martes, 31 de mayo de 2011

II Triatlo Longo de Aveiro

Me gusta esta distancia

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
Había marcado el objetivo de la media distancia el año pasado, lo eliminé a principios de año y, apenas hace doce semanas, volví a poner la X en el calendario: con el entreno que pueda, me presento y trato de finalizar. A Lisboa ya no llegaba, y me resultaba caro. Buelna era arriesgado por las fechas y además el perfil me parecía excesivo para un debut. Aveiro era perfecto.
Y allí todo son facilidades, excepto para pagar, que no hay manera de hacerlo a distancia. Pero da igual, puedes pagar los veinticinco euros el mismo día de la prueba. Hace un par de semanas incluso consulté la disponibilidad de un hotel apañadito para viajar los cuatro (ya se sabe que uno se lleva a la directora y a la afición a todas partes) y había de todo y a buen precio. ¡Ah!, pero me confié y el martes pasado ya solo encontré tres hoteles, incluyendo a uno que especificaba "habitación y baño compartido", ¡glups!
Toque español en una prueba internacional

Daba igual, escogí uno de los dos la mar de satisfecho porque estaba a unos siete kilómetros de donde se realizaba la prueba. A siete kilómetros...¡en línea recta, claro! Pero para ir en coche desde Aveiro hasta Sao Jacinto hay que conducir durante más de 50km. Habiendo que dejar tiempo para hacer la digestión del desayuno, esto no era un problema para el triatleta, pero no hizo feliz a la afición. Yendo desde Galicia, en otra ocasión buscaré alojamiento al sur de Oporto y así acorto el regreso al acabar.

Despacito y buena letra, dice el maestro en la escuela
Las ocho menos cuarto, el neopreno sin poner, no veo a la directora, me esperan 113km, si todo va bien algo menos de seis horas de carrera y, por primera vez en mucho tiempo, me noto nervioso antes de la carrera. Nervioso de verdad. Respiro hondo, me pongo medio neopreno, me echo la vaselina y me voy a buscar bolsa en mano a quien me falta. Cinco minutos de crisis pero tengo tiempo de realizar unos movimientos de calentamiento y entrar en el agua ya sin agobios unos minutos antes de la salida.
La natación discurría en el puerto. Hubo que realizar dos vueltas sin salir del agua a un gran rectángulo marcado por seis boyas. Un circuito muy fácil: fácil orientarse, sin olas, unos 150 participantes...bien. Nado sin prisas, tratando de evitar problemas y completo el segmento en menos de 37 minutos. Confirmo que he mejorado en el agua, no se puede decir que sea rápido pero ya no soy tan lento.

Quien tiene paciencia obtendrá lo que desea
Noventa kilómetros en bici, la tirada más larga de 2011. Sí, la más larga. Plenamente consciente de mis limitaciones ciclistas, mi objetivo era moverme por debajo de las 136ppm para llegar en buenas condiciones a la carrera a pie. Esto se debía de traducir en unos 27 o 28km/h.
Señor, ten piedad

El recorrido era llano y consistía en ir de Sao Jacinto a Torreira cuatro veces por la misma carretera. De ese modo, mi carrera se podría resumir en: a la ida se vuela, a la vuelta se pena. En efecto, el viento a favor en sentido a Torreira contribuía a que, sin esfuerzo, pedalease a más de 30km/h, lo que no evitaba que me adelantasen una y otra vez otros triatletas en bicicletas preciosas o no tanto, pero que me adelantasen. Y a partir del punto de giro, tocaba esforzarse cuidando de no sobrepasar ese delicado punto de equilibrio en el que desgastas más fuerzas de las que debes.
¿Quién me quería ver acoplado?

Mi obsesión era beber y comer correctamente. Me había convencido después del Aviaman de que tenía que mejorar mi estrategia en este sentido por lo que en Aveiro funcioné como un reloj. ¿Bebí más de la cuenta? Puede ser, rematando la primera vuelta ya tenía ganas de parar, así que pasado el ecuador de la segunda vuelta eché el pie a tierra. ¡Gloria bendita! Que importan unas posiciones cuando una lágrima se escapa por el alivio infinito. Bueno, esto tendría su gracia si no fuese porque a mitad de la tercera vuelta volvía a estar en la misma.
No fue lo peor. Antes de la prueba me preocupaba que había entrenado poco con los acoples, tan nuevecitos ellos, y descubrí que lo que había era entrenado poco con el mono del club que no se puede decir que tenga badana. Unas ligeras molestias en la tercera vuelta se tornaron en un inconveniente serio durante la cuarta vuelta. Estaba bien de fuerzas, seguía yendo al mismo ritmo que en vueltas anteriores, pero no me podía aplicar más. Y ya cerca del punto de giro, un veterano se puso a chupar rueda de forma descarada. Le invito a pasar y el muy sinvergüenza me contesta que ya va mayor. Intenté dejarle atrás, pero no podía, así que, segunda parada técnica y peléate tú solo contra el viento, que yo haré lo propio en cuanto acabe.
En resumen, 28km/h según mi reloj, 27,5km/h oficiales. ¡Hay que ver lo caras que están estas paraditas! Llego a boxes en antepenúltima posición. Una pena.
Escribo una pena, pero llegué así de contento

La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces
Comienzo la media maratón sobradísimo. Quería correr entre 5:07 y 5:22 y al mirar el reloj veo que voy por debajo de 5 minutos el kilómetro. La directora me pide calma pero mi cabeza me empuja y las piernas van solas. Quedaban por delante cinco vueltas completamente llanas, la mayor parte de ellas por el interior de la base militar. El circuito no tiene un metro de sombra y el sol luce durante la mayor parte de la carrera a pie. Para mí, son buenas condiciones.
Al pasar cerca de los hangares por primera vez, no puedo evitar pensar que se me va a hacer largo pasar por el mismo punto otras cuatro veces más, pero en seguida comienzo a adelantar a otros participantes y me voy creciendo. Mantengo un ritmo muy constante y bebo y me alimento con regularidad. Pierdo la cuenta de la gente a la que paso, voy que me salgo haciendo la cuenta atrás de las vueltas que me quedan para completar un evento que hace no tanto me parecía inasequible. Tan solo durante la última vuelta mis gemelos me avisan seriamente de que hay que ir acabando o ponen ellos el punto y final, pero me muestro inflexible con ellos.
Cruzo la meta completando los 21km por debajo de la hora y cuarenta y siete minutos, y el triatlón en 5 horas y 44 minutos.  Justo según mi previsión tendente a optimista (la muy optimista era de 5:33, la tendente a pesimista de 5h58min y la pesimista de 6:04, me entretengo con estas cuentas, no hay trampa ni cartón).
En resumen, muy contento por la prueba realizada. Muy satisfecho de un triatlón que es ideal para debutar en esta distancia y en el que probablemente repita. Tan solo me queda dar las gracias a mi equipo deportivo y, de forma muy especial a la directora deportiva, a la que tanto le debo. I've got nothing but love for you.

lunes, 30 de mayo de 2011

Xocas 70.3

¡Ya soy medio hombretón! (La crónica en breve.)

viernes, 27 de mayo de 2011

De feriante

El verme tan contento cerca del último avituallamiento de la última vuelta del Aviaman, me tranquiliza. Se suponía que ésta debería de ser la semana del "tapering" perfecto. Entrenos controlados, mucho descanso y alimentación cuidada. Sin embargo, las cosas no siempre son como uno quisiera y me ha tocado estar de feriante en Munich.
Empezamos muy contentos...

Toda la semana sentado en un taburete o de pie, las medias de compresión me han valido la vida al final del día. Carrera y nada de bici ni piscina. Afortunadamente, se supone que el trabajo ya está hecho.
Ya encontré el primer coche eléctrico que me gusta.

A cambio, he vuelto a disfrutar, aunque fuera poco, de una ciudad que me encanta. Y a punto estuve de renovar las zapatillas ciclistas, si no fuese porque en el país de la tecnología el terminal de las tarjetas no funcionaba y no llevaba suficiente efectivo en firme. Eso sí, en triathlon.de, dejé la tienda perdida de babas a la vista de las tremendas bicis de contrareloj que allí había.
...acabamos cansaditos.

En fin, que me he pasado el viaje de vuelta haciendo números y ya veremos que realidad sale a relucir el domingo. Saludos desde el aeropuerto de Barcelona.

sábado, 21 de mayo de 2011

¿Me perdonarán los Velominati?

Hoy me he saltado a la torera la octava regla. Quizás porque no soy un Velominati, quizás porque ni siquiera soy un ciclista. Pero me gustó tanto ese verde brillante. Y más allá de eso, la cinta es una de esas que tiene gel y la verdad es que su tacto es extraordinario. Al menos por ahora que está nueva.

jueves, 19 de mayo de 2011

Aviaman

Bienvenido a la media distancia

Así de contento finalicé la jornada

Desde que remató la prueba, no he conseguido encontrar tiempo para escribir en este sitio, y ahora que me he sentado delante de la pantalla, solo pienso en ir a descansar. Así que la crónica será breve: acabé.
Bueno, no tan breve pero no mucho más larga, después de todo tanto el Furacán como Atalanta ya han escrito sendas crónicas y no se trata de aburrir a nadie.

Para sorpresa de la directora, salí del agua mucho antes de la previsto

Antes de nada, me gustaría decir que en mi cabeza resonaba una música épica que me llevaba a un estado místico en el que no sentiría el dolor, pero la verdad es que no se me iba de la cabeza el Crystal Frontier de Caléxico (abrir en pestaña adjunta para disfrutar de la banda sonora).
Mi primer triatlón de distancia mayor que un olímpico y, por consiguiente, más allá de la corta distancia. Esto a pesar de que la natación serían unos 1.200 o 1.300m que completé proporcionalmente más rápido que en ningún otro triatlón en el que haya participado. Es cierto que el agua estaba fresquita, pero salvo la incomodidad de sentir los labios muy fríos, nadé relajado, cómodo y acabé en la mitad del "pelotón".
El único participante al que le costó sonreir el domingo ;-P. Los demás, íbamos felices de la vida:
Alba (¿son imaginaciones mías o ha progresado un montón?) 
Jesús Carlos 

Acostumbrado a salir en las últimas posiciones del agua, me encontré con que me adelantaron por docenas en la bici, hasta llegar a mi posición natural. Así, durante más de la mitad de la prueba fui pensando "ya voy el último, no me puede pasar nadie más", y me adelaban otros tres triatletas más. De locos.
El menda lerenda


Pero la verdad es que no me importaba. Mi objetivo del día era finalizar la prueba y para ello tenía que superar el tiempo de corte. Traté de llevar un ritmo acorde a los objetivos, pero más fuerte que el día que reconocí el terreno. Lo malo fue que al llegar a la subida a Coto dos Xarotos el tramo final se me atragantó un pelo. No demasiado, ya que traté de atravesar el parque eólico rápidamente y tenía fuerzas para ello. Sabía que la bajada la haría entre despacio y muy despacio y no quería perder tiempo.
Desde allí arriba, las vistas eran espectaculares

Sin embargo, en la última subida a Pena Corneira, descubrí que superaría el tiempo de corte sin problemas y que aquellos pocos kilómetros con un desnivel razonable se me harían muy largos. Y lo fueron. Inasequible al desaliento, simplemente me esforcé en avanzar y en subir, al tiempo que trataba de no pensar en que después tendría que correr 14km para soltar las piernas.
Así de contento llegué a la transición

La carrera como era de esperar me costó lo mío. En lugar de mantener un ritmo constante como tengo por costumbre, lo fui perdiendo aunque no llegué a caminar y siempre me mantuve por debajo de los 6 minutos el kilómetro. Es decir, con dignidad suficiente. Llegué a meta realmente cansado pero muy satisfecho. La verdad es que cuando se cumple con los mandamientos que uno se auto-impone, los pequeños sufrimientos de la carrera merecen la pena.
Trote cochinero

Al galope

Para la anécdota comentar que mi padre me veía participando en un triatlón por primera vez y justamente lo hizo en uno especialmente duro y más largo de lo que por aquí se estila. Creo que le ha sorprendido lo exigente que puede llegar a ser. Nada que merezca la pena es gratis.
Por último mi más sincera enhorabuena a la organización, el Club Triatlón Beariz ha dado un paso al frente y tiene una criatura única entre manos. ¡Felicidades! También felicitar a todos los amigos que finalizaron este triatlón, es decir a todos los participantes. Una prueba en familia en un lugar maravilloso.
Y un poco de vida social: con el Furi

Con Pastrana, testigo de mi desfallecimiento en Pena Corneira 2 (segundas partes nunca fueron buenas)

Con Atalanta, un tipo de otro planeta o de Ciudad Rodrigo, no recuerdo bien.

Con Jesús Carlos, sosteniendo la copa que dan a los de cola de pelotón para que estemos contentos.

Las fotos son de la directora, como siempre, de Mateo y de Beatriz Viteri. Muchas gracias a todos, y gracias por los muchos ánimos recibidos (que buena falta hacían).

sábado, 14 de mayo de 2011

Los diez mandamientos

De las carreras y para mi, por supuesto.

1. Acabarás las carreras de una pieza y sin lastimarte.
Ten en cuenta que normalmente hay que ir a trabajar al día siguiente y, a las pocas semanas como mucho, habrá otra competición.

2. Disfrutarás de cada momento antes de la competición, durante la misma y al finalizarla (hayas o no cruzado la línea de meta).
¡Qué para eso vas! Porque como esperes por algún patrocinador generoso...
3. Finalizarás aquellas carreras que empieces.Así que vete olvidándote del comentario en paréntesis del segundo mandamiento.

4. No quedarás el último.
 Ya que no podrás quedar de primero, al menos no cierres la carrera.

5. Te esforzarás en dar lo mejor de ti mismo.
Porque, después de todo, a nadie más que a ti le importa realmente el resultado.

6.  Respetarás el reglamento, haciendo gala del más exquisito fair play.
Y recuerda que el respeto a las normas empieza por el respeto a uno mismo.

7. Prestarás ayuda al deportista en apuros.
Siempre y cuando los apuros provengan de un incumplimiento del primer mandamiento (sino, sin misericordia, aquí no se espera por alguien al que se le haya salido la cadena).

8. Agradecerás de corazón los ánimos de los aficionados.
Especialmente si provienen de la directora deportiva y sus pequeñas escuderas.

9. Santificarás el día de la carrera
No hace falta besar el dorsal, pero al menos lleva limpia la bici.
10. No codiciarás el material ajeno, ni sus resultados
Por más que te hagan tilín las ruedas de perfil alto, piensa que la hipoteca llama a la puerta mensualmente.
Estos mandamientos se resumen en dos: amarás al deporte sobre todas las actividades de ocio y a las carreras, y los entrenos, como un estilo de vida.
Algo de esto ya lo había dicho antes, pero la cuenta atrás casi ha finalizado y conviene recordarlo.

martes, 10 de mayo de 2011

Campeonato de España de Triatlón Sprint

Algún triatlón tenía que ser el primero de la temporada

Mientras esperaba a las puertas de la ambulancia para que me limpiasen el arañazo del brazo, los enfermeros le contaban a unos andaluces lo abierto del carácter coruñés: "La Coruña es una ciudad que te recibe con las puertas abiertas". Pues eso mismo, que ya podían cerrar de vez en cuando las puertas, o arrimarlas al menos, porque con tanto aire ni se pedalea ni se corre a gusto. Y aún encima, llovió a ratos. Pero bueno, cómo no perdonar estos ligeros contratiempos a una ciudad que tiene tanto que ofrecer.
No fue tan duro como se preveía (mejor, mejor...ya vendrán pruebas peores).

Aunque pueda sonar pretencioso, acudí al campeonato con la intención de hacer un entrenamiento de calidad, ponerme el neopreno y estrenarme en un triatlón por primera vez este año. Además, me sirvió para hacer un pequeño experimento. No escribiré que no me hubiese gustado clasificarme, pero uno es consciente de sus habilidades y, por el momento, un premio así no está a mi alcance. Eso sí, traté de hacerlo lo mejor posible, y más o menos así fue. El experimento: comprobar como rindo levantándome a las 5:30h y compitiendo a primera, esto...segunda hora de la mañana. No me quedaba otra, no podía viajar a Coruña el día anterior así que salíamos desde Vigo. Y es un "salíamos" porque en esta casa, las cosas se hacen en familia (son unas santas, el perro no cuenta).
Ni me acordaba de como se quitaba el neopreno

En cuanto a la carrera, no hay mucho que contar. El mar estaba un poco movido y el agua algo fría, pero nada que asuste a un hombre de pelo en pecho (allí no se asustó ni él de pelo en pecho, ni él de pecho rasurado y, por supuesto, ellas tampoco se asustaron). La natación quizás algo más larga de la cuenta, creo que al contrario que los otros dos sectores. Nadé a mi ritmo, cómodo y bien orientado. Ni di ni recibí golpes, así que perfecto. La nota negativa fue al llegar a boxes, en donde resbalé en una zona de hierba, justo en frente de un juez quien comenzó a avisar de que se resbalaba, ¡a buenas horas! Un arañazo, un cierto dolor en la muñeca y me desconcentré, haciendo una transición algo más lenta de lo habitual.
Juanjo en modo caza y captura

¡Vaya! Qué difícil es aparcar en A Coruña

Creo que solamente miré el reloj un par de veces durante la carrera. La primera al comienzo del segmento ciclista para descubrirme pedaleando a 37km/h. Y así de contento fui hasta el repecho del obelisco. Ya me habían advertido que la subida era corta pero intensa, y que iba a subirla clavado. Lo confirmé con cierto desánimo, las cuatro veces. Perdí algunos puestos en la bici y dejé la media en 28km/h, una risa. Este año, no me estoy encontrando en absoluto con chispa sobre las dos ruedas, aunque sí más resistente. Será cuestión de seguir teniendo fe (y entrenando, claro). Y ya la carrera, al revés de lo que me suele suceder, de más a menos pero más rápida que en otras ocasiones, incluso suponiendo que el circuito era más corto, por lo que satisfecho.

En GGEE compiten atletas de todos los tamaños, digo...¡niveles!

André Luiz se dio cuenta, tarde, de que se olvidaba la gorra.

¡Uy! Y el Xocas con esos pelos.

Por último, aprovecho la ocasión para hacer algunos apuntes. Lo primero que ver competir a Javier Gómez Noya siempre es un lujo. Era la tercera vez que lo veía en directo y nunca defrauda. Ahora bien, ayer en la carrera a pie, no tuvo que despeinarse. ¡Qué diferencia de nivel! Lo segundo, destacar el nivel deportivo del Galaico Cidade de Pontevedra, club en el que tengo la suerte de "militar": segundo, tercer, cuarto y séptimo puestos en junior para Francisco Gonzalez, Óscar Castro, Iván Castro e Ismael Vieitez. Primer puesto en GGEE 65-69 para Manuel Cruces (nadando en 14'39'').

 El abuelo cebolleta con Jesús Carlos. Dicho animalito nadó en 12'4''

El abuelo cebolleta, ya duchado y vestido de persona normal, con Iván, Juanjo, Óscar e Ismael.

Mención aparte merece Pablo Dapena, descalificado por mala puntería (la explicación completa en su blog). Pero para que el curioso lector sepa como se las gasta al sprint (que le situaría el décimo en meta, aunque no en la clasificación), la siguiente secuencia de fotos.


Si alargo así la zancada, al día siguiente no me levanto de la cama.

viernes, 6 de mayo de 2011

Deportistas admirables...y admirados

Desde luego, no soy dado a los ídolos deportivos, en realidad, a los ídolos en general. Y eso a pesar de que la lejanía, y los gabinetes de comunicación, facilitan una visión idealizada de la personas que están detrás de los deportistas públicos. Sin embargo, sí admiro a un buen número de deportistas, aceptando además sus debilidades y errores (a menos que éstos se refieran al incumplimiento de los reglamentos pertinentes y especialmente en lo relativo al dopaje).
Y entre los deportistas a los que más admiro, están los más cercanos, los populares que ponen pasión, determinación y esfuerzo para lograr sus metas. Objetivos grandes o pequeños, pero siempre singulares por definición, y vivos, y vivídos. A continuación, unos colegas de carne y hueso y unas notas de su actuación en el Lisboa International Triathlon.

Mateo. La competición
4h41min. Puesto 68º de la general, 21º en su grupo de edad. La mirada le delata, es una fiera en carrera y este año lo ha demostrado en Lisboa. Además, es un tipo estupendo. ¡Enhorabuena!

Juanjo. Una fuerza de la naturaleza
5h4min. A tenor de sus palabras, uno pensaría que siempre cierra la carrera, pero lo cierto es que se mueve de la mitad hacia arriba de la tabla...o bastante más. Si pudiese entrenar mejor, daría más de una sorpresa. Eres un fenómeno.

Carlos. Las ideas claras
Finisher y feliz. El tiempo es lo de menos, el camino y disfrutar de la recompensa que supone el día de competición es lo de más. Esa energía positiva, también la quiero para mí. Carlos, eres un grande.

jueves, 5 de mayo de 2011

El triatlonero y la licencia

- Papi, ¿tú eres un triatlonero?
- ¿Cómo?
- Sí, a los que hacen triatlón, ¿no se les llama triatloneros?
- Pues no, se les llama triatletas.
- No, pues para mi eres un triatlonero.

Así ya está resuelta la eterna discusión de si haces triatlón o eres triatleta (aquí un buen debate al respecto). Si eres un paquete, a lo más que puedes aspirar es a ser un triatlonero. Eso sí, hay que fastidiarse con estos "elitismos". Que yo sepa, a un tipo que corre se le llama corredor y no se dice de él que "hace carreras a pie". Y vamos, como aparezcas por algún lado con una moto ya eres "motero", pero como no hagas unos buenos miles de kilómetros en bici no son pocos los que no te admitirían la categoría de ciclista, popular, por supuesto, pero ciclista.

Lo cierto es que este triatlonero estaba hoy jugando con su licencia y vio algo en su reverso que le llamó la atención (supongo que no habrán hecho uno específico para mí). El reverso:
Este año me impidieron participar en una prueba porque no hacía quince días que mi licencia había sido expedida. Lo curioso es que también es válida desde el uno de enero. En fin, me voy a abstener de hacer comentarios por si las moscas.