jueves, 19 de mayo de 2011

Aviaman

Bienvenido a la media distancia

Así de contento finalicé la jornada

Desde que remató la prueba, no he conseguido encontrar tiempo para escribir en este sitio, y ahora que me he sentado delante de la pantalla, solo pienso en ir a descansar. Así que la crónica será breve: acabé.
Bueno, no tan breve pero no mucho más larga, después de todo tanto el Furacán como Atalanta ya han escrito sendas crónicas y no se trata de aburrir a nadie.

Para sorpresa de la directora, salí del agua mucho antes de la previsto

Antes de nada, me gustaría decir que en mi cabeza resonaba una música épica que me llevaba a un estado místico en el que no sentiría el dolor, pero la verdad es que no se me iba de la cabeza el Crystal Frontier de Caléxico (abrir en pestaña adjunta para disfrutar de la banda sonora).
Mi primer triatlón de distancia mayor que un olímpico y, por consiguiente, más allá de la corta distancia. Esto a pesar de que la natación serían unos 1.200 o 1.300m que completé proporcionalmente más rápido que en ningún otro triatlón en el que haya participado. Es cierto que el agua estaba fresquita, pero salvo la incomodidad de sentir los labios muy fríos, nadé relajado, cómodo y acabé en la mitad del "pelotón".
El único participante al que le costó sonreir el domingo ;-P. Los demás, íbamos felices de la vida:
Alba (¿son imaginaciones mías o ha progresado un montón?) 
Jesús Carlos 

Acostumbrado a salir en las últimas posiciones del agua, me encontré con que me adelantaron por docenas en la bici, hasta llegar a mi posición natural. Así, durante más de la mitad de la prueba fui pensando "ya voy el último, no me puede pasar nadie más", y me adelaban otros tres triatletas más. De locos.
El menda lerenda


Pero la verdad es que no me importaba. Mi objetivo del día era finalizar la prueba y para ello tenía que superar el tiempo de corte. Traté de llevar un ritmo acorde a los objetivos, pero más fuerte que el día que reconocí el terreno. Lo malo fue que al llegar a la subida a Coto dos Xarotos el tramo final se me atragantó un pelo. No demasiado, ya que traté de atravesar el parque eólico rápidamente y tenía fuerzas para ello. Sabía que la bajada la haría entre despacio y muy despacio y no quería perder tiempo.
Desde allí arriba, las vistas eran espectaculares

Sin embargo, en la última subida a Pena Corneira, descubrí que superaría el tiempo de corte sin problemas y que aquellos pocos kilómetros con un desnivel razonable se me harían muy largos. Y lo fueron. Inasequible al desaliento, simplemente me esforcé en avanzar y en subir, al tiempo que trataba de no pensar en que después tendría que correr 14km para soltar las piernas.
Así de contento llegué a la transición

La carrera como era de esperar me costó lo mío. En lugar de mantener un ritmo constante como tengo por costumbre, lo fui perdiendo aunque no llegué a caminar y siempre me mantuve por debajo de los 6 minutos el kilómetro. Es decir, con dignidad suficiente. Llegué a meta realmente cansado pero muy satisfecho. La verdad es que cuando se cumple con los mandamientos que uno se auto-impone, los pequeños sufrimientos de la carrera merecen la pena.
Trote cochinero

Al galope

Para la anécdota comentar que mi padre me veía participando en un triatlón por primera vez y justamente lo hizo en uno especialmente duro y más largo de lo que por aquí se estila. Creo que le ha sorprendido lo exigente que puede llegar a ser. Nada que merezca la pena es gratis.
Por último mi más sincera enhorabuena a la organización, el Club Triatlón Beariz ha dado un paso al frente y tiene una criatura única entre manos. ¡Felicidades! También felicitar a todos los amigos que finalizaron este triatlón, es decir a todos los participantes. Una prueba en familia en un lugar maravilloso.
Y un poco de vida social: con el Furi

Con Pastrana, testigo de mi desfallecimiento en Pena Corneira 2 (segundas partes nunca fueron buenas)

Con Atalanta, un tipo de otro planeta o de Ciudad Rodrigo, no recuerdo bien.

Con Jesús Carlos, sosteniendo la copa que dan a los de cola de pelotón para que estemos contentos.

Las fotos son de la directora, como siempre, de Mateo y de Beatriz Viteri. Muchas gracias a todos, y gracias por los muchos ánimos recibidos (que buena falta hacían).

7 comentarios:

Carles Aguilar dijo...

Muy bien... Me ha encantado tu planteamiento y tu filosofía en la competición... Saludos..!!

Triatlòn Nazareno dijo...

muy muy bien que lujazo poder competir con esos paiajes, un saludooooo

Atalanta dijo...

Enhorabuena. Ya te lo dije, el día que yo debuté en Lisboa corría igual que tú. Hay que hacer el cuerpo. En Aveiro mejor aunque en un larga el objetivo siempre es terminar. Siempre es da "subidón". Un placer saludarte de nuevo. El triatlón me encantó. Espero que sigan con ello. Un abrazo.

Furacán dijo...

Enhorabuena Xocas. Este ha sido un tri muy especial para los 2 ahí en la tierra, me alegro mucho de que acabaras contento.
Lo de Alba tiene su historia, vino con poquito entrenamiento porque se apuntó a última hora, es muy amiga de Bea la chica que nos hizo las fotos y yo lié un poco a Bea para que viniera de fotógrafa y Bea la lió a ella para que participara :-)
Y aún así ya ves con poquito entrenamiento y sufriendo un poquito al final hizo un papel muy digno. Tiene mucha calidad, después de todos sus problemas está volviendo a ser la que era, y me alegro un montón porque como persona es lo mejor que hay.

davidiego dijo...

enhorabuena, he visto nacer tu blog, desde que empezabas hasta que ya te inicias en la distancia, y no hay límites...

CiegoSabino dijo...

Xocas, fenomenal. Te doy otra vez la enhorabuena, sobre todo por quedarte con un sabor de boca. El trote para los del montón (entre los que, naturalmente, me incluyo) siempre es cochinero, jajaja.

Xocas dijo...

Gracias Carles, la actitud es importante.

Nazareno, competir en el Ribeiro es un privilegio, ya sabes que eres bienvenido.

Atalanta, iba vendido de la bici, pero eso no quita para que me lo pasara fenomenal. Junto con Villameca, el tri que más me ha gustado.

Gracias Furacán. No sé si Alba se acorará, pero la primera vez que hablé con ella fue en el Triatlón da Amizade, en el barquito en el que nos llevaron a los que abandonamos en la bici.

Davidiego, todo se andará (mejor si se corre), pero la distancia con mayúsculas todavía está lejos.

Gracias Ciego. Eso sí, trote cochinero pero digno :-D