Hoy me he reído a carcajadas durante la cena con la conversación con mis hijas. Resulta que la profesora ha sentado al lado de la mayor a un niño que tiene la manía de tocarle el pelo. Como no se dejaba, empezó a tocar su regla de forma insistente y ella acabó pasando la regla al otro lado del pupitre, en donde no podía alcanzarla.
A la pequeña no le pareció una buena solución:
- Entonces, ¿tú que harías?
- Lourdes [la profesora] dice que los problemas se resuelven hablando.
- Ajá, ¿y que le dirías a David?
- O dejas mi regla, o te doy con mi lápiz en la cabeza.
¡Ah! las virtudes del diálogo.
Estos días no están siendo fáciles, pero mi casa es mi castillo y hoy he recordado una canción del amigo Frank y me he decidido a hacer mía la letra.
9 comentarios:
jajaja una buena solución, si.
Efectivamente, como dijo la profesora el asunto se soluciona hablando, aunque quizás no con las palabras que le gustaría oír, jajaja.
Pero yendo a la literalidad, desde luego, es hablar.
Para que luego creas que no está atenta en clase. Ánimo con ese puerto que estás subiendo.
Cuando se agota la via diplomática hay que elegir otros caminos mas contundentes.
Tu hija pequeña así lo entiende.
Hay gobiernos que no.
como dice mildo, a veces hay que buscar otros caminos,jeje.
Un saludo
Jajajajaja, tu hija pequeña es mi ídolo. Un abrazo y un besin para las dos.
pero un lápiz es un poco suave, yo le partiría la regla en la cabeza!
para que vamos a discutir si lo podemos arreglar a guantazos....
Hoy tuvimos la segunda parte. Nos llamaron para ofrecer un seguro de vida. La directora explicó a la proponente que no me encontraba en casa y ésta no quiso dar cuenta del recado. Según la pequeña, la directora tendría que haber dicho: "o me cuentas lo del seguro o meto la mano por el teléfono y te arranco las palabras de la garganta". Telita.
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