sábado, 30 de abril de 2011

Cansancio

"Sigo cansado, me tengo que tomar esta semana de transición". Esto escribió Clemente Alonso en su blog y un poco más adelante mencionó un nuevo concepto para mí: alto rendimiento vital. Esta semana que está acabando ha sido una semana de alto rendimiento vital. Existen muchos tipos de cansancio, pero el que más me machaca es el que se produce en situaciones de tensión nerviosa. Ahora que todo ha pasado y todo ha ido bien, el cansancio afloró. El miércoles estaba reventado, el jueves vacío, el viernes no me tenía y el sábado, ya tranquilo, me he sentido aliviado de tan solo notar un agradable cansancio proveniente de un rodaje tirando a largo en bici. ¡Bendito sea el cansancio deportivo!
Aprovecho la ocasión para felicitar a todos los finisher que se dieron cita en Lisboa: Juanjo, Carlos, Mateo, Mildo...¡Enhorabuena!

martes, 26 de abril de 2011

Aviaman: segmento ciclista

O Dios bendiga al compact, y me perdone por no tener bien ajustado el cambio.
Y ahora la crónica de mi reconocimiento del segmento ciclista del Aviaman. La voy a intentar escribir pensando en aquellos que no van a tener la oportunidad de reconocer el circuito antes de la carrera y, por supuesto, comentarios y conclusiones posiblemente solo sean aplicables a aquellos que cerraremos la carrera preocupados más por los tiempos de corte y acabar, que por quedar uno o dos puestos más atrás o mucho más atrás.

Antes de las nueve arranqué con el coche desde Ribadavia camino hacia Leiro. El sol había salido y el cielo estaba bastante despejado. Sin embargo, el termómetro marcó durante toda la ruta, entre 10 y 11 grados. En el momento no lo pensé, pero si el día D la temperatura es similar, algo de frío podemos pasar antes de meternos en el agua y al salir. Dentro del río no hay duda, el agua estará muy fría en cualquier caso. No hay riesgo de que se prohiba el neopreno. Más bien al contrario, el doble gorro es muy recomendable y ya veremos si no salimos tiritando. En fin, había ido a pedalear y para ello me preparé. Llevaba conmigo a mi muy querida Cannondale Six13, con sus acoples nuevos por no desmontarlos. Platos de 50 y 34, coronas de 12 a 27, en teoría... Un bidón de 750ml con 1/3 de Isostar y 2/3 de agua y otro bidón de 500ml con 1/2 de Isostar y 1/2 de agua. 3 barritas energéticas, 4 orejones, un teléfono móvil (ja, ja) y unos eurillos. ¡Ah! y las zapatillas todavía mojadas por culpa del aguacero del viernes.

Mis cuentas para el día eran las que siguen: Reservando 35 minutos para la natación, transición y cualquier posible problemilla, tenía que llegar en 55 minutos a Pena Corneira, en 2h 10min a Coto Xarotos y estar de regreso en Leiro antes de 3h 10min. Así que, tranquilo y apuntando a los tiempos de corte.
Arranco del lugar en el que supongo montarán los boxes no sin antes admirar al BMW 2002 de la foto. Recorro los 300m llanos de la prueba y comienza la subida a Pena Corneira. En un pis pas ya estaba sudando, las zapatillas las notaba como siempre y pedaleaba de pie utilizando el plato de 34 y la corona de 19 (me prometí a mi mismo no utilizar las 3 coronas de reserva hasta el puerto principal, una pequeña treta psicológica). Las primeras rampas son las más duras. En seguida te sorprendes de lo abajo que queda Leiro y lo mucho que intuyes que queda por subir. Atravesando Paredes un perro se apiada de mi pobre ritmo y arranca a por mí para animarme a todo ladrido, obligándome a exhibirme en un sprint cuesta arriba que deja al perro agotado y a mi con el corazón saliéndome por la boca. Mejor que suceda esto subiendo que bajando. Más adelante la pendiente se suaviza aunque en ningún momento se pueda calificar de relajada. Llego a Pena Corneira en 42 minutos. ¡Bien!
El ritmo en Pena Corneira decae hasta que llego al cruce y tengo la seguridad de que tomo el desvío correcto (es curioso, siempre he subido este alto por las otras dos vertientes y estaba un poco despistado). Bajo hacia Avión y durante un par de minutos me acoplo. Intuyo, fíjate tú, que estos aparatejos no van a tener mucha utilidad el día de la prueba. El firme es bueno y la bajada segura. Empieza la subida hacia Avión. Después de Pena Corneira es coser y cantar, abro la primera barrita, bebo un poco y en nada llego al pueblo. Lo subo, porque esto es todo subir y después sigo subiendo y subiendo hasta que un paisano me avisa de que a cien metros se acaba la cuesta. Corono el Alto de Sifón. Fin del recorrido común de ida y vuelta, vamos a por el bucle que incluye la famosa subida al Coto dos Xarotos.
La primera parte de la bajada es relativamente fácil. Supongo que un buen ciclista podrá ir a todo trapo. Sin embargo, pronto se llega a un cruce y, con el cambio de carretera, el firme empeora y la bajada se vuelve más peligrosa. Aquí, prudencia. Se llega a Abelenda y, de nuevo, toca subir. Ésta es la tónica del circuito, parece que las bajadas no duran y que no se deja de subir en todo el recorrido. Y ahora empieza la parte más seria (¿sí?). La primera parte de la subida hasta Rodeiro la hago con la sensación de que es fácil, a pesar de que ya se afrontan pendientes importantes, de más del 10%. Apenas he bebido, llevo media barrita comida, el paisaje es precioso, voy confiado. Paso el cementerio del pueblo y pienso "de un momento a otro van a empezar las rampas de verdad y ni siquiera he comido bien, ¡vamos a comer un poco!". Quito la barrita de la chaqueta, la abro, miro hacia delante y veo un pedazo de cuesta tremendo. ¡Ala! media barrita de golpe a la boca, agarro el manillar con las dos manos, comienzo a jadear mientras mastico... ¡Señor! parezco Triki dándome un atracón. Espectáculo digno de vídeos de primera. Por no fuese suficiente, al poco tiempo me trago una mosca (o vete a saber que clase de insecto fue), pura dieta paleolítica (si es que nos la meten por los ojos...).

La subida se complica, las piernas empiezan a pedir tregua y de un rápido vistazo identifico a tres coronas sin uso que piden su oportunidad. Meto la de 21. Sigo subiendo, primera curva de herradura, alucino con el desnivel. Creo que me voy a quedar clavado y por mis muertos que no echo el pie a tierra. Cambio a la corona de 24, salta a la de 21, trato de meter el 27, pierdo el equilibrio peligrosamente. La cadena salta entre las coronas. Me veo en el suelo tras romper la cadena, salta al 19. La pendiente casi me detiene, mi equilibrio es precario y mis pulsaciones se disparan, noto los músculos agarrotados. Me quedan dos neuronas operativas, el resto están en la UCI por falta de oxígeno, he tratado varias veces de cambiar entre el 24, el 21 y el 27, decido poner la corona de 19 y tiro hacia arriba despacio pero seguro.
El tiempo se detiene. Es el momento en el no recuerdo si antes he nadado o tan solo realizo un reconocimiento ciclista. No pienso en lo que he hecho, no pienso en lo que queda. Babeo como un caballo de carreras en pleno esfuerzo. Estoy fundido con la bicicleta y con el asfalto. Es un momento mágico. El hechizo se deshace en el momento en que me vuelvo a sentar. ¿Ha acabado? No, todavía queda un poco. Corono Outeiro Malato. 2h y 5min. He perdido un poco del adelanto que llevaba, pero estoy dentro de los cálculos.

El lugar está sembrado de aerogeneradores. Y parece tener sentido, la temperatura es baja y sopla mucho viento. Pedaleo despacio buscando el giro cerrado que me llevará al alto de Sifón. Veo las flechas y casi me la pego por culpa de la gran cantidad de gravilla que hay en el cruce. Bajo, subo, el viento me zarandea un poco. El móvil no tiene cobertura, si me caigo en la bajada la lío parda. Aquello parece el reino de Mordor: el protagonista tenía que ir allí, pero una vez que llega, hay que salir pitando. Por fin comienza el descenso. Las pendientes son importantes y hay mucha gravilla suelta. Me parece muy peligrosa y soy tremendamente conservador hasta el punto de bajar en algún sitio poco más rápido de lo que he subido antes. No me gusta. Enlazo con una carretera comarcal con buen firme y tomo hacia la izquierda. La primera aldea que tengo que encontrar debería de ser Casares, después Belecón. Meto todo el desarrollo que tengo y pedaleo con ritmo. Llego a Sifón, sigo bajando hasta Avión y de ahi al fondo del valle. Comienza la segunda subida a Pena Corneira. Velocidad máxima en la bajada 72km/h.

Descubro con desagrado que difícilmente alcanzaré el tiempo de corte establecido. He bajado lentamente en promedio, aparte de haber perdido el tiempo en cruces y llanos. La subida es más fácil que a la ida y el asfalto ayuda. Sin embargo, a esas horas las piernas ya no están para alardes y se hace más larga de la cuenta. Subo con todo el ritmo que puedo, que es poco, y malhumorado porque soy consciente de que estaré muy justo para cumplir con los tiempos de corte. Hago el paso de Pena Corneira lo más rápido que puedo, pero la bajada es peligrosa porque el firme es muy irregular y en parte está "pulido". Al pasar por Paredes me acuerdo del perro de la ida y freno todavía más.

Ya en Leiro me bajo de la bici con un dolorcillo de riñones majo, las manos cansadas de soportar el peso del cuerpo y una sensación agridulce. 3h y 21min para un recorrido de 61,5km. La media de velocidad es pobre y lo malo es que no creo que vaya a ser más rápido en carrera. Sin embargo, es un recorrido exigente de los que se recuerdan con sensación de logro. Estoy deseando que llegue el día.

Domingo antes de almorzar,
un Xocas fue a soñar
pero no pudo soñar
porque tenía que subir.
Así subía, así, así.
En conclusión
Pena Corneira es una trampa para osos. A la ida puede machacarte las piernas antes de tiempo. Creo que es conveniente tener paciencia y empezar a un ritmo razonable. A la vuelta puede ser la gota que colme el vaso con el agravante que supone la posibilidad de llegar al pie del puerto en los límites del tiempo de corte.
Alto de Sifón, es un calentamiento para lo que viene después. Eso sí, en un circuito tan bestia como éste, el calentamiento tiene tela.
Coto dos Xarotos. Primera parte asequible. Curvas de herradura para echarse a temblar. Se puede subir con un 39x25. Eso sí, quizás un poco atrancado. Ya tengo la bici en el mecánico. El puerto da valor a este triatlón, pero es duro.
Descensos. Algunos son muy peligrosos, especialmente la primera parte desde el puerto principal hasta el enlace con la comarcal OU-0308. No creo que pueda bajar más rápido que el domingo del reconocimiento, así que habrá que emplearse a fondo en las subidas, aún a riesgo de desfondarse en la última subida o acabar con una carrera a pie lamentable.
Tiempos de corte: lo tengo crudo, pero quiero ser finisher. Carrera en casa, no puedo fallar. Lo daré todo. Ahora espero no tener problemas mecánicos, pinchar o cualquier otra incidencia.
Avituallamiento: menos de 1,5l y una barrita fue lo que ingerí, y no tuve ninguna sensación de quedarme corto. Sin embargo, pienso que en carrera no se puede funcionar así, me obligaré a comer más (a ver si acierto mejor con los momentos adecuados).
Equipación: imprescindibles calcetines y, a menos que vengan días de calor, creo que será necesaria la chaqueta ciclista por encima del mono. A las once de la mañana en el alto y con esos aires, podemos agarrar un catarro de órdago.

Para la organización: por favor, en el cruce del Coto dos Xarotos habría que retirar la gravilla. Para futuras ocasiones, incluiría un tramo llano inicial más largo, aunque solo fuera por aquello de no empezar subiendo, porque el circuito es bestial (para lo bueno y para lo malo) y un calentamiento digno de ese nombre no vendría mal.

Las fotos del circuito son de Altimetrías y de la Web del Aviaman.

domingo, 24 de abril de 2011

Semana Santa de entrenos

Todavía no sé como ha sucedido, pero a mi bici le han salido unos cuernos y prometo que le soy fiel. Ni siquiera hago escapadas con la BTT. Sabe Dios en qué estaría pensando ella. Pero bueno, ahora que están ahí, no me va a quedar otro remedio que utilizarlos. Y, de hecho, ya están estrenados y he comprobado que llamo más la atención acoplado que vestido de amarillo limón. Acabaré creyendo que soy un poco rarito.
El caso es que ésta ha sido la semana de mayor volumen del año, y pienso que también la de mayor volumen desde que registro lo que entreno. Sé que son números que solo a mi me llaman la atención, pero en esta ocasión, por tratarse de una semana singular, los voy a reflejar aquí.
Lunes: cuarenta minutos de carrera continua, más abdominales y estiramientos (como todos los días siguientes, así que ya no lo repito). Me costaron por la tostada del fin de semana y lo poco que había dormido. Fue el único día en el que me obligué a salir.
Martes: cincuenta minutos de natación con ejercicios de técnica variados. Por intentarlo que no quede.
Miércoles: 35 minutos de natación, series fáciles. Se acabó la natación por esta semana, la piscina cierra.
Jueves: 60 minutos de carrera a pie con cambios de ritmo. De postre, dos horas de ciclismo. Era la segunda vez que llevaba los acoples, así que me emocioné e hice más de la mitad del entreno tumbado.
Viernes: Noto las piernas cansadas, así que para soltar hago tres horas de ciclismo y para cambiar de postura media hora de carrera a pie, en transición, como corresponde.
En cuanto a la bici, decido variar el recorrido ourensano habitual y salgo de la ciudad de las Burgas en dirección a Esgos, subo al alto do Couso, de ahí a Maceda (donde me cae un chaparrón y casi me la pego gracias al pavimento de adoquín). Desde Maceda me voy a Baños de Molgas, Xunqueira de Ambía, Allariz, alto de Taboadela y Ourense dando un pequeño rodeo para completar las tres horas. Prácticamente 75 kilómetros y no me cruzo con un solo ciclista. Un poco triste.
Sábado: Tocaba una hora de carrera a pie con cambios de ritmo. El entreno se presumía fácil: no sentía las piernas. No lo fue, a la hora de la verdad las tenía bien cansaditas.
Domingo: Tres horas de bici...y un poco más. Realizo el recorrido del Aviaman. Pero esa es otra historia.

¿Veremos un Xocas de larga algún día? ¿Es posible ver un arco iris al anochecer?

En total casi 13 horas de entreno para 3.300m de natación, 190km de bicicleta y 37km de carrera a pie. Muy contento.

lunes, 11 de abril de 2011

IX Duatlón Cidade de Santiago

O que rápido se olvida la agonía del duatlón.

Como todos los duatlones del circuito gallego, este es un duatlón sprint que, como su propio nombre indica, se celebra en la ciudad de Santiago de Compostela. Para una descripción detallada del recorrido, que mejor que leer la crónica del Furacán de este mismo año. A mi  me basta decir que es más bien feo y duro. Y esto último tiene una gran ventaja: te permite evaluar cómo estás en relación con el año anterior.
Pues bien, me coloqué a cola del pelotón y se dio la salida. E hice la recta principal a menos de 3'40''. Es decir, volando, pero volando de verdad (a esos ritmos el Xocas deja de ser el Xocas y es otra cosa). Pero bueno, ya sabía a lo que venía. Lo malo fue que tras la primera curva adelanté a unos pocos, en la recta siguiente, a alguno más y tras la segunda curva, la de la foto de arriba, me quedé en tierra de nadie y ya sin referencias no mantuve el ritmo.
El murito da una idea de la pendiente del repecho de marras, y la subida al Monte del Gozo es peor...

Transición de pena y subida por partida triple al Monte del Gozo, que maldita la broma de cargarte con esa penitencia. El caso es que es un circuito de sube y baja continuo. Fui perdiendo fuelle y me adelantaron los cuatro a los que a su vez volví a adelantar en el último segmento a pie. En conclusión, cuarenta segundos más lento que el año pasado, que ya es decir, y la sensación un tanto amarga de que esperaba que saliese un poco mejor. Tiempo final, unos larguísimos 76 minutos.
Sin embargo, la nota positiva es que he notado que casi me había olvidado de cómo son las carreras y estoy convencido de que podría ser más rápido (pulsaciones medias dixit). La nota muy positiva es que tengo la mejor animación de todo el campeonato (a los documentos gráficos me remito).
Ya el domingo salí con la bici para ver en movimiento la media maratón Vig-Bay y animar a los muchos participantes. Con algunos de los cuales pude hablar un poco (Juanjo y Pilar, quien iba estupendamente y llegó fenomenal a la meta de su primera media maratón; Carlos), otros que no se enteraron de lo concentrados que iban, a pesar de mis desaforados gritos de ánimo en meta (Juan y Grimo) y hubo alguno que fue tan rápido que no llegué a tiempo a Bayona para verle entrar en meta.
El caballero en cuestión no es otro que triatleta de la foto, tan bien acoplado él, a quien no le llegó hacer una actuación fenomenal en el duatlón del día anterior, sino que bajó de la hora y media con solvencia en la media y se volvió a Vigo en compañía de un servidor como si acabase de ir a correr media horita. ¡Força en Lisboa!
¡Qué gran fin de semana que rematamos haciendo el indio en Samil!

sábado, 9 de abril de 2011

¡Empezamos!

Esta tarde me dejé caer por la pista de atletismo de Balaídos. Mi hija mayor iba a correr un par de pruebas cortas. Ya imaginaba que acabaría de las últimas, en esto nos parecemos. Lo mejor es que también se parece a mí en que se lo pasó pipa, y de eso se trataba. Y mañana me toca. Salvo contratiempo de ultimísima hora, estrenaré en Santiago la temporada de competiciones con el duatlón de la ciudad. He estado revisando mi actuación del año pasado y resulta que fui capaz de correr los 5 primeros kilómtros a una media de 4'16''. Estratosférico. Si soy capaz de repetir eso me doy con un canto en los dientes. Que ganas tengo de que llegue mañana. Buenas noches y buena suerte.

domingo, 3 de abril de 2011

¿Mar o montaña?

Mis entrenos son solitarios. Y aunque a vece echo de menos el disfrutar de compañía, creo que no me gustaría entrenar siempre con compañeros. Entre otras cosas porque perdería ese tiempo para mi mismo, un tiempo que se puede emplear para reflexionar, para dejar volar los pensamientos o simplemente para poner la mente en blanco.
Ayer por la tarde salí de Ourense en dirección a Ribadavia por la margen izquierda del río Miño. Al llegar a Castrelo do Miño subí por A Carixa para continuar hacia Arnoia y de ahí a Cortegada. Después ya regresaría a Ribadavia. Me encanta esa ruta. El día estaba nublado, la temperatura era muy agradable y disfruté muchísimo. En un momento dado me fijé en que la rueda delantera brillaba y en seguida estaba teñida de amarillo. Había una gran cantidad de polen pero la carretera estaba tan poco transitada que permanecía sobre el asfalto. Más tarde me encontré pedaleando en medio de un bosque en el que las ramas de los árboles cubrían la carretera. Todo esto sin apenas cruzarme con coches o con ciclistas. La idea era completar tres horas sobre la bicicleta y finalmente salieron 76km en ese tiempo.
Hoy salí a la hora de los señoritos. Se me pegaron las sábanas después de haberme acostado tarde. El objetivo era parecido al de ayer. Otras tres horas de bici. La diferencia es que el terreno no sería tan rompepiernas. El habitual circuito costero que va desde Vigo hacia Baiona y más allá. Y hoy hacía un sol maravilloso. A pesar de que la temperatura había caído un poco, se respiraban aires de primavera, diría que casi de verano. Me crucé con docenas de corredores y docenas de ciclistas, y un Alpine amarillo de impresión.
Y claro, me dejé llevar. A mitad de trayecto iba más rápido de lo que debía. Ya debí de haberlo sospechado cuando en un falso llano que picaba para abajo iba pedaleando sin esfuerzo a 40km/h. Esas no son velocidades para mí. Por lo tanto, al dar la vuelta descubrí que Eolo me había engañado y pensaba recuperar aquello que me había dado. Pero ni él fue tan malo ni yo estaba tan flojo, así que fueron 80km que disfruté al menos tanto como ayer. Pronto subirán las temperaturas y aunque todavía queda por llover, se acerca lo bueno.

sábado, 2 de abril de 2011

Top10 Dance

Ahora que ya no soy un adolescente y liberado de todo tipo de prejuicios musicales, escucho más que nunca lo que me apetece y cuando me apetece. Y esto incluye la música dance, o disco, o electrónica o como se la quiera llamar. Ajeno a las tendencias, los estilos y el quién es quién, me dejo llevar por mi gusto sin pararme mucho a analizar. Hay canciones que detesto y otras que me encantan. Ahí va el Top10 (desordenado, por supuesto) de las canciones que me rondan estos días por la cabeza. Los vídeos al final de la entrada. Let's dance!

1. The beat goes on - Bob Sinclair
We talk about evolution
Este tipo me parece un fenómeno: música pegadiza y mensaje positivo. Dicen de él que es el Bob Marley de nuestros tiempos. ¡Qué va! ¡Es mejor! Solo por Love Generation ya se merece el podio. Sé que Mildo es de la misma opinión que yo.

2. Baker Street - Michael Mind
This city desert makes you feel so cold
Quien no conoce el saxo de la canión de Gerry Rafferty. Todo el mundo sabe de él, pero pocos, entre los que me incluía recuerdan que la canción era del amigo Gerry, así que me costó lo suyo encontrar la canción en YouTube.

3. Chasing the dream - Alex Kassel
This ain't about where you've been it's about where you wanna be
and all those years that you'd spent working and you're still on your feet
you can bring what you want take a minute to breath
but baby I can't wait forever if you're coming with me.
You better hurry cause I'm never turning back
on my way to the place you can follow my lead
cause it's a journey but we're never coming back
and it's you and it's me making love
as we're chasing the dream.
Ésta no es una canción cualquiera, es un himno. La vida es un viaje que podemos utilizar para perseguir nuestros sueños.

4. My love is over
Hey you! I put my name in you
and you, you put my heart in blue
Lo reconozco, sí, lo reconozco, en toda la semana no me ha salido la dichosa canción de la cabeza. My love is over, my love is over.

5. One love - David Guetta & Estelle
Cause we're survivors, we're making it work
expecting the best when they hope for the worst.
No me las voy a dar de cazatalentos, y es que con esta canción fallé, estaba convencido de que sería un éxito y no fue así. Supongo que por haberse lanzado demasiado cerca del When love takes over. Esto no quita para que David Guetta sea el rey Midas del momento.

6. Barbra Streisand - Duck Sauce
New York is the place about opportunities...
Si este verano ponen esta canción antes de empezar una carrea, ¡me echo a bailar! Por cierto, el vídeo me encanta.

7. In and out of love - Armin van Buuren & Sharon den Adel

See the truth behind the lies
Con esta bonita voz, pensé que la señorita Den Adel tendría mucho que ofrecer. Sin embargo, lo que he buscado en YouTube no encaja con lo que esperaba, así que tendré que aplicarme con el señor Van Buuren.

8. No superstar - Remady P&R
I do mmy own things
La vida es tan rutinaria como parece, ¿o es justo al contrario? Todavía no me he decidido.


9. Close to me - Wally López
I wanna stay all life with you
El toque nacional. Canción simpática que meto en este particularísimo top-ten porque sí. La cuarta parte de las reproducciones que aparecen en el contador de YouTube son mías. Bueno, exagero, las ocho treintaidosavas partes.

10. Can't fight this feeling - Junior Caldera & Sophie Ellis-Bextor
I've forgotten what I started fighting for
Pata negra para rematar. Un grande como Junior Caldera y la voz de Sophie a quien espero no conocer nunca. Así podré seguir imaginándola como la muñeca de porcelana que es. Esta mujer vale más que muchas de las súper reconocidas y archifamosas que pululan por el panorama musical actual. No me la critiquéis que cometo un asesinato en la pista de baile.

Vaya, qué fácil ha sido hacer un top10, otro día me animo con un top20. ¡Ah!, por cierto, esta entrada se la dedico a Mildo, fan declarado de Bob Sinclair e intuyo que de todo este tipo de músicas en general.









viernes, 1 de abril de 2011

4711

Un montón de comensales, de pie alrededor de un sinnúmero de mesas con minúsculos canapés. Andando de una mesa para otra, picoteando aquí y allá. Me encontré con MR al que conozco desde hace tiempo. Aunque nuestras conversaciones nuncan han sido muy largas, nos entendemos. Le descubrí que conocía un secretillo suyo. Y él me reconocía que sí, que había estado a punto, pero la vida, y su padre, le habían enseñado a tener paciencia. Las cosas no siempre son como cuando se sienten en el momento, envuelto en las circunstancias. Así, dejando tiempo para que el poso de tus acciones se asienten y calen, es factible obtener el reconocimiento y, ¿por qué no?, el éxito que uno cree merecer.
Y es que hay días y días, meses y meses y años y años. Esta semana empezó con una peligrosa deriva, ayer todo parecía salirse de control y hoy todo empezó descontrolado. Sin embargo, la clave está en no desesperar, y no cejar. Acabo el día contento, satisfecho del nuevo rumbo que a mediodía se inició. Al llegar al hotel, el entreno salió mejor de lo esperado, a pesar de las horas y el calor agobiante de la sala. La ducha, mi agua de colonia favorita y el milagroso efecto que produce. Dormiré como un bebé.