domingo, 26 de septiembre de 2010

Campeonato gallego de triatlón

Celebrado el 25 de septiembre de 2010 en Vigo. Día soldeado pero fresco, con un aire molesto de los que estorban en cuanto sales del agua. La prueba masculina era para poco más de sesenta elegidos.
Los hay que acuden confiados. A pesar de su juventud, tienen experiencia y buenas piernas. Pero otros, demuestran su valor y pese a las normas, acuden a finalizar la prueba para la que fueron elegidos.
La distancia es corta, pero olímpica. Las dos vueltas de la natación dan espectacularidad a la prueba. Los giros se realizan rápidamente para ganar unos segundos que nunca se sabe si serán imprescindibles.
Los triatletas salen del agua pensando en sufrir sobre una bicicleta. El temor a no unirse a un buen grupo. El temor a subir ocho veces un kilómetro al 6%. Pero, sobre todo, el temor a ser doblado dos veces por la cabeza de carrera.
Y, ¿qué sentido tiene la norma de los doblados? En un circuito estrecho o con mucha participación tiene sentido. ¿Y en caso contrario? ¿Si se hiciesen veinte vueltas de dos kilómetros y medio y se permitiesen doblados hasta tres veces tendría menos sentido que ocho vueltas y la descalificación si te doblan dos veces? ¿Cambiaría la seguridad de la prueba?
Pero las normas son las que son. Si los jueces te invitan a abandonar, te retiras. Sino, los deportistas aprietan los dientes y ofrecen el homenaje de su sudor a la prueba, a los espectadores y a ellos mismos.
Así tras cuarenta kilómetros urbanos, con el corazón saliéndose por el pecho, uno a uno los triatletas bajan de sus monturas y se disponen a correr. Serán diez kilómetros llanos, entre la orilla del mar y la terminal de Bouzas. Duros por el aire, duros porque aquí no se regala nada y cada esfuerzo realizado se paga con fatiga.
¿Merece la pena? ¿Existe un por qué? Porque tras pasar por la línea de meta todo el sufrimiento se transforma en placer; cuanto mayor sea el sufrimiento, mayor será también el placer. [...] Almohadones de terciopelo, parques zoológicos, gafas de sol, las personas se han vuelto ratoncitos de lana. Siguen teniendo cuerpos que podrían aguantar cinco días y cuatro noches caminando por un desierto de nieve sin comida, pero dejan que les den palmaditas en la espalda por haber salido a correr una hora en bicicleta.
El Ciclista. Tim Krabbé

3 comentarios:

Furacán dijo...

Enhorabuena a Juanjo! una gran temporada!

Angel dijo...

Pues ha tenido que ser bonita la prueba, ademas de dura, por evitar ser doblado, no?.

Enhorabuena por la temporada, ya finalizada.

Un saludo

Xocas dijo...

Furacán, en 2010 dio un salto de calidad.

Ángel, sí bonita, pero esto de ver sin estar metido en el ajo lo llevo mal. El tema de los doblados a alguno lo trajo por la calle de la amargura.