sábado, 21 de noviembre de 2009

Vocaciones

De muy joven, te ves obligado a tomar decisiones que pueden condicionar tu vida. Así, enseguida tienes que decantarte por ser de "letras" o de "ciencias" y después elegir que quieres ser de mayor. Como si supieses lo que hacen los mayores. En fin, te decantas, o no, por estudiar una carrera universitaria y después consigues un trabajo y otro y otro y un día descubres que trabajas en algo muy distinto a lo que un día imaginaste. Puede estar bien o mal.

Me encantan los documentales, sobre todo los relacionados con el mundo animal. También tengo cierta fijación por los árboles. Por esto, pienso muchas veces que me hubiese gustado ser uno de esos reporteros del mundo animal o vegetal, un fotógrafo del National Geographic (¿habéis leído el artículo de este mes de las secuoyas de la costa?), o un naturalista de los que viven un año en el trópico y al año siguiente pasan unos meses en la Antártida. Quizás lo pienso porque no lo he hecho. Me temo que nunca lo sabré.

El caso es que desde hace poco más de un año he ganado interés por la medicina. Supongo que de tanto leer libros y revistas, que hablando de deporte también hablan del funcionamiento del cuerpo, de leer a doctores blogueros, y últimamente por visitar al fisio con frecuencia, se ha desarrollado en mi una nueva inquietud. ¡Quién lo diría!

Por consiguiente, y retomando la idea inicial, si ahora tuviese que elegir una nueva orientación profesional, es más que posible que estuviese tan perdido como a los diecisiete años (porque hay más conocimientos que me interesan, como las matemáticas puras, ahí es nada). Ni los mayores saben lo que hacen los mayores. Vaya, veo que soy capaz de opinar una cosa y lo contrario. ¡Bah!, como todo el mundo.

La foto es, evidentemente, del artículo de este mes del National Geographic.

8 comentarios:

davidiego dijo...

nunca sabes que es lo que te va a permitir vivir mejor con todas tus inclinaciones vitales, así que acabes donde acabes intenta disfrutarlo.

decidí Medicina el día antes de acabar el plazo, quería ser Traumatólogo y ahora me encanta ser Médico de Urgencias, y si me volviera a presentar sería Anestesista. Pero lo que preferiría sería no tener que trabajar para vivir, bien se entiende, así podría hacer de todo y de nada, cambiando de rumbo con la luna sin tener que preocuparme de nada más.

Aún así, donde estoy, soy feliz.

Furacán dijo...

Yo hubiera podido entrar en medicina y elegí biología, no sé si me arrepiento o no. De aquella me mareaba la sangre :-)
Por crecimiento personal me alegro de haber estudiado lo que estudié, aunque profesionalmente no me ha dado ninguna alegría, todo lo contrario. Los sueños del trópico o la Antártida pasaron a mejor vida, no creo que fueran imposibles pero exigían un precio demasiado alto para mí. Veremos en que acaba esto de la enseñanza.

afca dijo...

xocas va tu entrada "pereza?", un abrazo

el chulo dijo...

lo mejor de estudiar es hacerlo por aficion. una cosa es el curro y otra muy distinta es la satisfaccion personal. si ambas coinciden es como si te tocara la loteria pero es tan dificil...

Xocas dijo...

Davidiego, estoy de acuerdo. Ni lo sabías, ni lo sabes, ni lo sabrás. Así que hay que disfrutar de lo que se tiene e intentar ser feliz.

Furacán, carpe diem. Aunque cada vez me hablan más de las excelencias de la planificación, cada vez creo menos. Al menos, al nivel de la vida de cada uno. Hay tantas variables en juego.

Afcavasco, la he leído muy tarde. Una pena, hubiese tenido tiempo para una escapada. Otra vez será.

Trichulo, muy, pero que muy difícil.

afca dijo...

pues la verdad que si, espero que te tenga gostado mi ciudad, otra vez será, abrazo

Nacho Cembellín dijo...

Lei el articulo, lo lei. Y me confirmo que aunque ya he visto arboles así, esas secuoyas no y las quiero ver.

Lo de fotografo del nacional, bueno ya te digo que me gustaria, y que por poco no publiqué en la edicción de Canadá... y si faltó poco, quién sabe si en otra ocasión...

Yo quería ser director de fotografia para cine, trabajé en cine y no me gustó lo que suponia.

Hoy se que quién quire, quién quiere de verdad, hace lo que se propone pero lo realmente interesante no es el fin sino el camino. Yo ahora sólo quiero disfrutar, cada vez más y ya no quiero ser nada más que yo mismo ;-)

Xocas dijo...

Afcavasco, estuve en la universidad, me reservo los comentarios sobre mi "anfitrión". La ciudad me encantó cuando la recorrí hace dos años.

Nacho, yo también, pero me está costando (vaya, si no!).