O Dios bendiga al compact, y me perdone por no tener bien ajustado el cambio.
Y ahora la crónica de mi reconocimiento del segmento ciclista del Aviaman. La voy a intentar escribir pensando en aquellos que no van a tener la oportunidad de reconocer el circuito antes de la carrera y, por supuesto, comentarios y conclusiones posiblemente solo sean aplicables a aquellos que cerraremos la carrera preocupados más por los tiempos de corte y acabar, que por quedar uno o dos puestos más atrás o mucho más atrás.
Antes de las nueve arranqué con el coche desde Ribadavia camino hacia Leiro. El sol había salido y el cielo estaba bastante despejado. Sin embargo, el termómetro marcó durante toda la ruta, entre 10 y 11 grados. En el momento no lo pensé, pero si el día D la temperatura es similar, algo de frío podemos pasar antes de meternos en el agua y al salir. Dentro del río no hay duda, el agua estará muy fría en cualquier caso. No hay riesgo de que se prohiba el neopreno. Más bien al contrario, el doble gorro es muy recomendable y ya veremos si no salimos tiritando. En fin, había ido a pedalear y para ello me preparé. Llevaba conmigo a mi muy querida Cannondale Six13, con sus acoples nuevos por no desmontarlos. Platos de 50 y 34, coronas de 12 a 27, en teoría... Un bidón de 750ml con 1/3 de Isostar y 2/3 de agua y otro bidón de 500ml con 1/2 de Isostar y 1/2 de agua. 3 barritas energéticas, 4 orejones, un teléfono móvil (ja, ja) y unos eurillos. ¡Ah! y las zapatillas todavía mojadas por culpa del aguacero del viernes.
Mis cuentas para el día eran las que siguen: Reservando 35 minutos para la natación, transición y cualquier posible problemilla, tenía que llegar en 55 minutos a Pena Corneira, en 2h 10min a Coto Xarotos y estar de regreso en Leiro antes de 3h 10min. Así que, tranquilo y apuntando a los tiempos de corte.
Arranco del lugar en el que supongo montarán los boxes no sin antes admirar al BMW 2002 de la foto. Recorro los 300m llanos de la prueba y comienza la subida a Pena Corneira. En un pis pas ya estaba sudando, las zapatillas las notaba como siempre y pedaleaba de pie utilizando el plato de 34 y la corona de 19 (me prometí a mi mismo no utilizar las 3 coronas de reserva hasta el puerto principal, una pequeña treta psicológica). Las primeras rampas son las más duras. En seguida te sorprendes de lo abajo que queda Leiro y lo mucho que intuyes que queda por subir. Atravesando Paredes un perro se apiada de mi pobre ritmo y arranca a por mí para animarme a todo ladrido, obligándome a exhibirme en un sprint cuesta arriba que deja al perro agotado y a mi con el corazón saliéndome por la boca. Mejor que suceda esto subiendo que bajando. Más adelante la pendiente se suaviza aunque en ningún momento se pueda calificar de relajada. Llego a Pena Corneira en 42 minutos. ¡Bien!
El ritmo en Pena Corneira decae hasta que llego al cruce y tengo la seguridad de que tomo el desvío correcto (es curioso, siempre he subido este alto por las otras dos vertientes y estaba un poco despistado). Bajo hacia Avión y durante un par de minutos me acoplo. Intuyo, fíjate tú, que estos aparatejos no van a tener mucha utilidad el día de la prueba. El firme es bueno y la bajada segura. Empieza la subida hacia Avión. Después de Pena Corneira es coser y cantar, abro la primera barrita, bebo un poco y en nada llego al pueblo. Lo subo, porque esto es todo subir y después sigo subiendo y subiendo hasta que un paisano me avisa de que a cien metros se acaba la cuesta. Corono el Alto de Sifón. Fin del recorrido común de ida y vuelta, vamos a por el bucle que incluye la famosa subida al Coto dos Xarotos.
La primera parte de la bajada es relativamente fácil. Supongo que un buen ciclista podrá ir a todo trapo. Sin embargo, pronto se llega a un cruce y, con el cambio de carretera, el firme empeora y la bajada se vuelve más peligrosa. Aquí, prudencia. Se llega a Abelenda y, de nuevo, toca subir. Ésta es la tónica del circuito, parece que las bajadas no duran y que no se deja de subir en todo el recorrido. Y ahora empieza la parte más seria (¿sí?). La primera parte de la subida hasta Rodeiro la hago con la sensación de que es fácil, a pesar de que ya se afrontan pendientes importantes, de más del 10%. Apenas he bebido, llevo media barrita comida, el paisaje es precioso, voy confiado. Paso el cementerio del pueblo y pienso "de un momento a otro van a empezar las rampas de verdad y ni siquiera he comido bien, ¡vamos a comer un poco!". Quito la barrita de la chaqueta, la abro, miro hacia delante y veo un pedazo de cuesta tremendo. ¡Ala! media barrita de golpe a la boca, agarro el manillar con las dos manos, comienzo a jadear mientras mastico... ¡Señor! parezco Triki dándome un atracón. Espectáculo digno de vídeos de primera. Por no fuese suficiente, al poco tiempo me trago una mosca (o vete a saber que clase de insecto fue), pura dieta paleolítica (si es que nos la meten por los ojos...).
La subida se complica, las piernas empiezan a pedir tregua y de un rápido vistazo identifico a tres coronas sin uso que piden su oportunidad. Meto la de 21. Sigo subiendo, primera curva de herradura, alucino con el desnivel. Creo que me voy a quedar clavado y por mis muertos que no echo el pie a tierra. Cambio a la corona de 24, salta a la de 21, trato de meter el 27, pierdo el equilibrio peligrosamente. La cadena salta entre las coronas. Me veo en el suelo tras romper la cadena, salta al 19. La pendiente casi me detiene, mi equilibrio es precario y mis pulsaciones se disparan, noto los músculos agarrotados. Me quedan dos neuronas operativas, el resto están en la UCI por falta de oxígeno, he tratado varias veces de cambiar entre el 24, el 21 y el 27, decido poner la corona de 19 y tiro hacia arriba despacio pero seguro.
El tiempo se detiene. Es el momento en el no recuerdo si antes he nadado o tan solo realizo un reconocimiento ciclista. No pienso en lo que he hecho, no pienso en lo que queda. Babeo como un caballo de carreras en pleno esfuerzo. Estoy fundido con la bicicleta y con el asfalto. Es un momento mágico. El hechizo se deshace en el momento en que me vuelvo a sentar. ¿Ha acabado? No, todavía queda un poco. Corono Outeiro Malato. 2h y 5min. He perdido un poco del adelanto que llevaba, pero estoy dentro de los cálculos.
El lugar está sembrado de aerogeneradores. Y parece tener sentido, la temperatura es baja y sopla mucho viento. Pedaleo despacio buscando el giro cerrado que me llevará al alto de Sifón. Veo las flechas y casi me la pego por culpa de la gran cantidad de gravilla que hay en el cruce. Bajo, subo, el viento me zarandea un poco. El móvil no tiene cobertura, si me caigo en la bajada la lío parda. Aquello parece el reino de Mordor: el protagonista tenía que ir allí, pero una vez que llega, hay que salir pitando. Por fin comienza el descenso. Las pendientes son importantes y hay mucha gravilla suelta. Me parece muy peligrosa y soy tremendamente conservador hasta el punto de bajar en algún sitio poco más rápido de lo que he subido antes. No me gusta. Enlazo con una carretera comarcal con buen firme y tomo hacia la izquierda. La primera aldea que tengo que encontrar debería de ser Casares, después Belecón. Meto todo el desarrollo que tengo y pedaleo con ritmo. Llego a Sifón, sigo bajando hasta Avión y de ahi al fondo del valle. Comienza la segunda subida a Pena Corneira. Velocidad máxima en la bajada 72km/h.
Descubro con desagrado que difícilmente alcanzaré el tiempo de corte establecido. He bajado lentamente en promedio, aparte de haber perdido el tiempo en cruces y llanos. La subida es más fácil que a la ida y el asfalto ayuda. Sin embargo, a esas horas las piernas ya no están para alardes y se hace más larga de la cuenta. Subo con todo el ritmo que puedo, que es poco, y malhumorado porque soy consciente de que estaré muy justo para cumplir con los tiempos de corte. Hago el paso de Pena Corneira lo más rápido que puedo, pero la bajada es peligrosa porque el firme es muy irregular y en parte está "pulido". Al pasar por Paredes me acuerdo del perro de la ida y freno todavía más.
Ya en Leiro me bajo de la bici con un dolorcillo de riñones majo, las manos cansadas de soportar el peso del cuerpo y una sensación agridulce. 3h y 21min para un recorrido de 61,5km. La media de velocidad es pobre y lo malo es que no creo que vaya a ser más rápido en carrera. Sin embargo, es un recorrido exigente de los que se recuerdan con sensación de logro. Estoy deseando que llegue el día.
Domingo antes de almorzar,
un Xocas fue a soñar
pero no pudo soñar
porque tenía que subir.
Así subía, así, así.
En conclusión
Pena Corneira es una trampa para osos. A la ida puede machacarte las piernas antes de tiempo. Creo que es conveniente tener paciencia y empezar a un ritmo razonable. A la vuelta puede ser la gota que colme el vaso con el agravante que supone la posibilidad de llegar al pie del puerto en los límites del tiempo de corte.
Alto de Sifón, es un calentamiento para lo que viene después. Eso sí, en un circuito tan bestia como éste, el calentamiento tiene tela.
Coto dos Xarotos. Primera parte asequible. Curvas de herradura para echarse a temblar. Se puede subir con un 39x25. Eso sí, quizás un poco atrancado. Ya tengo la bici en el mecánico. El puerto da valor a este triatlón, pero es duro.
Descensos. Algunos son muy peligrosos, especialmente la primera parte desde el puerto principal hasta el enlace con la comarcal OU-0308. No creo que pueda bajar más rápido que el domingo del reconocimiento, así que habrá que emplearse a fondo en las subidas, aún a riesgo de desfondarse en la última subida o acabar con una carrera a pie lamentable.
Tiempos de corte: lo tengo crudo, pero quiero ser finisher. Carrera en casa, no puedo fallar. Lo daré todo. Ahora espero no tener problemas mecánicos, pinchar o cualquier otra incidencia.
Avituallamiento: menos de 1,5l y una barrita fue lo que ingerí, y no tuve ninguna sensación de quedarme corto. Sin embargo, pienso que en carrera no se puede funcionar así, me obligaré a comer más (a ver si acierto mejor con los momentos adecuados).
Equipación: imprescindibles calcetines y, a menos que vengan días de calor, creo que será necesaria la chaqueta ciclista por encima del mono. A las once de la mañana en el alto y con esos aires, podemos agarrar un catarro de órdago.
Para la organización: por favor, en el cruce del Coto dos Xarotos habría que retirar la gravilla. Para futuras ocasiones, incluiría un tramo llano inicial más largo, aunque solo fuera por aquello de no empezar subiendo, porque el circuito es bestial (para lo bueno y para lo malo) y un calentamiento digno de ese nombre no vendría mal.
Las fotos del circuito son de Altimetrías y de la Web del Aviaman.
15 comentarios:
menos teclear y más pedalear!!!
(esto en gallego seguro que queda mejor)
go, go, go!!!!
espero leer tu crónica, finisher!
Y yo.
Aunque esta vez me alegraré de no saludarte en la salida. Eso significa que me ahorro semejante segmento. ;)
Buenísima la crónica :-)
Sr. Xocas 3h21' en solitario, creo que puedes pasar el corte, con gente siempre vas ir mejor. La natación a lo mejor incluso se tiene que acortar por la Tª pero creo que en menos de 30' la tienes despachada más la transición (1200 m en una piscina gigante y con neopreno). No pienses en el corte, disfruta del recorrido. Lo de guardar coronas es una mala idea, te lo digo yo, esta última vez subí Pena Corneira con todo 34x28, exagerado? puede, pero las piernas luego quedaron como si fuera llano. Yo recomiendo meter enseguida desarrollo y tirar de cadencia.
La bajada de Outeiro ciertamente es peligrosa, lo llevamos avisando desde el principio, como tú dices hay que bajarlo a casi la misma velocidad que lo subes pero no lanzando la bici ni pillando velocidad no tiene problema. Estamos intentando conseguir carteles para señalar las partes más peligrosas pero mucho ojo a esta parte, son 10 km y no se va ganar nada arriesgando aquí.
Lo de la gravilla se intentará a ver si la podemos barrer, de todas formas ahí estará el avituallamiento y se avisará a al gente.
Es algo diferente, yo ya digo que una de dos o salimos a hombros o nos lapidan ahí mismo, ojalá salga bien.
Vaya Xocas, sí que os va a tocar dar el callo a base de bien, jeje. Y ahora ya sabes que donde tienes que apretar y ganar tiempo es en las subidas (????), jajaja. ¡Ay madre!, qué duro se ve sólo de leerte.
Davidiego, tienes toda la razón. Leerás la crónica.
Mildo, lo seremos. Mucha suerte en Lisboa y ojalá nos veamos por aquí el próximo año.
Furacán, estoy de acuerdo con lo que comentas. Espero salir antes del agua y por supuesto, no me la jugaré yendo atrancado (aunque en Xarotos fue totalmente involuntario). Estoy convencido de que saldréis a hombros. El circuito en bici es brutal y será largamente recordado.
Ciego, pues es cierto, hay que apretar en las subidas y tomar las bajadas con la debida prudencia. Deberías venirte, seguro que lo bordas.
Muy buena cronica. La subida al gran puerto es epica. Pero hay que guardar fuerzas para la vuelta, ya que el puerto mas complicado es el ultimo.
La verdad los que no somos muy ciclistas (si no tenemos ningun contratiempo) vamos andar bastante justos. Pero lo vamos a intentar, que como bien dices, corremos en casa.
Nos veremos en la salida, y a lo largo de recorrido.
El comentario me hizo recordar otra vez el recorrido, incluso lo de la gravilla, que casi me voy al suelo en el alto donde está el giro a la izquierda. Lo único, que no caiga nadie en las bajadas, por el resto, podeis estar tranquilos porque el recorrido es precioso, y el que lo acabe va a estar orgulloso de rematar una prueba de este nivel, y el o los que no consigamos entrar en tiempo, prepararnos para conseguirlo en próximas ediciones.
Excelente análisis del recorrido , senti que lo estaba haciendo yo!!
Gracias!!
Jesús C., gracias, pero con la minutada que me quitarás en el agua, ya veremos si coincidimos en el recorrido, ojalá.
Anónimo, el recorrido es una pasada, cuento los días (17).
Gracias Sergio, me siento honrado.
Ayer tarde hicimos la bici del Aviaman.... buff!!!!. Vaya puertacos!!.
media de 20,5 km/h para 62 km
tenía dudas pero sin incidencias desagradables puedo pasar el corte
La bajada de Pena Corneira lo peor por peligrosa
Nos vemos en Leiro
Xocas al final ha aparecido el dueño del coche de la foto jajaja, es del pasre de uno de los niños a los que entreno, me lo ha dicho hoy. Mira que es pequeño el mundo eh?
Nanerre, nos vemos en Leiro!
Furacán, pues allí estaban padre e hijo. El primero leyendo la prensa y el segundo pescando. Es un coche precioso.
Hola Xocas, soy Fran. El Viernes pasado fuí a Ribadavia y me llevé mi "clasica" Olmo de acero. Lié a Marcos para pasar una tarde de bici subiendo a Penacorneira.
¡¡¡No sabía donde me metía!!! vaya subida (por Leiro) no me imaginaba semejante dureza.
Vengo de subir San Lorenzo y la Farrapona en Asturias y este puerto salvo por la longitud (aproximadamente 7 Km) es similar.
No me imagino lo que debe ser subir ademas hasta el alto de Xarotos, despues de un buen baño y que aún me queden 14 Km.
Los tri sois de otra pasta.
Fran, ya estás tardando en hacer un duatlón, je, je. La cara de preocuación de la última foto no es fingida, me estaba preguntando si sabía lo que iba a hacer. Así que, de ninguna pasta, el Aviamán lo acabé muerto.
Pues la verdad, el duatlón me tienta.
Es que a mí lo de nadar... no sé, quizás en un naufragio, je, je... no me gusta y no creo que aguantase el entrenamiento. Pero los duatlones me tienen un pinta estupenda la mola es que no hay muchos, al menos que yo sepa. También me preocupa la logística, ni siquiera sé si tengo todos los bártulos. Me tengo que informar mejor.
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