien me falta. Cinco minutos de crisis pero tengo tiempo de realizar unos movimientos de calentamiento y entrar en el agua ya sin agobios unos minutos antes de la salida.
La natación discurría en el puerto. Hubo que realizar dos vueltas sin salir del agua a un gran rectángulo marcado por seis boyas. Un circuito muy fácil: fácil orientarse, sin olas, unos 150 participantes...bien. Nado sin prisas, tratando de evitar problemas y completo el segmento en menos de 37 minutos. Confirmo que he mejorado en el agua, no se puede decir que sea rápido pero ya no soy tan lento.
Noventa kilómetros en bici, la tirada más larga de 2011. Sí, la más larga. Plenamente consciente de mis limitaciones ciclistas, mi objetivo era moverme por debajo de las 136ppm para llegar en buenas condiciones a la carrera a pie. Esto se debía de traducir en unos 27 o 28km/h.
Señor, ten piedad
El recorrido era llano y consistía en ir de Sao Jacinto a Torreira cuatro veces por la misma carretera. De ese modo, mi carrera se podría resumir en: a la ida se vuela, a la vuelta se pena. En efecto, el viento a favor en sentido a Torreira contribuía a que, sin esfuerzo, pedalease a más de 30km/h, lo que no evitaba que me adelantasen una y otra vez otros triatletas en bicicletas preciosas o no tanto, pero que me adelantasen. Y a partir del punto de giro, tocaba esforzarse cuidando de no sobrepasar ese delicado punto de equilibrio en el que desgastas más fuerzas de las que debes.
¿Quién me quería ver acoplado?
Mi obsesión era beber y comer correctamente. Me había convencido después del Aviaman de que tenía que mejorar mi estrategia en este sentido por lo que en Aveiro funcioné como un reloj. ¿Bebí más de la cuenta? Puede ser, rematando la primera vuelta ya tenía ganas de parar, así que pasado el ecuador de la segunda vuelta eché el pie a tierra. ¡Gloria bendita! Que importan unas posiciones cuando una lágrima se escapa por el alivio infinito. Bueno, esto tendría su gracia si no fuese porque a mitad de la tercera vuelta volvía a estar en la misma.
No fue lo peor. Antes de la prueba me preocupaba que había entrenado poco con los acoples, tan nuevecitos ellos, y descubrí que lo que había era entrenado poco con el mono del club que no se puede decir que tenga badana. Unas ligeras molestias en la tercera vuelta se tornaron en un inconveniente serio durante la cuarta vuelta. Estaba bien de fuerzas, seguía yendo al mismo ritmo que en vueltas anteriores, pero no me podía aplicar más. Y ya cerca del punto de giro, un veterano se puso a chupar rueda de forma descarada. Le invito a pasar y el muy sinvergüenza me contesta que ya va mayor. Intenté dejarle atrás, pero no podía, así que, segunda parada técnica y peléate tú solo contra el viento, que yo haré lo propio en cuanto acabe.
En resumen, 28km/h según mi reloj, 27,5km/h oficiales. ¡Hay que ver lo caras que están estas paraditas! Llego a boxes en antepenúltima posición. Una pena.
Escribo una pena, pero llegué así de contento
La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces
Comienzo la media maratón sobradísimo. Quería correr entre 5:07 y 5:22 y al mirar el reloj veo que voy por debajo de 5 minutos el kilómetro. La directora me pide calma pero mi cabeza me empuja y las piernas van solas. Quedaban por delante cinco vueltas completamente llanas, la mayor parte de ellas por el interior de la base militar. El circuito no tiene un metro de sombra y el sol luce durante la mayor parte de la carrera a pie. Para mí, son buenas condiciones.
Al pasar cerca de los hangares por primera vez, no puedo evitar pensar que se me va a hacer largo pasar por el mismo punto otras cuatro veces más, pero en seguida comienzo a adelantar a otros participantes y me voy creciendo. Mantengo un ritmo muy constante y bebo y me alimento con regularidad. Pierdo la cuenta de la gente a la que paso, voy que me salgo haciendo la cuenta atrás de las vueltas que me quedan para completar un evento que hace no tanto me parecía inasequible. Tan solo durante la última vuelta mis gemelos me avisan seriamente de que hay que ir acabando o ponen ellos el punto y final, pero me muestro inflexible con ellos.
Cruzo la meta completando los 21km por debajo de la hora y cuarenta y siete minutos, y el triatlón en 5 horas y 44 minutos. Justo según mi previsión tendente a optimista (la muy optimista era de 5:33, la tendente a pesimista de 5h58min y la pesimista de 6:04, me entretengo con estas cuentas, no hay trampa ni cartón).En resumen, muy contento por la prueba realizada. Muy satisfecho de un triatlón que es ideal para debutar en esta distancia y en el que probablemente repita. Tan solo me queda dar las gracias a mi equipo deportivo y, de forma muy especial a la directora deportiva, a la que tanto le debo. I've got nothing but love for you.