Me decía la directora deportiva que nunca me había visto cruzar una meta tan contento y puede que tenga razón. Ahora que han pasado unos días, pensar en Villameca me alegra porque la prueba salió muy bien. Incluso el fin de semana fue estupendo, pese a algún pequeño inconveniente de última hora.
Al público no se le permitió el baño hasta rematar la natación. Me sé de dos pequeñas aficionadas que aprovecharon su turno a tope.
Viajamos desde Vigo el sábado por la mañana. Casi cuatro horas de coche, sin contar el tiempo para comer unos bocadillos en las escaleras de la Puerta del Perdón de la iglesia de Santiago en Villafranca del Bierzo. Ambiente de peregrinos, bajo un sol radiante. Durante la semana me sentí flojo por mil y un problemillas: que si un dolor en el hombro, que si unas molestias en los talones...pero en Villafranca me encontraba estupendamente y estaba deseando que llegase la hora de ponerme el mono. Más tarde, ya en el pantano de Villameca y mientras preparábamos todo para la carrera se anunció que se prohibía el uso de neopreno. Con él se irían unos minutillos que siempre se agradecen. Al menos, esperaba que el agua estuviese tan caliente como decían y la verdad es que sí lo estaba.
¡Treinta y ocho minutazos! ¿En qué estaba pensando?
Sin embargo, aunque nadé con un ritmo regular, no dejé de hacer zig-zags. Creía que avanzaba al ritmo esperado pero al incorporarme en la orilla el cronógrafo marcaba 38 minutos. Esto superaba mis previsiones más pesimistas. No me notaba cansado, así que quizás nadé más lento de lo que creía. Pero, aunque esto fuese cierto, estaba seguro de que el recorrido tenía más de mil quinientos metros. Realmente lo que me preocupaba era el tiempo de corte, cuarenta minutos. Por unos momentos pensé que los jueces no me iban a dejar salir con la bicicleta. Evidentemente esto no ocurrió.
Me encanta saber que soy el que corona el repecho
Después de realizar mi numerito habitual (y eso que ahora ya dejo las zapatillas enganchadas en las calas), salí a pedalear ante el escaso público que presenciaba la prueba. Cuando por fin conseguí que el reloj recibiese la señal de los sensores, me sorprendió la velocidad a la que rodaba. Al cabo de unos minutos me di cuenta de que la mantenía sin mayor esfuerzo. El recorrido era triangular, dos lados muy llanos, en uno te molestaba algo el viento y en otro te ayudaba un poco, y el tercer lado con algunas subidas y bajadas poco importantes. Remato la primera vuelta sintiéndome fuerte. La segunda la hago más rápido. Pese a que me adelantó la cabeza de carrera, ya en la primera vuelta, disfruté mucho de la experiencia de correr una prueba en la que no se permite ir a rueda. La sensación de realizar un esfuerzo individual me llenaba y me daba alas. Iba bien por encima de la media que había previsto y me daba cuenta de que podía compensar lo perdido en la natación. Finalmente, en la tercera vuelta noté que perdía fuelle y en las últimas pendientes saltaron las alarmas. Me encontraba anormalmente flojo. Por unos momentos pensé en que me había pasado de optimista y pagaría el esfuerzo durante la carrera a pie.
Ojo, descalzo. Si es que ya le voy pillando el truco
Pero esto no sucedió. Salí a correr con ganas aunque al principio no consiguiese más que trotar. Me voy conociendo y sé que me cuesta coger el ritmo al principio. Después me estabilizo y soy capaz de mantener el ritmo de carrera sin dificultad, aunque tenga problemas para realizar cambios de velocidad. La carrera discurría por un camino muy estrecho que obligaba a correr en fila y adelantar por zonas de hierba en las que podría haber un agujero-trampa. Los participantes levantábamos una polvareda importante y las pendientes se nos atragantaban a los que conformábamos la cola del pelotón. Veía a algunos triatletas caminar. Reconocí a alguno que me adelantó durante el segmento ciclista y que después realizó una carrera de supervivencia.
Con ganas de correr, aunque fuese despacio
Rematé la carrera en dos horas y tres cuartos, un poco más, muy satisfecho de mi rendimiento. No sentía que hubiese hecho mucho más esfuerzo que durante un triatlón sprint y mi tiempo entraba dentro del pronóstico que había hecho.
Mi primer olímpico en el bote.
A destacar lo atentos que fueron los organizadores y voluntarios. El excelente trato al rematar la carrera: empanada y bebidas para todos. Lo especial del formato. En definitiva, el ambiente familiar (participación limitada a 180 personas) y acogedor en un entorno muy agradable. Hubo a quien no le gustó la carrera a pie. A mi sí. Es cierto que parecía un cross, pero lo prefiero a correr por el asfalto. El circuito de natación no estaba bien medido pero, ¿en qué prueba se miden bien los tres circuitos? Mi impresión es que he tenido la fortuna de participar en una prueba que responde a la esencia del triatlón. Y esto es impagable, aunque la inscripción costase tan sólo 21 euros.
Casi, casi, una reunión de blogueros en el podio. ¡Felicidades!
Sin duda, una prueba para repetir.
Los organizadores compartiendo podio con la primera leonesa, ¡enhorabuena!
Además me alegré de conocer a Inma. Es fantástico coincidir con aquellos a los que lees y te leen y, de hecho, espero conocer personalmente a todos los blogueros que frecuentamos estos espacios.
¿Por qué no se organizan más triatlones olímpicos sin drafting?
7 comentarios:
Enhorabuena, veo que una comida frugal a los pies del Apóstol es mejor que un almuerzo de restaurante.
Peregrino, el esfuerzo individual te está enganchando, sales de tus tierras y encima alargas los objetivos... eres de laaaarga..
(cuestión de tiempo) Me alegro de tu alegría.
Xocas, veo que te lo pasaste bien no? ahora a por otra colega.
Un abrazo.
Mucho más chulo que los putos spritns. Dónde va a parar. Me alegro un montón de las buenas sensaciones. Si es que eres de larga, Xocas.
A lo mejor me lío un año la manta a la cabeza y preparamos otro sin drafting por mi pueblo.
enhorabuena y me alegro de que hayas disfrutado
un saludoooo
Felicidades por ese primer olímpico.
Respecto a lo de conocer blogueros, me dice mi gallega particular que ese chaval tiene cara de ser un auténtico celtiña.
Pues el Xocas no ser si será del Celta, pero de Vigo creo que sí.
Nos veremos.
Enhorabuena! muy bien, a ver si para el próximo año puedo ir a este tri, tiene muy buena pinta. Además aunque nos hayamos quedado sin plaza este año me parece bien lo de limitar la inscripción, así no hay excusas para no respetar las distancias.
Por cierto me sumo a tu pregunta final. Que bonito sería que se organizase alguno en Galicia.
Gracias Davidiego. El camino es largo y vamos paso a paso. Haciendo buen camino.
El Lay, sí lo pasamos bien. La próxima en julio y con bici de monaña.
Atalanta, sí mejor. Los sprints son divertidos, pero éste me ha gustado más.
Gracias Nazareno. Por cierto, el miércoles me eché una carrerita a orillas del Guadalquivir y pensé que me derretía, ¡qué caló!
Gracias Mildo. Con lo que sé de fútbol del Celtiña no, pero localizado sí me tenéis. Ojalá.
Gracias Furacán, una triatlón muy agradable. Galicia tiene un potencial muy, muy bueno para estas pruebas. Pero parece que estamos obsesionados con los sprints (no sólo aquí).
Publicar un comentario