Camino del matadero
- Dime filliño, ¿cómo te fue en la carrera?
- Bien. Hice las cuentas del gran capitán y no me salieron, pero hacía tiempo que no competía con tantas ganas. Así que fue muy divertido.
- ¿Y qué cuentas fueron esas?
Al ver los tiempos de Juanjo, ya sabía que lo iba a tener difícil
- Ya...¿y entonces?
Ayudando a Pablo Dapena, segundo clasificado
- Y ese, ¿quién viene siendo?

Una pareja bien avenida, no había margen para hostilidades.
- ¡Hombre abuela! Si acaba de ganar una medalla olímpica.- ¿En qué?
- ¿En qué va a ser? En triatlón, claro.
- ¿Es bueno entonces?
- Sí, abuela, sí. Es muy bueno. ¿Pero tú no me preguntabas por mi carrera?

Misión cumplida: nadar como nunca.
- No abuela, no gané, no gano ni a las chapas.
- Pues entonces no sé para que vas.
- Manda ca... en fin, te resumo rápido: nadé como nunca, concentrado y recto, de boya a boya, dejé a media docena detrás y...
Dos legales, dos tramposos.
- Sí abuela... de triatletas.
- Claro filliño, ¡no iban a ser huevos! ¿Pero no dijiste que érais bastante más de 60?
- Y también te dije que no ganaba las carreras.
- Y el chico ese ¿ganó?
No logré el ritmo que esperaba. Hay que seguir trabajando.
- ¿Pero no salíais del agua?
- No sé, creo que no me estás siguiendo...
Ni se despeinó
- ¡Uf! El resumen del resumen: nadé bien, hice una buena transición pero no pillé grupo y haciendo la bici en solitario no llegué a mejorar el tiempo de corte.
- Entonces, esos chicos pillaron y ganaron, ¿no?
- Pillaron y ganaron...a esos no hay quien los pille. Simplemente ganaron.
No fue un día de gloria, pero me ha gustado la experiencia. Volveré a intentarlo.