El domingo compito en el Triatlón da Amizade. Es el triatlón cross en el que intenté debutar en 2009 y que se saldó con mi único abandono en una prueba deportiva. Una avería mecánica me impidió continuar la que estaba siendo una experiencia satisfactoria y este fin de semana toca saldar cuentas.
Por tanto, los últimos entrenos en bici los estoy haciendo con la BTT. Primero, para recordar como se manejaba, por el camino del Lagares. Es un camino más para caminantes y corredores que para ciclistas, pero, según la hora, también vale para rodar a buen ritmo. Además, entre Castrelos y la Avenida de Madrid hay una zona en la que se puede subir y bajar una pendiente corta pero maja y rodar sobre raíces.
Con la idea de subir y bajar por sitios con un poco más de chicha, incluso me atreví con algún recorrido fuera de las pistas de Castrelos. Aviso a navegantes: la pendiente del fondo tiene una zona de piedras grandes en la que se puede sentir como todo el valor que se lleva se esfuma más rápido que el sueldo del mes.
Después he vuelto a subir al Vixiador, en donde el año pasado se celebró el duatlón cross de Mámoa de Candeán. La primera vez hice unos cuantos circuitos y el recorrido del duatlón un par de veces, para acabar con las piernas temblando. La segunda me envenené yendo de un sendero a otro con afán exploratorio. Al final, no hay como sentir la tranquilidad de un trote a pie. Creo que la bici de montaña y yo no estamos hechos el uno para el otro. Demasiada emoción para mí.
5 comentarios:
Lavenganza se sirve fría, no te calientes y mucha fuerza y suerte!
Mucha suerte y sobre todo, a disfrutar y nada de averias, eh?.
Un saludo y nos cuentas.
DD, ¡llegó el día! Vamos a por mini X-Terra. Gracias.
Gracias, Ángel, la prioridad está clara. Vamos a pasarlo bien y hacerlo lo mejor posible.
Btt forever!!! jajaja
A dsifrutar
Es una relación de amor-odio. Esta semana saldré dos veces con la BTT y ninguna con la de carretera ;-)
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