A pesar de la llamada de la siesta, salí de casa a pedalear un rato. Y como recompensa, inicié el entrenamiento con una alegría en las piernas desconocida para mí. Rodaba rápido y ligero. ¿Sería posible que una semana a 1.600m de altitud obrase algún beneficio? Ni tanto ni tan poco. Al llegar a Nigrán me dirigí hacia Gondomar con la sana intención de subir el alto do Couso. Poco más de 200m de desnivel y 4km de longitud y de regreso a casa. No, mejor me acerco primero a Baiona y después vuelvo.
Al final, 65km húmedos y en parte lluviosos. Ya no hay tiempo para las bromas, a partir de ahora toca ponerse serio (a ver si es cierto).
8 comentarios:
A por ello, campeón; la seriedad ante todo, un saludo.
eso es, venciendo a nuestros enemigos (lluvia, viento, sueño), y entrenando, como debe ser.
Un saludo.
te veo con bastante seguridad...me alegro de verdad.
alguna broma de vez en cuando te permitimos...
Eso es lo que me digo yo, a ver si es cierto!
Seguro que es cierto. Yo te creo. Y te animo.
Seguro que fue una gran experiencia conocer México. Lo que perdiste entrenando lo ganaste enriqueciéndote espiritual... y también crematísticamente. Dale caña y te pondrás al día. Esto me lo estoy diciendo a mí mismo :)
Manuel, con seriedad pero sin tomarse demasiado en serio.
Ángel, venciendo al jet lag.
Agostinho, vamos con ganas.
Davidiego, será imposible no hacerlas.
Furacán, no solo de carreras vive el hombre :-D
Mildo, muchas gracias.
Atalanta, volví después de tres años y me gustó otra vez. Eso sí crematísticamente no me enriquecí gran cosa, el tiempo dirá que conseguimos.
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