viernes, 17 de abril de 2009

De lunes a viernes

El mundo gira deprisa y no soy capaz de enfocarlo


De ocho a cinco. Nunca he tenido un horario así y no creo que lo quiera. Pero esta semana ha sido cansada.


Lunes
En la oficina, correo, reuniones, decisiones... casi de 8 a 8 y a las 8:30 a clases de natación (un día hablaré de esto). La semana empezaba bien.
Martes
Se sabe cuando se empieza pero no cuando se acaba. Día largo, aunque fácil. Sin embargo, llego a casa tarde y cuando salgo a correr ya son las 9:30h. Unas series de mil, algunos sprints y me doy por satisfecho.
Miércoles
Viajo a Madrid. Salgo de casa a las 6:10 y vuelvo a entrar a las 11:20. El día consistió en una sesión continua de multideporte: avión, metro, tren, reunión, taxi, tren, metro, caminata, reunión, caminata, metro,...El vuelo se retrasa. Las noticias que llegaron desde la oficina fueron malas. Acabo agotado.
Jueves
Día complicado. Y largo. Me subo al rodillo a las 9:30 de la noche para hacer unas series. Bajo de la bici sin ganas de hacer carrera de transición alguna.
Viernes
Me levanto temprano para ir a nadar media hora antes de las clases de inglés (sí, disfruto de clases una vez por semana en horario laboral. A cambio disfruto del horario laboral más allá del horario laboral). Me cuesta trabajo rematar 1.000 tristes metros. Estoy cansado. El día no fue mal, pero tampoco echaré un cohete por él.

Mañana es otro día. Seguramente peor.

3 comentarios:

Furacán dijo...

A finales del S. XVIII debido a los avances tecnológicos se predijo que en un par de siglos las personas apenas tendríamos que trabajar 4 horas a la semana. Una de 2 (o las 2), o que ilusos eran entonces o que estúpidos somos ahora.

Xocas dijo...

No me quejo, pero unas veces cuesta más que otras.

Jetlag-Man dijo...

¡Uufff, qué duro es eso de entrenar por la noche!