miércoles, 6 de julio de 2011

La crisis, la maldita crisis

Me iba a poner con la crónica de Villameca, pero no me resisto a contar antes una pequeña anécdota. Total, ya es sabido que no subí al podio.
Pues bien, hace un par de días me fui de visita a una empresa con un compañero. Llegamos al sitio en cuestión y al acercarnos a la portería, vimos lo siguiente:
No nos lo podíamos creer. Tenía que ser un error y entramos. Y no, no era un error. Todo perfectamente organizado: una portería sin portero, ni guardia de seguridad, ni nada que se le pareciese. Eso sí, las instrucciones eran claras, de auténtico autoservicio y basadas en una relación de confianza por establecer.
Recuerdo que hace unos años, en otra empresa (tendría delito que fuese la misma), había cuatro personas en portería: dos sentadas atendiendo a los visitantes, una para sostener tu DNI y cantarle el número a los que estaban sentados y la cuarta supongo que daría algún relevo de vez en cuando. Por cierto que la que estaba de pie era coja y llevaba una muleta. Ver para creer.
En fin, que estuve tentado a poner que el motivo de la visita era "espionaje industrial" en lugar del clásico "visita comercial". Pero no tendría mucha gracia, total, seguro que ya despidieran al que revisaba el registro.

No hay comentarios: