jueves, 9 de julio de 2009

Una piscina de agua fría

Ayer fue uno de esos días en los que haces mil gestiones y no todas van bien. El correo, el teléfono, las reuniones...no muchas horas pero sí intensas. Así que me subí al coche y mi cabeza todavía no había desconectado. Un pensamiento lleva a otro, y otro a otro, y ya estaba desbarrando. Queda mejor decir reflexionando, pero estaba desbarrando. Sobre las expectativas que uno genera, o le generan, sobre su carrera, o su vida.
Llegué al camping y me preparé para bañarme. Incluyendo el gorro del domingo que se ve muy bien y me recuerda que completaré un tri en mi próximo intento y sino en el siguiente. Ya pasaban las nueve de la noche cuando me metí en la piscina. 22 minutos justos de natación y salí corriendo del agua como si fuese a montarme en la bici, ¡qué frío! Una tiritona de órdago en pleno mes de julio. Me duché con el agua hirviendo y tardé en sentir las manos y las plantas de los pies.
Lo cierto es que hasta hace un par de horas ni me acordé de lo que venía pensando. Un baño frío, una ducha caliente y dormí como un bebé (de esos que a veces duermen toda la noche).

¡No hay nada como entrenar a diario!

4 comentarios:

Furacán dijo...

Aún aguantaste bastante tiempo! bienvenido al club de los tiritones :-))

davidiego dijo...

tirititi tran tran...
no te quejes, que tienes piscina particular!

Xocas dijo...

Furacán, bien hallado!

Davidiego, cierto, estaba solo, solo (ni siquiera había alguien en la arena).

Atalanta dijo...

Sí, sí.. pero menudo lujo de sitio para nadar.