Carta a un amigo

Entré en este mundillo de los blogs de casualidad. En realidad buscaba información sobre triatlón, cualquier información. Y me di cuenta de que existía una serie de tipos que escribían cada dos por tres sus aventuras triatléticas en sus propios sitios Web. Los había de todo tipo, cada blog era personal y tenía la impronta de su creador. Una misma pasión y un sentimiento de comunidad virtual. Así que empezé a ser fiel lector de un buen número de ellos, mucho antes de pensar en escribir mi propio blog y de empezar a dejar comentarios.

Cuando al fin me decidí y establecí una lista de favoritos, tenía claro que había algunos que eran imprescindibles. Entre ellos el del enorme JetLag-Man, alias Ramón Doval. Las razones para mi evidentes. Triatleta popular, con sentido del humor, con una visión abierta del mundo, apasionado de la montaña y querido por todos (síntoma de que es un buen tipo). Durante el año largo que llevo leyendo su blog regularmente, me ha alegrado el día más de una vez, ¡qué gran sentido del humor! Me ha puesto los pelos de punta otros y me ha hecho pensar en más de una ocasión.

Ahora nos anuncia que deja el triatlón y también el blog. A lo primero no voy a ser yo quien ponga una objeción, cada uno tiene sus razones para hacer o dejar de hacer el deporte que quiere. Lo del blog ya me fastidia más, es como si un amigo te dice que no te va a llamar más porque le recuerdas lo bien que lo pasasteis juntos. Menos mal que no está cumpliendo.

Hoy se iba a licenciar como hombre de hierro, no me cabe duda. Es una pena que no lo haya hecho. Cada vez que acababa una prueba, el Xocas lo encumbraba como referente deportivo, porque me siento más identificado con un tipo como él que con un yoghurín pletórico de energía y con unas cualidades físicas asombrosas. Afortunadamente, ya ha dejado escrito que espera competir en Hawaii en GE50/55. Y esto me motiva especialmente. Ramón, ¡¡nos vemos en Hawaii!! Te voy a pulir.

Suerte y escribe.