Hace unos años Dunhill realizó la única campaña publicitaria que recuerdo de esta prestigiosa casa británica. En la fotografía de un anuncio se veía el interior de un coche, creo recordar que era un Jaguar, desde el asiento trasero. Conducía un hombre y no sabría decir si el coche estaba parado o no. Pero lo que llamaba la atención es que una pelota de cricket había impactado contra el parabrisas y allí estaba, y los jugadores estaban en medio de la carretera. Lo siento, pero por más que he buscado, no he podido encontrar dicho anuncio.
Me gusta aquel anuncio porque es como la vida misma. Ahora que algunos se preguntan si vivimos en una auténtica democracia, aquella fotografía nos revela que conducimos por carretera hechas por otros, que nos llevan a un destino que quizás habremos podido elegir, pero por un camino ya marcado. Claro que podemos salirnos de la vía, pero es todo más difícil, más arriesgado y quizás más pleno... pero el común de los mortales vive preso de sus prejuicios. Y sin embargo, no todo está bajo control. Una pelota de cricket te puede recordar que hay lugar para la sorpresa, incluso para el surrealismo, y con eso también hay que contar. Al menos hay que tratar de manejarlo.
Dos mil once ha comenzado como un vendaval. Hoy he entrenado por primera vez en toda la semana, y la pasada sólo sumé dos sesiones. Si ordeno familia, trabajo y deporte ese es el orden elegido y no va a ser posible hacer todo como preveía. Así, he renunciado a medias distancias en la primera mitad del año. No me quejo, hay una marea en la vida de los hombres y debo aprovecharla.
5 comentarios:
totalmente de acuerdo contigo ,tu ya sabes lo que pienso de la prioridad del deporte en personas que no vivimos de esto, feliz 2011
saludosss
para salirse de la vida hay que estar más preparado, o tener un coche mejor.
fuerza para el nuevo año!
A tu aire. Y teniendo claras las prioridades. Lo demás ya irá saliendo.
hay épocas mejores y el orden que has puesto es el que toca. Ánimo
Gracias por vuestros comentarios. En realidad es una buena época, simplemente, no tengo tanto tiempo para entrenar como me hubiese gustado.
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