miércoles, 8 de junio de 2011

¿24 horas de desesperación?

Hay momentos en los que se forma un nudo tal con tus asuntos que ocupa todo el cráneo y te quedas bloqueado. Sin motivación, el sábado lo pasé abúlico, de mal humor, soñoliento y cansado. Sin premeditación pero con alevosía me salté el entreno previsto y no aproveché el tiempo para otra cosa que para volar una cometa en la mejor compañía. Bueno, al menos no fue un día perdido. ¿Sería igual el domingo?

Amaneció soleado, comí más de la cuenta y, en lugar de tomarme un café, me subí a la bicicleta cuando el cielo ya se había cubierto. De Orense a Barbantes mis sensaciones no eran las mejores. De Barbantes a Carballiño, la amenaza de tormenta no cuajó, pero llover, llovió. De Carballiño a Leiro salió el sol e impulsado por la gravedad pedaleé con fuerza y mi ánimo voló mientras bajaba. Así llegué al cruce y no se me ocurrió otra cosa mejor que subir a Pena Corneira, a donde me arrastré como pude. Bajé por Carballeda hasta San Cristobal y de ahí a Leiro acoplado y feliz, cambio a un ritmo menor y otros minutillos más acoplado, tratando de forzar un trabajo que apenas podía sostener. Pocas cosas hacen más feliz a un niño que una bicicleta.
Es una lástima que ahora me esté arrastrando por la semana, como me arrastraba el domingo al entrar en casa. Por cierto, para recuperar es sabido que hay que ingerir una adecuada mezcla de hidratos de carbono de índice glucémico alto y bajo, aderezados con la cantidad justa de proteínas y líquido. Esto lo hice según el estilo gallego (como decimos por aquí, con xeito).

4 comentarios:

Furacán dijo...

Lo mejor la recuperación jeje Oye buena kilometrada!

Jesús dijo...

Respecto a la kilometrada, menudo susto me he llevado leyéndola: En vez de Barbantes, leí Barbate. ¡De Orense a Barbate el domingo!
Claro que si hubieras ido allí seguramente, el avituallamiento habría sido con una buena pieza de Atún Rojo.

Espero que mejore el ánimo. ¿Quizás un poco de descanso?

Mildolores dijo...

Esa vajilla la recuerdo de cuando era niño.
La empanada ya ni la recuerdo, tendré que subir a por más.

Xocas dijo...

Furacán, menos que tú el mismo domnigo (y seguro que acabé peor aunque yo si llevo bien rodar solo. De hecho, muy bien).

Jesús, o un mono de pino, ja, ja, ja.

Mildo, una vajilla eterna. Casi completa en casa de mis padres. Siempre elijo los platos en los que las flores se ven como nuevas.