domingo, 28 de febrero de 2010

Bruselas, recién llegado

Esta semana estaré trabajando en Bruselas. Como quien dice, acabo de llegar y, al mismo tiempo, soplarme las dos sesiones de entreno que tenía programadas. Entre el cansancio, la pereza y las molestias en la rodilla, que aparecieron justo después de la carrera con la que celebré mi trigésimo séptimo cumpleaños en El Puerto de Santa María, ha sido suficiente para cancelar mis planes.

Al mismo tiempo, he decidido no apuntarme al X-Terra de Figueira da Foz. Le he dado muchas vueltas, quizás demasiadas, pero no me veo con fuerzas para una carrera de este tipo (la bici de montaña pesa mucho, demasiado).
En fin, no estoy de mucho humor. A ver que tal mañana.

PD: Hoy he leído una frase que me ha hecho gracia "todo aquel que no viva por encima de sus posibilidades sufre de falta de imaginación". Parece ser que es de Oscar Wilde. Aún encima de burros, apaleados.

jueves, 25 de febrero de 2010

En tránsito

Menos mal que me había leído la última entrada de Atalanta. Así los inconvenientes del viaje Vigo-Puerto de Santa María, se llevan mejor. Repasemos:
Primer consejo: darse cuenta que ninguna carrera irá nunca como has previsto.
Efectivamente, debido al temporal, nos trasladan en autobús desde Vigo hasta Santiago de Compostela. Como hacemos menos de 100km no suma para ganarse el Jacobeo.
Segundo consejo: no tienes que sentirte genial para que sea la carrera de tu vida.
Pues no, geniales no íbamos. Trabajando en el autobús, gestionando los cambios a través del teléfono, intentando dormir algo en el vuelo hasta Madrid, perdiendo el enlace con el AVE, durmiendo menos de cinco horas...
Tercer consejo: comer, beber y tu ritmo.
Eso es, comer y beber como pudimos, llevando el ritmo de las circunstancias. Pero lo importante es completar la carrera y en eso estamos. En el AVE de camino hacia Sevilla.
Cuarto consejo: el elemento más importante de todos va a ser TU ACTITUD, con una actitud positiva, ocurren milagros. Con una actitud negativa, el desastre esta asegurado.
Efectivamente, si ya lo decía Siniestro Total, ante todo, mucha calma, y no como los de la foto que andaban algo crispados.
Siempre es buen momento para regalar unas flores y alegrarle el día a alguien querido.

Lo malo es que me he levantado acatarrado. A ver si a la tarde corro cuarenta minutillos y me despejo un poco.

lunes, 22 de febrero de 2010

¡Aleluya!

Este año los Reyes me trajeron un pulsómetro y con él venía una participación para el sorteo de unas plazas en la edición 2010 de la Titan Desert (ya sabéis que pulsómetro tengo, mucha máquina para el menda). El caso es que no por ser 500km, por el desierto, en cinco etapas, iba a dejar de concursar.
Esta semana recibí un correo en el que vi escrito Vigo antes de ser capaz de leer otra cosa y pensé: ¡la he armado! Pero no, había un afortunado en la ciudad y no era yo. Bien pensado, es para creer que Dios existe y vela por nosotros, porque si gano la plaza voy. Quizás no hubiese sido muy juicioso. ¡Aleluya! (Y que pena que no me haya tocado.)

En otro orden de cosas, hoy fue la última clase de natación y en el variado tocó un ejercicio que dudo repita en la piscina municipal. Una lástima porque me gusta mucho. Nadar a tope un largo, salir de la calle, lanzarse de nuevo a la piscina y a tope hasta el otro extremo de la calle. Cansado pero divertido. Un poco notas en una piscina en la que, si equivoco el cálculo, podría acabar partiéndole la espalda al que va a hacer rehabilitación. Un detalle de mal gusto, sin duda.

domingo, 21 de febrero de 2010

Desafiando al ¿temporal?

Nubosidad variable. Viento racheado. Chubascos ocasionales...es decir, estamos en invierno.

El sábado a media tarde me llamaron para avisarme de que se suspendía el duatlón del domingo, debido a la previsión de temporal. Me quedé chafado, el próximo domingo no podré ir al duatlón de Lugo y completaré, muy a mi pesar, un mes de febrero completo sin competir. Me fui a la piscina para hacer el entreno más largo de este año (una horita). Y ya por la noche, rendido en el sofá como si me hubiesen dado una paliza, pensaba en que al menos, ya que no competiría, el domingo sería tranquilo.
Si hasta lució el sol durante parte del recorrido.

Y amaneció el domingo. Saqué a Tri (el perro de la directora deportiva) y de paso fui a comprar pan y magdalenas. No llovía, sólo un poco de viento, me preguntaba en donde estaba el temporal. Por tanto, dudaba entre quedarme en casa viendo una película y pedaleando en el rodillo o arriesgarme a que me cayese una tromba de agua por el camino. Al final, la directora me animó a salir, eso sí, escapando de la costa. Así que de Vigo a Redondela, de allí a Porriño, subida al alto de San Cosme (que sería de mi sin el "compact") y llego a Nigrán. Finalmente, últimos diez quilómetros pedaleando por la costa en dirección a Vigo. Esto sumó casi tres horas de entreno para poco más de setenta kilómetros. ¡Hay que ver lo lento que puedo llegar a ir en las subidas! Eso sí, del temporal no hubo noticia, sólo alguna racha de viento incómoda.
La bici acabó de verano. Ahora ya tengo las dos hechas un asco.

Ya de regreso a casa me acordaba de que hace unas semanas enviaron a todos los niños a sus casas por la previsión de fuertes nevadas, ¡incluso en Vigo! Por supuesto, el día estuvo de lo más tranquilo, por lo menos en cien kilómetros a la redonda, los padres de lo más estresados y los niños los más contentos. Todo esto me recuerda a la vieja cantinela "¡qué viene el lobo!". Un día de estos la alarma será auténtica y ya nadie hará caso.

viernes, 19 de febrero de 2010

Hoy, en Portugal

Hoy el trabajo me ha llevado a Portugal, concretamente a Oliveira de Frades. Aunque las condiciones fueron cambiantes a lo largo del día, al llegar a la empresa el cielo estaba despejado y lucía el sol. Visitamos el taller y salimos a la campa...
Aquí estaba atento
Es cierto, uno no puede mantener la concentración al cien por cien todo el tiempo. Allí me encontraba, entre Oporto y Figueira da Foz. Vi los montes arbolados, sentí el frío del día y, deslumbrado por el sol, por un momento me imaginé pedaleando por alguna de las infinitas pistas que tenía que haber en aquel lugar. Después, volví a la faena.
Aquí no tanto
Más tarde paramos a comer en un pequeño restaurante un frango a la parrilla. Con nosotros, también salió un viejo Volvo. Muy bonito.
Ahora salgo a correr una horita.

jueves, 18 de febrero de 2010

Se acerca el domingo

Esta mañana amaneció lloviendo. Ni mucho ni muy seguido pero lloviendo. Así que el domingo las pistas van a estar imposibles: más barro, mayores roderas…más esfuerzo, menos control. Tengo un colega británico que está casado con una santiaguesa. Hace un par de años bromeaba diciendo que, cuando se jubilase, vendría a vivir a Galicia. Con la ayuda del cambio climático, sería como irse a vivir a Valencia ahora. El martes me escribía y, al final de su correo, se mostraba horrorizado por el frío que pasó estas Navidades en Santiago (¡si hasta nevó!, insistía). Pues sí, tan preocupados que estaban algunos hace unos pocos años por el clima y este año Galicia responde fielmente al tópico de lluvia y días grises. ¡Qué bien!

Aclaro que no reniego de que el clima esté cambiando y que la humanidad contribuya a este cambio. Pero sí dudo de que estos cambios se noten de un año para otro, como mucho nos insistían hasta hace poco. También dudo de la precisión de ciertas predicciones, debido a la gran cantidad de variables y la dificultad de crear modelos y simular. En cualquier caso, está claro que antes el cambio climático tenía la culpa de todo, ahora el culpable es Zapatero. Me pregunto si algún día cada uno asumirá su propia responsabilidad sin culpar a otros.

Volviendo al principio, están locos estos deportistas. Me produce cierto vértigo pensar en la carrera del domingo (el riesgo de una caída, el cansancio) y, sin embargo, no renunciaría a ella. Supongo que es el thrill of the fight. Es curioso pensar que si en lugar de una afición fuese un trabajo, más de uno se negaría a competir porque las condiciones son inseguras, el plus de peligrosidad no está reflejado en el salario y la empresa no pone en marcha todas las medidas de prevención necesarias para evitar cualquier posible accidente y esto y lo otro. Pero, no. Aquí pagamos por ir. ¿Ya conté que en alguna parte del recorrido hay un árbol caído que casi corta el paso? Bueno, puede que haya equivocado la ruta. Lo veremos el domingo.

martes, 16 de febrero de 2010

Pensamiento acuático


Ayer asistí a mi penúltima clase de natación. Mi sorpresa fue que sólo acudimos dos personas, más la monitora. Supongo que todo el mundo estaba de vacaciones y, quizás, que el abuelo estaba picado con la monitora y uno de mis compañeros. El hombre necesita la calle para el solo y durante clase anterior, con el agobio de gente, tuvo unas palabras con la monitora. Puede que quedase reflexionando sobre que hacer mientras digería el cocido.
El caso es que nada más empezar me di cuenta de que no iba a ser mi día. Me encontraba completamente agarrotado. Creo que me pasé con las dos últimas sesiones de gimnasia y, pocos, estiramientos. Lo peor fue cuando llegamos a un ejercicio que consistía en nadar a crawl con una sola mano. El largo de ida teníamos que llevar el brazo que no trabajaba estirado por delante de la cabeza. El largo de vuelta pegábamos el brazo muerto al cuerpo. Esta variante me trajo por la calle de la amargura. Mientras sufría para tratar de nadar lo mejor posible, cansándome de forma exagerada, me acordaba de los atletas que han sufrido alguna amputación. Qué mérito tienen estas personas, qué valor y qué fuerza de voluntad. Supongo que sobre todo es el valor de empezar y tomar las rutinas, pero es que tienen que empezar para todo. Increíble.

domingo, 14 de febrero de 2010

Reconociendo el terreno

Puesto que los organizadores del Club de Triatlón Mar de Vigo tuvieron la amabilidad de subir los circuitos del próximo duatlón cross de Vigo, se me ocurrió que podía ser una buena idea acercarme por allí para reconocer el terreno. Como suele ocurrirme los domingos por la mañana, se me echó el tiempo encima y salí tarde de casa. Por eso decidí subir hasta el monte Vixiador en bici, en lugar de hacerlo en coche. Todo suma: estaría menos tiempo en el monte pero, a cambio, pedalearía más.
Ya me tiene pasado más veces, veo la ruta en Google Maps, trato de seguir el recorrido marcado y acabo dando más vueltas que una peonza. Es decir, llegué al Vixiador tarde, pero con tiempo suficiente de dar una vuelta por el recorrido. A primera vista, más sencillo que el de Beariz y, por lo que tengo entendido, mucho más fácil que el de Poio. Sin grandes desniveles y por pistas anchas, aunque no lo puedo asegurar al cien por cien, porque creo que tampoco seguí fielmente las indicaciones del blog del Mar de Vigo. La pega está en que las pistas están bastante rotas, con muchas piedras sueltas, zanjas, roderas y terreno blando y, en algunos tramos, embarrado. De hecho, en ocasiones parecía como si estuviese circulando por un terreno hueco, que se hundía al más mínimo peso. Si llueve, será una auténtica trampa para osos. En resumen, tendré que cerrar el pelotón para asegurarme de que todo el mundo llega sano y salvo.
La anécdota fue que bajando por la pista de la foto me encontré a un ciclista que había pinchado por segunda vez (y este también puede ser un problema durante la carrera del próximo fin de semana). Le ofrecí ayuda y me pidió una cámara. Le entregué la que tenía. Esta fue la buena acción del día, me ha recordado a lo que nos decían de pequeños, aquello de que hay que hacer algo bueno todos los días.
Como llegué tarde a casa ya no lavé la bicicleta y me acordé de los buenos propósitos del año (ya se sabe, lavar la bici frecuentemente, abdominales todos los días y tal y tal). Ahora que llevamos un mes y medio de 2010 es un buen momento para realizar un autocontrol de comprobación. Por mi parte, suspenso en horas de sueño y regularidad de horarios. Y esta semana como no me ponga serio, no cumplo ni de casualidad, porque o va todo milimetrado o no va.

viernes, 12 de febrero de 2010

Per aspera ad astra

Una variante de esta cita de Séneca la utiliza la RAF: Per ardua ad astra

A última hora de ayer tuve que ir a Pontevedra para probar el mono del club (nótese: "el mono", no "al mono"), que si la "M", que si la "S". Lo más simpático fue cuando se planteó la posibilidad de elegir una frase que nos distinguiese. Es una de esas ocasiones en las que se compite por decir una tontería más grande que la anterior. Que si "Hoy comí garbanzos" o el "¡P'atrás, neno, p'atrás!"...El caso es que me acordé de Atalanta y del lema de su blog "Per aspera ad astra", que traducido viene a decir algo así como "a las estrellas a través de las dificultades". Un lema de carácter estoico, que casa bien con un deporte como el triatlón.
Sinceramente, me guardé de proponerlo porque soltar un latinajo a las primeras de cambio (estoy recién aterrizado), me pareció un poco fuerte. Sin embargo, hoy que lo he pensado dos veces, he caído en la cuenta de que para algunos del club estaría bien, pero tendría su gracia en relación conmigo, porque me aplicaría más un "a través de las dificultades, ¡estrellado!" (que es lo que puede pasar el día 21 en Vigo). No sé como se traduciría esto al latín. En un mix latín-gallego podría ser algo así como "per aspera ad carallo". En fin, mejor lo dejamos aquí. Me alegro de que no haya frasecita.

martes, 9 de febrero de 2010

Performance, that's the name of the game


Hoy me acordé de un video del que un buen triatleta, con una carrera notable como ciclista, se hizo eco hace unos meses en su muro de Facebook. Me acordé porque la semana pasada estuve unos días en Madrid y vi un par de bicicletas de piñón fijo ("single speed" las llaman), con manillares diseñado para perder el control ante el mínimo imprevisto. Muy parecidos a los del "hipster", telita con la denominación, del video. La verdad es que somos unos globeros, tanto unos como otros. Menuda panda de excéntricos, ¡si sólo se trata de pedalear! Y ya es bastante...

Baja voluntaria

Me he dado de baja de las clases de natación. En su día me apunté porque recibí un regalo en forma de dinero. Cuando es así, lo mejor es gastarlo en algo que te haga ilusión y lo tuve claro, me apunté a clases con la intención de asistir durante un par de meses y después ya veríamos. El ya veríamos ha durado casi un año, pero la verdad es que hacía un tiempo que había decidido dejarlo y dudaba en el cuando. Mi objetivo era mejorar mi técnica y creo que algo he mejorado, pero últimamente ya no me corregían nada. Además, las clases combinadas con los horarios y rutinas de trabajo actuales, me obligaban a pasar demasiado tiempo fuera de casa. Por otra parte, he aprendido un montón de ejercicios y tengo bastante claro como los puedo combinar para ir arreglándome por mi cuenta. Así que, como el mío no es un problema de disciplina sino de tiempo, pues eso, que he presentado mi baja.
No obstante, es curioso que el catalizador de mi decisión fue que hoy no se respetó la precedencia. Coincidió que fuimos el grupo completo, seis personas por calle en una piscina de veinte metros. Diferentes niveles, diferentes objetivos, diferentes ritmos y esto llevó a que tuviese que pararme en mitad de la calle varias veces o que, literalmente, me tocasen mucho los pies. Ahora, el Xocas nada por libre. Bueno, como siempre.
Estaba buscando una foto en la que apareciese en el agua y me he encontrado con ésta. Qué recuerdos del verano. ¡A ver si al menos llega pronto la primavera!

domingo, 7 de febrero de 2010

Con la muerte en los talones

Ayer noche pasaba los canales buscando una película con la que pasar el rato. En TCM echaban "Con la muerte en los talones". La de veces que he visto esta película. Cary Grant es uno de mis actores favoritos. Me fascina su elegancia, su forma de moverse y de vestir, su vis cómica. Si a ello le sumamos el genio de Hitchcock e incluimos a James Mason en el reparto (no menciono a Eva Marie Saint porque no es santo de mi devoción, perdón por la gracia), pues sale una película que me gusta especialmente. A la directora deportiva también le gustan las películas de Cary Grant y no hay vez que no veamos una película suya en la que no destaque lo atractivo del hombre. Así que la decisión fue fácil (de hecho, no continué la búsqueda).
Al final, la pequeña se fue a la cama la primera, la directora la segunda, y el que escribe y la mayor se quedaron casi hasta el final. Casi porque el cansancio me venció en el monte Rushmore, durmiéndome hombro con hombro con una cinéfila en potencia. Fueron cinco minutos y cuando abrí los ojos comprobé que ella también dormía. Habrá que ver el final completo un día de estos, quizás mañana.
El caso es que hoy salí a correr, el plan era ir a ritmos tranquilos. Desde el Pabellón de los Remedios hasta poco más allá de la pasarela de Outariz y vuelta. Me gusta especialmente este recorrido junto al río Miño. Los primeros siete kilómetros los hice un poco por encima de los cinco minutos el kilómetro, disfrutando del paisaje, un poco harto de tantos días grises (es lo que tiene el invierno, que cansa) e inmerso en pensamientos dispersos: qué bonito ver ya una película juntos, en mayo la comunión, ¿cómo, la comunión?, pero mira que es mayor, qué rápido pasaron estos años, pero si todavía me acuerdo de mi primera comunión, de esto hace, ¿cuántos años? En fin, diez minutos por debajo de cuatro veinte el kilómetro y trote de vuelta a la calma con la cabeza en blanco. Se suponía que debía de ir tranquilo, esos no son mis ritmos tranquilos. Mañana más.

jueves, 4 de febrero de 2010

Un soltero cascarrabias

Ayer, llegué a última hora de la tarde al hotel. Cansado pero no tanto como para dejar de entrenar. Quería correr a pie y hacer una sesión de fuerza y estiramientos. Barajé la posibilidad de correr al aire libre, pero la zona no me inspiraba confianza, así que me animé a hacerlo en la cinta. Una prueba de devoción, porque es un aburrimiento.

Llegué al gimnasio y había dos personas. Mientras una sudaba la gota gorda en la cinta, la otra remataba su tarea con unos estiramientos apresurados. Por mi parte, calentamiento, estiramientos suaves y cuarenta minutos de carrera tratando de contener las pulsaciones, con algunos cambios de ritmo, pero aún así, entre suave y moderado. Me bajé de la cinta y salí del gimnasio para realizar una llamada. Cuando volví, tres chicos y dos chicas francesas habían entrado en la sala. En lugar de Eurosport a bajo volumen retumbaba Kiss TV. Me puse a realizar un circuito de fortalecimiento. Ellos calentaban todos juntos primero bromeando y después haciendo el payaso. Bueno, casi podía decir que me divertía. Después ellas se subieron a las bicis para hacer que pedaleaban y ellos se repartieron por las máquinas al más puro estilo del gallito y los pollitos haciendo que entrenamos duro pero simulando que hoy sólo pasamos el rato. La verdad es que me da igual lo que hagan otros, pero cuando primero ocuparon la máquina saltándose el orden tácitamente (eso creía yo) preestablecido y después ocuparon todas las alfombrillas (o como rayos se llamen) y tuve que ponerme en una toalla a estirar, mi humor empeoró notablemente. Menos mal que ya había acabado y al cruzar la puerta sólo pensaba en la buena sesión realizada.

En fin, supongo que me pasa como a esos solteros de edad adulta que tienen ya tantas manías que no hay pareja que les sirva. Tarde voy a poder entrenar en grupo.

(Aquí remato que sale mi vuelo. Al llegar a Vigo, rodillo+gimnasia+estiramientos = hogar, dulce hogar.)

miércoles, 3 de febrero de 2010

Duatlón Cross de Beariz

La felicidad de no saber lo que te viene encima

Reventado, petado y completamente escarallado. Así es como acabé el duatlón cross del domingo en Beariz.

Después de las experiencias del año pasado, tenía claro que en 2010 quería federarme y disfrutar a tope de todas las pruebas de triatlón que pudiese. Así que comencé a buscar un club y me decidí por el Galaico Cidade de Pontevedra ya que allí tengo un amigo, Juanjo, con el que comparto afición y objetivos (por si hay alguien despistado: desconectar y pasarlo bien).
Juanjo en acción, pone cara de sufrimiento pero va sobrado.

Y empieza la temporada y con ella los primeros duatlones. Hasta el domingo no había participado en ningún duatlón y, por consiguiente, en ningún duatlón cross. Alguna vez tenía que ser la primera. Tenía entendido que el circuito de Beariz era bonito y fácil. Lo malo es que fácil o difícil son adjetivos que están ligados con la pericia de cada uno y la imaginación de los organizadores. Supongo que debía de ser así, pero la bici, uf.
Concentrado en mantener un ritmo digno

Pues eso, que salí de Vigo temprano, recogí en Pontevedra a Juanjo y tomamos camino de Beariz. Bajamos del coche, nos enfriamos, ¡qué pelete!, y a recoger los dorsales y charlar un rato con los compañeros del club. Estuve con el Furacán do Ribeiro (ahora que lo caigo, teníamos que habernos quitado una foto: el Furacán do Ribeiro con el Caracol do Ribeiro). Más tarde calentando me encuentro con Toño, veo a Richi…claro, 120 participantes, pues al final caras conocidas en la salida, porque después ya los pierdo a todos de vista (hasta que algunos de ellos me doblan y aprovechamos para animarnos mutuamente).

El caso es que unos días antes, revisando las normas de participación veo que los últimos en la primera carrera a pie acabarían en 21 minutos y en la bici en 80 minutos, de la segunda carrera no me acuerdo de los tiempos, eso ya es supervivencia. Estaba claro que no habían contado con un tipo como yo para que les reventase las estimaciones.
Aquí lo tenéis, primer español inscrito en el X-Terra de Figueira da Foz

La primera carrera ni se me dio tan mal. Creí que era a dos vueltas pero no, sólo una. Algunos repechos durillos pero bien. Se lo dije a Juanjo cuando empezamos a subir, el atletismo es la excepción que confirma la regla: todo lo que baja, sube. Creo que hice 23 minutejos y acabé muy entero, vamos, con ganas de marchilla, pero la bici…La bici era a tres vueltas con un desnivel acumulado de más de 600m para 21km. Me pareció suficiente. La primera vuelta sin novedad, una zona corta bastante embarrada, un puente plano de madera y primera subida por una zona estrecha en la que todo el mundo, por lo menos todos los que tenía alrededor, echó el pie al suelo. Después la pista se hacía más ancha y a subir y subir y subir. A continuación, bajar.
La foto corresponde a la primera vuelta, está todo muy limpito

Primero por un tramo rápido y después por una trialera. Me acordé de Rita muchas veces (no mamá, no fue por la abuela). Porque al ver por primera vez la bajada con piedras, pedruscos, rocas, trozos de granito y todo ello bien regado, pensé “es imposible que no me caiga, y si no es ahora, en cualquiera de las dos siguientes”. Pero lo conseguí, eso sí, me pasó volando todo el mundo, no sé como lo hacen, pero lo hacen:
- ¡Por la derecha!
- Tú sabrás (se la pega, fijo).
Me adelanta al menos al doble de velocidad de la que yo iba como si fuese por la autovía. Pues el menda por la noche todavía veía el barro, las piedras, las ramas y notaba como estaba a punto de perder el equilibrio constantemente, que presión.
¡Qué no se trata de ir a lo loco! (Recupérate pronto, otra vez ganas.)

En cuanto al puente de madera, bueno, les tengo pánico desde que el año pasado caí al pasar por uno mojado. Ya sé como resbalan pero el primer clasificado de la primera vuelta no lo debía de tener muy claro porque acabó en el riachuelo y de ahí fue a la ambulancia (nada grave, ¡quién le manda ir a correr!).
Aquí sufre todo el mundo, ¿verdad?

En resumen, la primera vuelta subí despacio y bajé muy despacio. La segunda subí despacio y bajé despacio. La tercera iba escarallado. Tenía una tostada tal que subí muy despacio y bajé como pude. Eso sí, cuando era capaz de respirar suficientemente y levantar la vista, ya en soledad, me encantó el paisaje.
No podía ni con las zapas. Por cierto, me afeito las piernas todas las noches, pero ni con esas.

Finalmente, transición, a correr sin sentir los pies y llegada a meta con un dolor de piernas considerable, pero muy contento.

Después revisando las clasificaciones me di cuenta de que nunca había quedado tan atrás en una carrera, así que por un momento me sentí decepcionado con mi actuación. Pero para estos casos, no hay como tener los objetivos claros y tirar de lista:
1) No lastimarse: ¡Conseguido!
2) Disfrutar con lo que se hace: ¡Conseguido! (Esto es puro masoquismo, ya lo sabemos).
3) Acabar la carrera: ¡Conseguido!
4) No quedar el último: ¡Conseguido!

¡Qué mérito el mío! Corro más tiempo que los demás y con mayor esfuerzo. Vale, no soy tan rápido, pero le dedico más tiempo, Además, como ya he dicho alguna vez, cumplo una labor social, como las cajas (bueno, como las cajas, no sé, no sé). Es decir, relleno el pelotón porque, para que haya primeros también tiene que haber últimos.
Así que muy contento y ahora a esforzarse para hacerlo cada vez mejor. Aprovecho para agradecer a Furacán las fotos y sobre todo los ánimos, de verdad que se agradecen. Al equipo por los muchos ánimos recibidos, gracias Anxo por las fotos, y a Juanjo por haberme metido en el club. Ya siento que se vayan acordar de ti por el fichaje estrella que has hecho.

Está claro que 2010 va a ser el año de s-Xocas. No por SúperXocas o SpecializedXocas ni nada por el estilo, sino por sprint-Xocas, puesto que es lo que toca. Queda mucho por aprender y mejorar.

PD: Se busca loco dispuesto a perder su prestigio entrenando a un paquete.
PD2: A Samieira no puedo ir, así que el siguiente es Vigo. Si alguno creía que me iba a desanimar lo lleva claro.