¡Qué sí, qué sí! Que la bici que tiene las zapas puestas es la mía.
Entrando andando al agua sin mucha convicción.
¡Ojo al dato, el Xocas también puede encabezar una grupeta!
Me preparé con parsimonia y me dio tiempo a saludar a amigos y caras conocidas. Ya en la orilla descubrimos que estaba plagada de piedras. Esta es la única crítica que sí hay que hacer. Hubo muchos participantes que se cortaron al entrar o salir del agua. Pero después del bocinazo sólo existe la carrera, sólo se piensa hacia delante, superar lo que viene a continuación y con estas me metí en la carrera. Por primera vez nadé dentro de un grupo, aunque fuese de los rezagados y puse el pie en la orilla de nuevo antes de quince minutos. También por primera vez hice una transición sin correr con las zapatillas de ciclismo. Pero, sobre todo, por primera vez alcancé a un grupo en el sector ciclista.
Encantado de la vida: cómodo corriendo, no dejé que me adelantasen a 100m de meta.
Juanjo, sus técnicas secretas de entrenamiento dan resultados increíbles. Puritita innovación furanchil.
En cualquier caso, no querría terminar sin hacer algunos apuntes. Atención a las diferencias entre las fotos de Juanjo y de Xocas. Es evidente quien es rápido y quien no. Juanjo se salió el domingo, doblándome en la primera de las tres vueltas a pie. Por mucho que diga, este año está muy en forma y podría correr en elite. Me alegro por él.
Carlos, no podía ni sonreir en la foto. Se cortó en ambos pies durante la salida. El coraje de terminar un triatlón en esas condiciones demuestra que su vocación de larga distancia tienen unos buenos cimientos (coco no falta). Afortunadamente no tengo fotos de sus pies porque me cerrarían el blog por desagradable. Ahora que ya hizo un medio ironman, ¿cuándo se liará la manta a la cabeza?
Daniel, encantado de volver a coincidir en carrera. Esperemos que sean muchas más y vayamos aprendiendo juntos.