sábado, 12 de marzo de 2011

Una piedra en el camino

Me enseñó que mi destino era rodar y rodar.
Salí el pasado viernes y llegaré el sábado. De Vigo a Guadalajara y regreso. Una semana de trabajo durante la que tuve la suerte de conocer a personas interesantes. Gentes con un nivel de preparación y experiencia increíbles. Personas con ilusión pero también personas desilusionadas.
Así, he podido aprender algo más de un país fascinante. De las dificultades que provoca la corrupción, de una estructura económica y política poco favorable, y de la precupación que supone una violencia que no vi, afortunadamente, y que obstaculiza la adopción de cambios porque todo lo tapa.
Disfruté de una comida sabrosa y variada. Al menos creo que esta vez regreso con el mismo peso, y no como la vez anterior en la que gané un kilo en una semana. Y es que la dieta mexicana quizás no sea la más saludable, ¡pero está tan rica!
Pude entrenar algo de carrera y bici. Y confío en no haber perdido mucha forma porque el descanso brilló por su ausencia. Todo hace suponer que en 2011 no seré el mejor triatleta que puedo ser y, no obstante, agradecido por todo y con la ilusión intacta.
Sin tiempo para turistear, tirando fotos desde el coche mientras iba de un lado para otro. Pero encantado con la buena compañía de un andaluz expatriado y su compañera japonesa.
Me quedan ganas de regresar, aunque puestos a pedir, me gustaría que fuese en 2013 y a Cozumel, quizás alguno sepa porqué.
Así y todo, estoy deseando abrazar a los míos.

4 comentarios:

Furacán dijo...

Cozumel?
Me lo puedo imaginar jeje

afca dijo...

ya te lo dice en otro lugar...bienvenido a casa!

CiegoSabino dijo...

Ándele mi cuate.

Bienvenido.

Xocas dijo...

Furacán, no sé si Cozumel o no, pero alguno tendrá que caer algún día.

Agostinho, ¡bien hallado!

Ciego, híjole que padre volver a casa!