martes, 12 de mayo de 2009

De marcha por el monte Aloia

Los momentos previos

Érase de unos biciosos a los que le gustaban los montes y las bicicletas. Presumían de organizar la mejor marcha en BTT de Galicia, aunque otros llegados de Cangas discreparan abiertamente y con cierto recochineo. Al Xocas no le costó mucho decidirse en esta ocasión. Dejó que otros valientes se peleasen con los 21km de Ferreirúa, sabiendo que la diversión estaba asegurada en el Aloia. Otro año correrá esa media que tiene apuntada como pendiente.
El día anterior, había comprobado nuevamente la poca eficacia del freno trasero (a ver si hay suerte y no se despeña un día de estos). También, después de haber tomado nota de la marcha anterior, sustituyó el femenino sillín de paseo de su dama de hierro, por un sillín con geometría apropiada al inquilino y sus insanas intenciones.
En medio de un buen ambiente y mejor compañía, se dio la salida con media hora de retraso. Los primeros quilómetros fueron muy fáciles, para calentar las piernas, pero con bastantes atascos, lo que impedía coger un ritmo apropiado. Destacable el recorrido por las escaleras de Tui (como diríamos por aquí "un feixe delas"), que prudentemente el animaliño del Xocas evitó, por aquello de no acabar la marcha antes de tiempo.
La subida se hizo sin gran dificultad. Disfrutando del paisaje, desmontando de la bici cuando el camino se estrechaba y no había manera de evitar las colisiones y pedaleando con ganas cuando no había excusas.
Cerca de la cima (no es por presumir, pero vivir en Galicia es un lujo).
Ya en el área recreativa de la cima del monte, los participantes, que se contaban por cientos, disfrutaron de un tentempié energético y muy cuidado: bocata de chorizo o queso, fruta y bebida. A partir de este punto, lo mejor.
Primera trialera. En este caso se arrepintió de no hacerla (aunque seguro que se hubiese caído).
Ni que decir tiene que el Xocas evitó las trialeras, ya que su pericia es la que es. Pero disfrutó como un enano bajando sin pensar e incluso permitiéndose el lujo de saltar y pedalear. Después de todo, si la bici casca, ya no quedaría otro remedio que buscar una sustituta.
El recorrido final (gracias por los datos Ri. A ver cuánto aguanto sin hacerme con un GPS).
Finalmente fueron casi 30km de recorrido, que hubo que recuperar con un escaso tentempié (empanada, tortilla, cacahuetes y algún que otro zumo), por no llegar media hora antes. Eso sí, los que llegaron antes, también disfrutaron menos. ¿O no?
Epílogo
Ya por la tarde el cielo se cubrió...

¡Pero el día estaba ganado!

1 comentario:

Furacán dijo...

Valiente el Xocas!