martes, 30 de junio de 2009

¡De perdidos al río!


¡Qué lío de circuitos!

Literalmente. Hoy completé el proceso de inscripción en el que será mi primer triatlón. Este es uno de los objetivos del año. Sé que entre los lectores de este sencillo blog se encuentran triatletas consumados en varias de las distancias, incluyendo la impresionante IM. Es algo que hace que me sienta honrado y, al mismo tiempo, me provoca cierto apuro al marcar una meta tan sencilla. Pero, en mi caso, el debut será el próximo domingo en el Triatlón da Amizade. ¡Ya está bien de ver los toros desde la barrera!
Esperaba participar en una prueba de carretera, pero no va a ser así. Por ello, tendré que utilizar la bicicleta de montaña (¡ejem!, será mejor que ahorre ahora la descripción y nadaré sin neopreno, ¡vivamos como galegos!). Esta estrategia espero que me reporte un gran resultado: finalizar. Además, se me ocurren ya ahora mil motivos para explicar el porqué de mi posición tan retrasada en meta y por ello, voy con un plus de tranquilidad (lástima de los menos...).
En cualquier caso, podré presumir de que mi primera participación será en un triatlón internacional, puesto que saldremos de España hacia Portugal y de nuevo a España: 750m de natación, 17,4km en bici y 4,5km a pie. ¡Va a ser divertido!

Nota: Por si alguien no ha pillado el "vivamos como galegos". Este fue uno de los mejores anuncios del año pasado.

domingo, 28 de junio de 2009

El test

Cielos nubosos o muy nubosos. Precipitaciones moderadas, ocasionalmente fuertes. Viento con dirección variable en la costa. De componente sur en el interior. Toda la noche estuvo lloviendo, pero no cuando salí de casa.
Tenía intención de hacer un test para conocer mi estado de forma real sobre una distancia significativa, incluyendo alguna subida de cierta entidad. Por motivos que no vienen a cuento, sé que en julio no voy a poder entrenar con la regularidad y el tiempo que me gustaría (ojalá me equivoque). También sé que me faltan kilómetros en bici. Así que estoy en algo así como una encrucijada: ¿aplazo la marcha para agosto y me arriesgo a llegar en peor forma o la hago ahora, aunque quizás sea demasiado larga y esté corto de forma? El test de hoy debía de servirme para decidir qué hacer.
Vigo - Ribadavia

Puesto que tenía comida familiar en Ribadavia, pensé que era una buena idea hacer el trayecto de Vigo a Ribadavia en bicicleta. Son 80km de puerta a puerta, 2.000m de desnivel positivo acumulado (casi los mismos en negativo), un puerto de tercera categoría, Fontefría, y un par de subiditas con miga: Puxeiros y un alto que se encuentra pasado O Porriño.
Vigo tiene muchas virtudes, pero salvo que se vaya en dirección a Baiona, siempre se sale de la ciudad subiendo, así que comenzamos con la subida a Puxeiros. Carretera muy peligrosa y con el arcén sucísimo. A primera hora de la mañana de un domingo hay poco tráfico, así que la subida se llevó bien, ritmo cansino pero sin problemas. Bajando todos los santos ayudan y bien acoplado superé holgadamente los 60km/h, de hecho, por encima de la velocidad máxima autorizada en uno de los puntos del trayecto. De Puxeiros a Porriño, de Porriño a Ponteareas y comienzo a subir al alto de Fontefría.


Es un puerto bastante tendido, son más de 22,5km con una pendiente media del 3,4%, máxima del 8% (CIMA dixit). El cielo estaba cubierto y en la parte más alta había mucha niebla. Llueve de forma intermitente. En todo momento trato de mantener un ritmo regular. Apenas me encuentro con tráfico, no se ve a casi nadie en las aldeas y en las zonas más boscosas se respira paz y tranquilidad. Así, la subida se hace fácil. Veo varios conejos y no puedo evitar pensar que durante la subida a Puxeiros vi varios pájaros muertos en el arcén, latas y todo tipo de basura. En cierto sentido, el ser humano está enfermo. Me resulta extraño comprobar como, en la práctica, tantos le dan la espalda a la naturaleza.

Llego al alto sin mucha dificultad, desde luego, mucho más fuerte que en la ocasión anterior, en 2008, y paro para ponerme el chubasquero y tirar algunas fotos. Desde aquí a Ribadavia, prácticamente sólo se baja. Lo peor fue que a sólo 4km de Ribadavia me estalló la cámara. No sé si tendría las ruedas demasiado hinchadas, pero la cuestión fue que, a más de 50km/h, oí un fuerte chasquido al pasar por una junta de dilatación y en pocos segundos me quedé sin presión en la rueda trasera. No me detuve a reparar el pinchazo y una derrapada entrando en el pueblo me recordó que quizás no fuese una muy buena idea. Finalmente, en poco más de 3 horas cubro la distancia a una velocidad media de 24,8km/h.

Creo que me apuntaré a la cicloturista del 12 de julio. Sin embargo, voy a llegar muy justo. Puede que toque sufrir, porque no me importa llegar de los últimos, pero sí fuera de control.

jueves, 25 de junio de 2009

Reflexiones coincidentes


El martes adelanté a muchos corredores conocidos durante la carrera. No conocidos porque tenga trato con ellos, más bien porque me los he encontrado en otras carreras o entrenando en el parque o por la playa. Así que al acabar la carrera me sentí satisfecho. Este año he progresado porque estoy entrenando más y, probablemente, mejor. Estoy contento, no diré orgulloso, porque no sería cierto.

Sin embargo, ya en casa, acostado y con la luz apagada, empezé a pensar en que llegará un día en el que no progresaré más. Probablemente no sea dentro de mucho, o quizás sí. Es un pensamiento que me viene con frecuencia. Todo tiene su ciclo, existen las edades del corredor, del deportista o, incluso, del oficio.

Así que ayer, después de que el lunes leyese el prólogo, comencé propiamente la lectura del libro de Murakami, que tan célebre se está volviendo en este mundillo bloguero. Y por la página veinte el autor explica que llegó un día en el que ya no fue capaz de correr la maratón en tres horas y media o tres horas y cuarenta minutos. Esto le sucedió a los cuarenta y cinco años y a ese no poder más, lo llama el "blues de los corredores".

Supongo que cuando esto me suceda volveré a reordenar mis ideas. Perderá importancia mejorar un tiempo o resistir más y cobrará mayor importancia el trayecto, u otro aspecto cualquiera.

miércoles, 24 de junio de 2009

XXVI Carreira nocturna de San Xoan

Los vigueses se rinden al fuego mágico

Sábado por la tarde. Ojeo el periódico y veo el anuncio de la carrera de San Juan. Ya se puede inscribir uno:
- Estoy cansado, competí en Cambados, también hoy. Mejor descanso.
- Tú mismo.
Domingo por la mañana (conmigo mismo, mientras pedaleo):
- Qué bonita mañana.
- Tengo las piernas pesadísimas.
- Seguro que participa un montón de gente.
- Y te acabas lesionando.
Lunes por la mañana:
M: ¿vas a competir mañana?
- Claro, me encantó el año pasado. Tú también, ¿verdad?

Más tarde:
D: ¿Corres mañana?
- No creo, no debería.

A mediodía:
- Estoy dudando en apuntarme a la carrera.
- ¿Va mucha gente?
- Seguro, de hecho conozco a varios que irán.
- Pues apúntate.

Y es que no quería, oiga. Pero tampoco hace falta mucho más para convencerme. Así que allí estaba en la plaza del ayuntamiento, la tarde noche del martes, retirando mi dorsal media hora antes de la salida. Y una tras otra empiezo a ver caras conocidas: uno de Ribadavia, otro de Vigo, una americana, otra de Swazilandia, me presentan a un galés y...¡qué me olvido de calentar!
Salí lento, lento, a cola de pelotón. Comienzo trotando, pero, poco a poco, se me va calentando la cabeza y es que no hay mayor motivación que ponerse un dorsal. Cuando aún no llevábamos dos kilómetros de los casi ocho que tenía el recorrido, me adelanta un chico con mallas piratas y camiseta ajustada y me decido: serás mi liebre.
El recorrido es cuesta abajo o llano, excepto un tramo por Bouzas que pica para arriba. Durante toda la carrera, dos metros por detrás del de las mallas y adelantando a otros corredores. Pero, a poco más de un kilómetro para la meta, a mi liebre se le acaba el aliento, así que la paso. Poco más adelante un paisano cuenta: ¡207, 208, 209! 209, ¡qué paciencia! Adelanto a dos, me adelanta uno, jugamos a intercambiarnos el 7 y el 8 y así se acaban mejor los últimos metros.
Al final llegamos a meta y me olvido de parar el cronómetro. Para cuando me acuerdo marca 34 minutos, así que supongo que entre 32 y 34 minutos todo es posible. ¡Qué más da!
Lo mejor, lo que vino después. Me quedé hablando con los corredores con los que coincidí en la carrera de orientación del sábado, con el profe de inglés, con sus amigos, con un tipo que conozco de trabajar con él, con el que tenía delante en la cola para coger las sardinas y... ¡si es que le di más a la lengua que a las piernas!
Lo peor, la tremenda cola para coger las sardinas, que con la cervecita y el pan de bolla, estaban bien buenas.

lunes, 22 de junio de 2009

De perdidos a Cangas

Después de todo un curso escuchando lo divertidas que son las carreras de orientación y tras alguna resistencia por mi parte, por aquello de hacerme el interesante, finalmente decidí participar en el primer trofeo de orientación del concello de Cangas. Suponía que iba a pasarlo bien. Después de todo, este deporte combina ingredientes de mi gusto: deporte al aire libre, de resistencia, en contacto con la naturaleza y con un toque de aventura. Y, en honor a la verdad, me lo he pasado de miedo.

La prueba se desarrollaba entre la playa de Nerga, y la zona de dunas y el monte colindantes. Un sitio precioso. El día estaba despejado y hacía algo de calor, supongo que más de 30ºC. Espectacular el ambiente: mayores, niños, gente joven. He conocido a más gente en una sola carrera que en las cuatro carreras populares en las que he participado este año. Esto me encanta.

El comienzo tuvo su gracia. Un amigo me inscribió en la carrera, pero llegué al lugar antes que él. Así que me dirigí a al tablón con las listas de inscritos y comprobé que competía en el club de la Universidade de Vigo. ¡Qué emoción! La primera vez que no voy de independiente y me toca defender unos colores, deportivamente hablando, claro. Me voy a la mesa en la que entregaban los dorsales:
- Si compites por la Universidade de Vigo tienes que hablar con Armada quien tiene todos los dorsales.
- ¿Y quién es Armada?
- ¿Cómo? ¿No conoces a Armada?
- No, es la primera vez que vengo y me inscribió un amigo.
- Pues ahora no lo veo.
- No te preocupes, ya me busco la vida.

Al cabo de un rato oigo: "¿Alguien sabe quién es Xocas?". Me voy para allá corriendo y asunto arreglado. En realidad, no fue tan fácil, tuve que dar algunas explicaciones. Pero ya se sabe, somos gallegos. Lo nuestro es preguntar y jugar al despiste. ¿O no? Pero vamos a la carrera.

La emoción de hacer algo por primera vez, no tiene precio. Supongo que es habitual, salíamos en grupos de tres, pero cada uno tenía un recorrido diferente. En mi caso, estaba apuntado a iniciación larga. En teoría 3,3km y 13 puntos de control. Se da la salida, con cuenta atrás incluida y a correr. Mapa, brújula y tarjeta de control en mano, nos dirigimos al primer punto marcado. Después, a buscar los puntos de control. Hubo momentos en los que corrí como un condenado, otros en los que caminé, no sufrí ninguna caída (menos mal, últimamente no gano para sustos) e incluso encontré alguna baliza muy rápidamente. Pero también me perdí. "Recuerda, busca puntos de referencia" y el menda en medio de un monte rodeado de árboles "¿qué referencia si todos los árboles son iguales?" Marcha atrás y vuelta a empezar. "El mapa siempre está bien" "Entonces, dónde está el curso de agua. Vaya, si está punteado. Va a ser que puede no estar". Un bonito fallo de principiante, no comprobé la escala, así que siempre creía que tenía que hacer recorridos más largos. De hecho, me pasé de baliza varias veces.

Foto de la noticia que salió publicada en la edición digital de Faro de Vigo.

Me encantó finalizar acabando corriendo por la playa, a esas horas, a tope de bañistas. Por una vez, no veo los toros desde la barrera. El "por una" quizás no sea muy exacto, pero es que tuve la sensación de estar en el bando adecuado. Al final completé el recorrido en una hora y diez minutos. Evidentemente, hice más de 3,3km. Este tiempo me clasificó en la 19ª posición de 49 participantes que finalizaron el recorrido. No está mal para la primera vez. Tras el avituallamiento: dos litros de agua, dos naranjas y un bocata de chorizo, no perdí la oportunidad de darme un chapuzón en la playa. ¡Esto es vida!

En donde quizás me equivoqué, fue suponer que la carrera iba a transcurrir como un entrenamiento ligero. Así que el día anterior entrené y, al día siguiente, las dos horitas de bici (no hubo tiempo para más) no discurrieron con las mejores sensaciones. Más bien tenía las piernas pesadas. Claro que con el sol de primera hora del domingo, una brisa fresca y los paisajes que por aquí disfrutamos, todo se lleva mucho mejor.

That's all folks! Y no olviden esto, la vida no es un deporte para espectadores. El lema no es mío, sino de estos señores (el vídeo me ha encantado, sí que hay buena publicidad).

Nota1: Creo que para la próxima temporada haré el campeonato gallego. Al menos en parte. Puesto que la temporada es complementaria a la de triatlón, puede ser una buena idea. Ya veremos.
Nota2: Todavía no sé cuando podré disfrutar de las vacaciones. Mientras tanto, no me llegan los fines de semana del verano para todo lo que tengo previsto. Estoy por enviar unos telegramas a casa para disculparme por no aparecer por allí. ¡Mami es broma! En septiembre tengo un hueco, ¿o coincide con el cross de Penedos do Lobo? Tengo que repasar la agenda.

jueves, 18 de junio de 2009

Curiosas coincidencias


La semana pasada nos dio clases de inglés un profesor sustituto. Fui el primero en llegar, nos pusimos a charlar y, desde el primer momento, me tuvo cara conocida. Me esforzaba por recordar de que lo conocía o dónde lo podía haber visto. En vano. Así los 90 minutos.

Justo después de la clase descubrí de que me sonaba su cara. Corrimos juntos la Vig-Bay. Alguien podría pensar "sí, claro, junto con otros 3.000". Lo cierto es que si me sonaba su cara es porque prácticamente hicimos uno al lado de otro la carrera durante bastantes quilómetros. De hecho, llegó tan sólo 15 segundos antes que yo. Al llegar a casa busqué entre las fotos de la carrera y, curiosamente, tenemos una juntos. Me adelantó llegando a Bayona. Yo soy el de la gorra blanca. A ver quien descubre porque me había fijado en él. Una pista, es de Swazilandia. Por cierto, un tipo muy majo.

miércoles, 17 de junio de 2009

De paso por Munich

Marienplatz

Estos días estoy en Munich. Es la segunda vez que visito la ciudad y me gusta. Aunque viajar rompe la rutina diaria y obliga a hacer cábalas para poder entrenar, a veces merece la pena. Este es el caso.
El parque olímpico

Por la tarde he aprovechado para rodar tranquilamente en dirección al parque olímpico. Esa zona de la ciudad siempre tiene mucha animación. Gente haciendo deporte, paseando, bebiendo cerveza (¡como no!). La verdad es que salí del hotel con una sensación de pesadez en las piernas horrible. Supongo que estar todo el día de pie no ayuda. La cena de anoche tampoco (le dí una segunda oportunidad al chucrut y la desperdició miserablemente). Pero poco a poco me he ido desperezando.

Y pensaba que llevar las zapatillas en la maleta es una forma estupenda de conocer los sitios a los que vas, cuando tienes poco tiempo. Así, he recordado una carrera antes del desayuno y bajo la nieve en Volsfburg. La sorpresa que fue descubrir Liubliana (absolutamente recomendable). Aquella carrera matutina por el Bagés. O las carreras por los alrededores de Abington en Cambridge.

Aquí se cenan platos típicos con un ambiente increíble. En el interior tocan en vivo y si pides una cerveza te sirven un litro.

Claro que esto no supone que la forma física de uno mejore. Al menos no al ritmo cervezero muniqués. Aunque es conveniente recordar, que si se trata de reponer líquidos con abundantes hidratos de carbono, el medio litro o litro que por aquí es habitual al pedir una consumición, cumple a la perfección. Prost!

Después de bloguear, ¡a dormir!

domingo, 14 de junio de 2009

Veni, vidi, vici

Ya lo dijo Grimo, esta carrera tenía muy buena pinta, y no defraudó. Una carrera popular de 10km, a mitad de junio, que no había previsto ya que estoy a vueltas con la preparación del que será mi debut triatlonero. Así que me presenté en la línea de meta con la intención de realizar un entrenamiento de calidad, tras tres días consecutivos haciendo volumen o intensidad. Bueno, a ver si nos entendemos, volúmenes e intensidades de aficionado con ilusión pero sin pretensiones.

No había muchos corredores y tampoco mucho público. El día estaba soleado, hacía algo de calor, la organización era buena y el ambiente estupendo. Y una buena noticia, el dorsal estaba personalizado. La carrera consistía en tres vueltas que discurrían por el casco urbano de Cambados, incluyendo un tramo al lado del mar. Bastante plano y muy agradable.

Y se dio la salida. Me voy detrás de un corredor con una camiseta de la Universidade de Vigo. Primer kilómetro a 4'17''. Una barbaridad. Mi mejor tiempo en una carrera de éstas era de 49'10''. Segundo a 4'20'', tercero a 4'33''. Este tipo va a quedarse. Pero yo me encontraba cómodo, así que "alea jacta est" y a bajar de los 45'. Me engancho a otra liebre y después de ésta a otras y voy haciendo los kilómetros siempre por debajo de 4'30''. Al final, incluso me atrevo a esprintar y objetivo conseguido.

Supongo que en este caso, aplica aquello de "audentes fortuna juvat", porque no contaba con esta marca. Pero me ha dado una alegría y también cierta confianza, puesto que hoy hemos dado un pasito más en el "nosce te ipsum". En fin, lo dejo aquí porque todavía debo tener mucha sangre en las piernas. Estos latinajos los tenía muy en la recámara.

Nota 1: Por cierto, la carrera era gratuita, el avituallamiento abundante y regalaban una camiseta técnica y una gorra. ¡Voy a tener que repetir!
Nota 2: Ahora que lo pienso... ayer nos fuimos de cena con unos amigos. ¿Será que el jamón y el vino de toro mejoran el rendimiento? ¡Mira que si estoy haciendo el bobo con tanta barrita energética y tanta bebida isotónica!

viernes, 12 de junio de 2009

¡Fin de semana!



Estos días ando súper-motivado. ¿Será cierto el efecto de las endorfinas? Y ahora que llega el fin de semana, todavía más. Me voy a trotar 70 minutillos al sol de la California gallega.
Deica logo, logo.

lunes, 8 de junio de 2009

Publicidad y bicis

Me encantan los catálogos y la buena publicidad. Antes de comprar la bici de carretera, empleé un montón de tiempo leyendo pruebas, recabando opiniones, estudiando catálogos y visitando tiendas. Me resulto curioso porque, por una parte soy muy crítico con lo que dicen los fabricantes y la imagen de marca que crean y, por otra, me seduce dejarme llevar por sus historias. También soy un poco cabroncete.
Llegué a la tienda por la mañana, dispuesto a llevarme la Cannondale CAAD9. Pero tenían una Six13 de 2008 en mi talla. Última unidad de un modelo que ya no aparecía en el catálogo de 2009, así que me la ofrecieron a buen precio. Después de pensármelo, más que nada de verificar la talla, elegí la Six13. Me la entregaron esa misma tarde y aproveché para poner en apuros al vendedor, un chico estupendo, claro que quería saber si tenía ingenio.

- Si no me equivoco, en 2009 las Cannondale con cuadro híbrido aluminio-carbono dejan de poner el carbono en el tubo superior y diagonal y lo ponen en los tirantes y las vainas. ¿Por qué ese cambio de concepto?
- Eeeeeeeh, estoooooooo...en realidad tu bici [yo creo que aquí ya estaba pensando "este cabrón es capaz de no llevarse la bici del año pasado"] no equivale a la Six con cuadro híbrido, sino a la Six de carbono.


Me dieron ganas de echarme a reir. No del vendedor. Lo que me hacía gracia es que estaba en apuros porque, de un año para el siguiente el fabricante había cambiado el concepto (o no). Cito textualmente del catálogo 2008: "El carbono donde hace falta. No usamos carbono de manera gratuita en los tirantes. Para 2008 hemos rediseñado nuestra Six13, alcanzando un redimiento aún mayor. Los tubos de carbono aprovechan la influencia de su hermana, la SystemSix y están optimizados para garantizar una transferencia de potencia explosiva, mientras su innata capacidad de absroción de vibraciones añade un toque de comodidad".

En el catálogo 2009: "Cualquiera que sea el material, nuestros ingenieros encuentran la configuración ideal de los tubos para lograr el máximo rendimiento. En la parte delantera se aprovecha la capacidad del aluminio para resitstir las deformaciones laterales y torsionales, mientras el triángulo trasero de carbono contribuye con el máximo grado de comodidad y transferencia de potencia".

Me parece que los ingenieros no estaban tan perdidos en 2008 (de hecho la Rize utiliza el mismo concepto que la Six13 de 2008), y tiene más que ver el haber perdido la pegatina del "Handmade in America", lo que equivale a desplazar la producción a Taiwan y, de paso, unificar criterios con otras marcas, lo que permite abaratar costes.
Por cierto, ¿cuándo presumen de haber reducido en un 89% las emisiones de pintura, están incluyendo las emisiones de la fabricación que han enviado fuera de los EEUU? Me temo que no. La empresa destruye empleos, pierde sus señas de identidad y vende humo. Y es que las grandes empresas se parecen a los políticos: muchas palabras huecas.
Todo esto no quita que esté encantado con la bici. Seguramente repita marca cuando jubile a la dama de hierro que tengo por bici de montaña (si es que no se me cruza el cable, que todo puede pasar).
Nota: Si alguien de Cannondale se da por ofendido, retiro la entrada si me dan una explicación convincente y me regalan la Slice Carbon Ultimate (sólo con la Slice también me daría por satisfecho).

domingo, 7 de junio de 2009

Malas influencias

Esta semana que cierra ha sido un poco rara. La primera parte de viaje. La segunda, paso por el hospital (de acompañante), incluida la noche (a caballo entre el sofá y el suelo, se duerme mejor en el suelo) y de enfermero durante el fin de semana. ¡Menos mal que no tengo que ganarme la vida así! ¿Verdad? Esperaba no poder entrenar gran cosa, pero me las he apañado para hacer 4 sesiones de carrera a pié, incluyendo una carrera de transición, 2 de bici, 1 de natación y 2 de gimnasia. Ni tan mal.
El caso es que estábamos mi suegra y yo esperando a que finalizase la intervención.
Xocas: Bajo un momento a la entrada.
Suegra: Bien, bien.

Cinco minutos después, llego de nuevo a la sala de espera, o pasillo y me la encuentro muy afanada leyendo mi revista. Estaba leyendo, no la ojeaba nerviosamente sin prestar atención. Me ve.

La revista

Suegra: ¿Acabaste de leerla?
Xocas: No, pero continúa, sigue, sigue (no daba crédito).
Suegra: Deja, ya la veré después. Acábala.

Al día siguiente fui informado puntualmente. "Que sepas que mi madre opina que esa revista es una mala influencia. Mucha invitación a correr y no sé que más". Supongo que reafirmaría su opinión, el haber expresado mi deseo de ir a nadar, sabiendo que no había dormido gran cosa. Claro que ahora me pregunto, ¿será una mala influencia? ¿Estaré bajo los efectos de un subidón de enforfinas? ¿Y quién lo deja ahora?

Soñando con la próxima salida...

Bueno, toca votar y a ejercer de taxista. ¡Hasta la próxima!

miércoles, 3 de junio de 2009

Tejiendo el sarape


Ésta es la moral que Mermoz y otros nos han enseñado. La grandeza de un oficio estriba, tal vez y ante todo, en unir a los hombres: sólo hay un lujo verdadero: el de las relaciones humanas. Al trabajar sólo por los bienes materiales, construimos nuestra propia prisión. Solitarios, nos encerramos con nuestro rescoldo de cenizas, una calderilla con la que no se puede adquirir nada por lo que valga la pena vivir.
[...]
El dinero no puede comprar una noche de vuelo y sus cien mil estrellas, esa serenidad, esa soberanía de unas horas.
El dinero no puede comprar el nuevo aspecto del mundo después de una etapa difícil, los árboles, las flores, las mujeres, las sonrisas coloreadas por el frescor de la vida el alba nos devuelve, ese conjunto de pequeñas cosas que son nuestra recompensa.
Tierra de los hombres
Antoine de Saint-Exupéry

Así se va tejiendo el sarape de la vida.

Por segunda semana consecutiva he salido a correr por el Retiro. Con sol, con calor y rodeado de muchos otros corredores. He de reconocer que hasta no hace mucho le tenía cierta tirria a Madrid. Supongo que debido a que casi siempre he venido a esta ciudad a trabajar. Sin embargo, cada vez me encuentro más cómodo dentro de ella. Me hago a los lugares y a sus gentes y, poco a poco, voy estableciendo vínculos. Ahora, aunque no regresase más, me acordaría de algunos lugares en los que he pensado y de otros en los que he visto o hecho cosas que me han impreso un buen recuerdo. Pero, sobre todo, me acordaría de algunas personas. Y es que, según pasa el tiempo, ocurren encuentros casuales que, a veces, no muchas, derivan en una conexión directa con el otro.
Con estas personas pasé una semana estupenda. Tarde nos volvemos a ver.
La semana pasada nos visitaba una ingeniera de servicio americana, con motivo de la avería de una máquina. El viernes comí con ella, con su colega español y un compañero de trabajo. Nos pusimos a hablar acerca de carreras, triatlones, aventuras y montañas (creo que no es difícil averiguar quien llevó el ritmo de la conversación). Lo cierto es que buena parte de la charla la sostuvimos ella y yo solos. En un momento dado, me contó que había subido al Kilimanjaro en 2005. ¡Qué agradable sorpresa! Estoy convencido de que si tuviésemos la oportunidad podríamos entablar amistad, teníamos cosas en común.Por eso, me agobia pensar que puedes conocer a personas por unas horas, unos días o unos meses, entrar en sintonía rápidamente y, por las circunstancias, perderla oportunidad de crear una amistad o, al menos, una relación satisfactoria. Las redes sociales, los blogs, el teléfono o incluso el vetusto correo postal ayudan, pero no suplen la conversación cara a cara y las experiencias compartidas.


Como decían en la escuela, el corolario de este teorema es que también te encuentras con personas que no merecía la pena conocer. Lo cual fomenta la sociopatía de algunos, entre los que, en ocasiones, me incluyo.