domingo, 2 de octubre de 2011

El tiempo de nuestras vidas

El puerto deportivo de Vigo

A menudo tengo la impresión de que corro a través del tiempo y, este momento en particular, lo recordaré como de transición. Aunque todavía no sé hacia donde voy, y quizás nunca lo sepa.
Sol y Sombra, en Sevilla

Empezé la semana con un festivo local. He estado en Vigo, Pontevedras, Linares, Cádiz, Sevilla y otra vez en Vigo. Ha sido una semana muy ajetreada. De ir de un lado a otro, comiendo a deshora, viendo como el "correo sin leer" crecía sin parar, encajando pequeños entrenos a última hora del día. Mi humor a oscilado desde un alegre ma non troppo, hasta un sumamente enfadado y vuelta a la normalidad.
En algún lugar en San Fernando, Cádiz

Viajar con un compañero con el que te llevas bien es una suerte. Volamos desde Santiago a Sevilla y la primera noche le llevé a cenar al Sol y Sombra. Taberna típica en la que arreglamos el mundo, tal y com estaban haciendo los demás clientes, excepto una pareja de turistas que se dedicaban a disfrutarlo.
Vista desde A Taberna do Croque, en Vigo

Ese mismo día, probé el minimal running. Ryanair y sus famosas restricciones de equipaje en cabina me convencieron de que llevase mis escarpines: sin amortiguación, sólo una suela de goma. Al día siguiente corrí algo más de veinte minutos sin mayores molestias. Una sorpresa.
La Ría, que este año no pude cruzar

La semana fue pasando, hacíamos nuestro trabajo y se nos acumulaba más en casa. Ya el viernes tomamos el AVE a Madrid y con Spanair, volamos de Madrid a Santiago. Una amargada nos obligó a facturar las maletas y, ante nuestra queja, nos recomendó que reclamásemos al presidente del gobierno. Después una hora de retraso el avión despegó. La compañía nos obsequió con una revista con un reportaje sobre Vigo. Ni a propio intento se podrían poner fotos con menos encanto.
La máquina de la felicidad

Llegamos a Vigo, después de conducir desde Santiago, comprobando que si hubiésemos salido en coche desde Sevilla, hubiésemos llegado en el mismo tiempo. Dos mujeres y cinco niños viviendo vidas paralelas, comunicadas por el teléfono...
Un papel higiénico que expresa un deseo popular

El sábado rodé con prisa en la BTT. Adelanté a todo aquel que se puso en mi camino. Hizo calor, me sentía bien, volvían las buenas sensaciones. A la noche, disfruté de un mojito y me reí con el papel higiénico del bar.

3 comentarios:

davidiego dijo...

se te lee bien, alegre, allegro ma non troppo pero te veo vivace, yo cada día lo veo más negro, grave

Furacán dijo...

y no podías pagar la consumición con el papel higiénico? lástima.

Xocas dijo...

DD, unos días mejores que otros y dependiendo del frente. Vamos, como todo el mundo.

Furacán, si se pudiese, hubiesen volado todos los rollos, je, je.