domingo, 29 de noviembre de 2009

Ciclocross en Bertamiráns

28 de noviembre en Bertamiráns. Día fresco, con temporal de lluvia y viento. Parecía que se iba a aguantar, pero no fue así. El terreno se embarró y buena parte de las carreras se disputaron bajo la lluvia. El ciclocross es un deporte de aromas épicos y, en ocasiones, esto hasta puede incluir a los espectadores.


El circuito es bastante llano. Según dicen, con terreno seco se puede hacer sin quitar el plato. Sus puentecitos...

sus pasos fáciles...

Viendo las caras de algunos se podría pensar que es divertido y cómodo.

Pero no, como decía en Lydia Grant, aquí se viene a pagar con sudor. Bicicleta al hombro y a sufrir, con el corazón a tope y calado hasta los huesos, patinando en el barro y resbalando por la pendiente.

Y llega un momento en el que el ciclista queda solo contra los elementos, en tierra de nadie, descubriendo la esencia de la competición y preguntándose ¿qué demonios hago yo aquí en lugar de pasear por el centro comercial?

Pero algo tiene que engancha, porque no hace falta estar en la mejor de las formas posibles...

...ni ser un chavalín para competir y hacerlo más que dignamente.

Hay que tener voluntad y domesticar al perezoso que llevamos dentro.
Eso sí, siempre hay diferencias entre los que lo hacen con estilo...

...y los que se pelean con su técnica.

Un aplauso para todos, que una cosa es mirar o escribir y otra cosa bregarse contra la carrera. El ciclista y su bicicleta. Por cierto, ¿os fijáis que inmaculada está Caixanova en este barrizal?

Pero todo lo bueno se acaba y la carrera finaliza, en esta ocasión, bajo una persistente lluvia. Después, una torrencial lluvia.

Toca pasar revista a los elementos. ¿Quién dice que no se puede utilizar otra cosa que no sean frenos de disco para terrenos húmedos y embarrados?

Y dejar todo preparado para la siguiente batalla.

¡Hasta la próxima!

jueves, 26 de noviembre de 2009

Cousas da vida


- Ese muchacho dicen que sabe muchísimo
- Sí; pero tiene un acento tan gallego!

Seguimos igual. La semana pasada en Madrid una ferrolana muy fina me recordó el conflicto que existe en Galicia con el idioma. Y yo sin enterarme. ¿Por qué ese odio visceral a una lengua tan cercana y tan utilizada? Tan fácil de aprender. ¿A cuento de qué el relegarla al ámbito doméstico? Una pena, de verdad.
Me parece inquietante esta noticia  (a ver quien es el guapo que dice que no entiende al que habla en gallego en el vídeo) y muy válida esta opinión.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Corto y cambio

Mucho trabajo STOP Eventos varios, viajes y presupuestos STOP A ver si puedo entrenar algún día STOP Como pronto os dejaré comentarios el jueves STOP ¡Qué os vaya bonito! STOP

sábado, 21 de noviembre de 2009

Vocaciones

De muy joven, te ves obligado a tomar decisiones que pueden condicionar tu vida. Así, enseguida tienes que decantarte por ser de "letras" o de "ciencias" y después elegir que quieres ser de mayor. Como si supieses lo que hacen los mayores. En fin, te decantas, o no, por estudiar una carrera universitaria y después consigues un trabajo y otro y otro y un día descubres que trabajas en algo muy distinto a lo que un día imaginaste. Puede estar bien o mal.

Me encantan los documentales, sobre todo los relacionados con el mundo animal. También tengo cierta fijación por los árboles. Por esto, pienso muchas veces que me hubiese gustado ser uno de esos reporteros del mundo animal o vegetal, un fotógrafo del National Geographic (¿habéis leído el artículo de este mes de las secuoyas de la costa?), o un naturalista de los que viven un año en el trópico y al año siguiente pasan unos meses en la Antártida. Quizás lo pienso porque no lo he hecho. Me temo que nunca lo sabré.

El caso es que desde hace poco más de un año he ganado interés por la medicina. Supongo que de tanto leer libros y revistas, que hablando de deporte también hablan del funcionamiento del cuerpo, de leer a doctores blogueros, y últimamente por visitar al fisio con frecuencia, se ha desarrollado en mi una nueva inquietud. ¡Quién lo diría!

Por consiguiente, y retomando la idea inicial, si ahora tuviese que elegir una nueva orientación profesional, es más que posible que estuviese tan perdido como a los diecisiete años (porque hay más conocimientos que me interesan, como las matemáticas puras, ahí es nada). Ni los mayores saben lo que hacen los mayores. Vaya, veo que soy capaz de opinar una cosa y lo contrario. ¡Bah!, como todo el mundo.

La foto es, evidentemente, del artículo de este mes del National Geographic.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Sentido del humor

Mi trabajo me permite conocer empresas muy distintas y a algunas de las personas, a veces personajes, que las pueblan. Así, en unos sitios me dicen que su corto plazo son 6 ó 7 años y bromean con que 2050 está a la vuelta de la esquina, y en otros mañana parece tarde. Para unas organizaciones el céntimo de euro es vital y una serie pequeña se cuenta por cientos de piezas y en otras, cada vez menos, el precio es secundario si se asegura una calidad excepcional para un producto único que no tendrá una réplica exacta. Total, en días optimistas mi trabajo es súper interesante y en los pesimistas una locura. Eso sí, se agradece siempre el sentido del humor. Hoy me encontré con el siguiente cartel en los aseos de una de las organizaciones que visité.

Aquí preocupan cuestiones más prácticas que la gripe A.

martes, 17 de noviembre de 2009

El refranero y el triatlón

Por este universo virtual hay auténticos virtuosos en el arte de casar fotografía y texto breve, como por ejemplo Furacán con sus definiciones, Davidiego y un buen número de sus entradas, o Talín y sus pósteres. Otros incluso nos deleitan con sus propias fotografías, como Nacho (a mi no me salen estas fotos con el móvil). Así que, como si de un entreno se tratase y pensando en hacer buenos maridajes el día de mañana, ahí va la tontería del día.

A quien madruga Dios le ayuda...


Estírate pavo que mañana te pelan


Arrieros somos y en el camino nos encontraremos


Al mal tiempo buena cara


Dime con quien andas y te diré quien eres


 Bueno, a la cama que mañana toca madrugar. ¡Qué descansen! (o buenos días).

¡Fue el perro!

Pues ya cerca de Ribadavia un perro negro se echó a correr hacia la carretera, a unos metros por delante de mi. Me vio con tiempo y arrancó con, juraría, no muy buenas intenciones. Bajaba con el plato metido y una de las coronas pequeñas, pero la carretera cambiaba su pendiente inmediatamente y no era cuestión de ajustar el ritmo a la subida, sino de escapar. Así que subí una corona, me puse de pie y empezé a esprintar como si me fuera algo en ello. ¿Quizás la piel si el perro me alcanzaba? Una serie corta pero intensa, 176ppm de máxima (mi límite está unas pocas pulsaciones por encima). Al final, cuando miré para atrás el perro ya no estaba. Supongo que exageré el ritmo. Poco después vi a una señora de espaldas haciendo sus cosillas de pie. Llevaba falda, ¿algo más? Volvió a llover de nuevo y ya se hacía de noche. Entre místico y tonto.
Total, que el domingo y hoy he tenido un par de días de pequeñas molestias y he decidido no volver a correr o pedalear hasta el comienzo de mi plan perfecto, que empieza de aquí a tres semanas. A ver si hay suerte y algún lector pontevedrés me llama uno de estos domingos para hacer una escapadita de un par de horas e incumplo lo aseverado. No somos nadie, unos pecadores que se dejan llevar por un par de...ruedas.
¡Ah!, pero estoy contento, cada vez me encuentro mas cómodo en la piscina, esto marcha.

Ahora toca sacrificar en aras de beneficios futuros

domingo, 15 de noviembre de 2009

¿Pereza?


Esta semana fui a Santiago un par de veces, crucé el puente de Rande 4 veces: la Ría de Vigo y las Islas Cíes al fondo. Tenía previsto hacer la travesía a nado y no lo hice. Una lástima. Intentaré no cometer este error el próximo año y, lo llame "objetivo" o no, trataré de estar en la línea de salida en agosto.


Mientras tanto, se suceden semanas a medio gas. No corro, apenas pedaleo y nado, y me esfuerzo por cumplir con la gimnasia establecida: pesas y estiramientos. A este paso, me acostumbraré a vivir fácil y me voy a perder en un fin de año especialmente complicado. Mi agenda de noviembre y diciembre no tiene desperdicio, de Madrid a Bilbao, a Barcelona, a Coimbra, a Porto, a... Ni siquiera actualizo el blog como me gustaría.


Pero voy cumpliendo con los mínimos. Ayer de Oursense a Ribadavia por la carretera nacional. Poco más de una hora para algo menos de treinta kilómetros. Lloviendo a ratos y llegando de noche. Tuvo algo de místico y algo de tonto (a ver cuando me compro unos botines).

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Visita al Guggenheim

Este mes de octubre lo tengo bastante liado, de un sitio para otro y con muchos eventos. Lo bueno es que tarde o temprano toca alguna actividad interesante y lo malo es que no hay quien se organice. Acabo de llegar de Bilbao, en donde me invitaron a visitar el museo Guggenheim. Aunque había visitado la ciudad en numerosas ocasiones, ésta fue la primera vez que entré al museo.

Las cosas como son, me gusta más el arte más reciente que el más antiguo. Así, en su momento disfruté más la visita al Reina Sofía que al Prado; me dice más Picasso que Velázquez, aunque considero al primero un tramposo y al segundo un artesano (que sí, que ya sé que son grandes artistas y por tales los tengo). Ayer, entramos en el museo y la guía nos llevó al atrio y comenzó a explicarnos la función del mismo y como estaba ordenado el edificio. Me empezó a oler a chamusquina, que te digan que el edificio es más fácil de visitar que uno convencional, cuando es tan enrevesado y lo comparan con edificios cartesianos...
Después entramos en una sala enorme en la que hay esculturas de Richard Serra. Me gustó mucho, como suelen decir, la obra me transmitió algo. Pero la explicación: "...para realizar esta obra el escultor utilizó un programa informático, sin la tecnología, esta obra no hubiese sido posible...". Si alguno de los que por aquí se pasa ha dibujado alguna vez con Catia, Proengineer o cualqueira de estos programas, sabrá que modelar figuras como las de la fotografía se hace en cinco minutos (en mis buenos tiempos, me sobrarían cuatro). De esa sala pasamos a otra y allí la "instalación" requirió de una explicación tan rebuscada que acabé por desconectar durante el resto de la visita de lo que contaba la guía. Hacía bien su trabajo, contaba lo que tenía que contar, pero me ocurre con el arte que cuando la explicación se hace larga, siento como si me estuviesen timando. Creo que es mejor visitar estos museos al aire de cada uno y disfrutarlos...o no. Merece la pena visitar el Guggenheim. Volveré y le dedicaré dos o tres horas, lo que pueda. Eso sí, no contrataré guía alguna.
En cualquier caso lo que realmente me carga es que la semana pasada le dijeron a mi hija mayor que dibujaba fatal. ¿Qué necesidad tiene la profesora de plástica de decirle algo así a la niña? Habrá que recomendarle que visite algún que otro museo o la exposición que toque en cualquier caja de ahorros. A ver si se entera de que no hace falta saber dibujar para especular a gusto con el arte de cada uno.
Bueno, otro día hablo de entrenamiento. ¿Se nota que todavía no puedo correr? Esta entrada destila cierta carga sin liberar.)

sábado, 7 de noviembre de 2009

Jan Vermeer y el triatlón


Me gusta Vermeer. No es increíblemente conocido, pintó pocos cuadros, con motivos no muy llamativos...Pero me parece un maestro por la forma en que captó la luz, por los colores que utilizó, por la tranquilidad que emana de sus cuadros. También por los motivos que eligió, aunque los relegase al propio acto de pintar.

Tengo en casa uno de esos libros con ilustraciones de sus cuadros. Me gusta hojearlo de vez en cuando y detenerme en sus páginas. En algunas de ellas, dejando el resto para otra ocasión. El otro día se me ocurrió que si viviese en nuestro tiempo y le gustase el triatlón, podría tomar el ejemplo de algún triatleta (pongamos por caso a Clemente con quien me cruzé a toda prisa en Barajas el martes) y pintar algo así.


Con los años se divagaría sobre si era un triatleta conocido o no, pero como era un artista, un auténtico artista, esto perdería importancia en relación con el propio cuadro. Como debe ser.
Hace unos años se hizo una película sobre un posible origen del cuadro La joven de la Perla. A mi me gustó aquella película. Y es una buena ocasión para volver a ver a Scarlett Johansson.

(Ya sé que la edición de la foto es una pena, pero me hizo gracia el ejemplo.)