El equilibrio entre familia, trabajo y deporte es complejo. Requiere de organización, capacidad negociadora, buena voluntad e incluso algo de suerte. El pasado mes de noviembre mi equilibrio particular comenzó a perderse y llegó un momento en que, para explicarlo gráficamente, la cuerda se tensó tanto que rompió.
Una decisión difícil que me generó tensión y cierta desmotivación deportiva. Una punta de trabajo de aúpa, que se prolongó hasta ayer por la noche. Un pluriempleo de dos semanas. Un fallecimiento de alguien muy querido. Un desastre.
Llevaba sin entrenar desde el 21 de noviembre. Creo que hacía cuatro años desde la última vez que encadené un periodo tan largo sin un solo entreno. He llegado a soñar que salía a correr, o a nadar, no estoy seguro. Hoy he recogido las gafas nuevas y he comenzado a atar la cuerda: 57 minutos de carrera, algo más de 11km. Las pulsaciones por las nubes, la moral subiendo.
7 comentarios:
Aupa!
Un abrazo
A retomarlo con ganas. Cuando no se puede o no apetece pues... nada a esperar a que se pueda, no hay más.
Pues a seguir atando.
Nos vemos
Ánimo!!!
Gracias a todos.
Ánimo Xocas!
Gracias Furi.
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