sábado, 2 de enero de 2010

San Silvestre de Castrelo do Miño

 
Una trampa para osos. Me fui a Castrelo de Miño pensando que la carrera sería como la del año pasado: tres vueltas a un circuito llano y parcialmente embarrado, menos de seis kilómetros; y no tocó eso.
Justo cuando subíamos al coche para ir de Ribadavia a Castrelo, cayó una pequeña granizada. Vaya, parece que esto va a ser un poco más duro de lo previsto. Pero paró en pocos minutos y cuando llegamos al embalse ni siquiera llovía. Y mientras esperaba en la cola para retirar el dorsal me entero de que la carrera tendrá más de seis kilómetros y que hay alguna cuestecilla durilla. A una vuelta. No hay problema, se viene a correr, aunque lo lamento por mi afición particular a la que la espera se le hará más larga.

A este chico le gusta más la BTT, pero se también se defiende bien en las populares.
Antes de la salida me encontré a varios de mis ex-compañeros de mi anterior empresa. Una alegría, la verdad. Da gusto compartir aficiones y coincidir en estos eventos. Salí tranquilo, como corresponde, y desde el primer momento adelanté a otros corredores. Es una de las ventajas de salir desde atrás. La carrera muy rural, por caminos estrechos, mojados, prácticamente toda sobre asfalto y no con una o dos cuestecillas, ¡con todas las que pudieron encontrar por la zona!
Poco a poco, quien más, quien menos, empezó a doblegarse con la dureza de las cuestas y muchos corredores dejaron de serlo. Sin embargo, por mi parte me negaba a caminar y trataba de mantener un ritmo digno. Pero la última cuesta...la última tenía tela. Psicológicamente era dura porque antes de subirla bajabas otra de pendiente parecida y mientras bajabas una, la que te esperaba se hacía más grande, y no, no caminé. Aunque es justo decir que a ojos de un experto, y de un inexperto también, la diferencia entre correr y caminar por momentos se esfumaba. Ya culminando un repecho que hasta a Luis Recuenco le hubiese parecido digno de mención, un paisano espectador le dijo a una paisana espectadora "es que hay que ser para meterlos por aquí...". Cierto, pero somos como somos y nos va la marcha.

Foto cortesía de Diegete
Después ya bajamos hacia el parque náutico enlazando con la zona embarrada ya conocida de la edición anterior. Fue muy divertido ver a algún que otro corredor intentando evitar los charcos y el barro, como si se pudiese. El que me precedía iba diciéndose continuamente "esto está para matarse" y tanto lo debía de pensar que lo adelanté sin esfuerzo de lo mucho que aflojó el ritmo.

Teresa Varela, tercera en la categoría absoluta, no pude con ella. Para otro día.
Finalmente, entré a mitad de pelotón, muy cansado pero contento hasta que la rodilla me dio un pinchazo tras cruzar la línea de meta, ¡si es que no hay felicidad completa! Lo positivo es que a estas alturas del año me encuentro mejor que el anterior. Chocolate caliente y a casa rápido, que volví a olvidarme de unas zapatillas secas para cambiar las que llevaba de la carrera. ¡Sentidiño!

6 comentarios:

Iván García dijo...

Ole, ole y ole. Esas carreras te ponen fino fino, te dan un punto de explosividad que después lo notas en duatlones sprint o medias. Muchas gracias por tus ánimos tio, se agradecen muchísimo. Saludos y enhorabuena por ese carrerón.

Furacán dijo...

Pues vaya fallo no verte, ni en las fotos! a mi la carrera me gustó pero vaya sorpresita San Silvestre Extrema Castrelo de Miño jeje, para el año que nos hagan subir a Coto Novelle, ya puestos...
ahora bien, seguro que esa cuesta no la olvidas en la vida.

Manuel Tintoré Maluquer dijo...

Tenemos la suerte, mejor dicho, la virtud, de sacar lo mejor de nosotros mismos ante las dificultades, ya sea en forma de barro o de cuestas imposibles de subir; enhorabuena por el esfuerzo realizado y a a seguir adelante, un abrazo.

German Carbajal dijo...

uf que son duras estas carreras
definitivamente no naci para ellas porque me la paso en el piso o doblandome los tobillos

asi que vayan mis felicitaciones amigo!

Oscarunin dijo...

GRAN CARRERA EH?
me alegro de que te reencontraras con Manolo (uno de msi relevos en el MMiño)
la carrera era buena, bonita y durita, menos mal que yo fui a despedir el año de tranqui, sino peto fijo.
Saludos

Xocas dijo...

Iván, de nada. Por cierto, lo de explosividad va porque en la carrera revientas, ¿verdad? :-D

Furacán, para el participante la carrera ha mejorado. Lo que me fastidia es no saber a lo que voy o quizás no. Bueno, no sé, estoy indeciso.

Gracias Manuel. Del deporte se aprenden muchas cosas para la vida, del entrenamiento y de las carreras.

Germán, seguro que sí. Es cuestión de ponerse.

Oscarunin, a Manolo le vi en la maratón, pero antes hacía fácil un año que no le veía. Es un tipo estupendo.