jueves, 19 de julio de 2012

II Triatlón Porto de Cancelo e Concello de Poio

Antes de nada quiero felicitar a Pablo Dapena que venció en la prueba. Un fenómeno. Estoy seguro de que será el primero de muchos triunfos.
También es mala pata que para un día que salgo pitando, va y gana la prueba.

Pim, pam, puf

La calma antes de la partida

A ver, ¿salgo a reventar? ¿Conservo para el clasificatorio de Pontevedra? Como si fuese a clasificarme...Da igual, que sea lo que tenga que ser. Trato de ir todo lo rápido que pueda y me la juego. Si algo he aprendido de los sprint es que aplica el "Dios proveerá". Es suficientemente corto como para gastar más de la cuenta en un segmento y no merece la pena conservar demasiado. Al menos, a mi nivel. Aunque puede que esté equivocado.
Agua tranquila, agua batida

El mono de vestir está causando sensación en el circuito gallego.

Este año tampoco calenté. Estas carreras son un auténtico rollo antes de empezar. Se hace cola para todo, no hay sitio para hacer nada en condiciones. Lo llevo fatal. Aún encima, hay veces en que el ambiente está hasta enrarecido. Menos mal que el tiempo vuela y al poco ya estaba en el agua. Me meto en medio del fregado y, después de la segunda boya, un paisano del Inforhouse y el Xocas se dirigían a la playa en lugar de ir al puerto. Otra vez desorientado, me lo tengo que mirar. Me grita, levanto la cabeza, corregimos la trayectoria y apretamos. Salgo del agua en menos de 13 minutos. El año pasado me quedó la espina clavada de no bajar de los 14 y el domingo mejoro mi tiempo en este circuito en más de un minuto. Así debería de ser siempre.
A cola de grupo...

...y teniendo que enlazar en todos los giros, mientras el resto sonríe.

Transiciono en mi estilo y se me escapa el grupo con el que me monté en bici. En seguida estoy con otros compañeros. No hay entendimiento y la estrechez del circuito me pone alerta. Uno de los triatletas es harto nervioso. Arranca, para, va de un lado a otro. Me disgusta. No soy capaz de asegurar que lo haga mejor, pero intuyo que algo no marcha y en la cuesta del final de la primera vuelta lo adelanto. Se la pega él solo poco después.
Salir, salí con ganas pero con pocas fuerzas.

Y es que la cuesta cuesta.

Voy todo el tiempo en grupo. No tan rápido como en A Coruña pero a un ritmo digno. Me gustaría un punto más, pero no tengo fuerzas para pelearme con el aire. Así que utilizo los frenos más de lo que nunca haya hecho, porque la tónica de nerviosismo continua. No sé meter el manillar y vivo al final del grupo. Hacia la mitad del segmento nos absorbe el grupo de Anta y, en un descuido acaban yéndose para hacer solos la última vuelta. Maldigo mi poca habilidad. Tenía fuerzas para ir en ese tren. En cualquier caso, mejoro en tres minutos el tiempo del año anterior. No era difícil, bastaba con no salirse de la calzada e ir en grupo.
¡Hasta el próximo!

La carrera a pie es de supervivencia. Normalmente pierdo un montón de puestos en la bici y conservo en la carrera. En Poio perdí posiciones en la carrera. Dos cuestas de órdago tres veces y unos 500m llanos. Soy capaz de hacer una media de aprobado raspado, pero eso no quita que corra medio minuto más lento que el año anterior. En total, ¡24 minutazos! En todo caso, mejoro en más de veinte puestos mi participación de 2011. A este ritmo me clasificaré para el campeonato gallego cuando se acabe la crisis...

Y finalizo también con un agradecimiento a Santiago, dorsal 140, a quien no conozco personalmente. Un agradecimiento porque se trae a su cuñado Ángel, compañero de trabajo, quien me ha cedido las fotos para la entrada. Excepto la primera y la última que las he tomado prestadas del caralibro.
 

1 comentario:

Pablito dijo...

Grande Xocas!!
Muchas gracias!!!
Pues si Poio ue asi...ya sabes donde hay que entrenar no?
nosvemosestee fin de semana por Pontevedra? un saúdo