jueves, 17 de diciembre de 2009

Levantarse temprano

¡Estas no son horas de levantarse! Bueno, o sí. Ya lo he hecho. La verdad es que llevo fatal levantarme temprano y siempre me he preguntado como hacen para sobrevivir esas personas que arrancan su turno de trabajo a las seis de la mañana todos los días. Lo mismo me ocurre con los que trabajan de noche y ni siquiera pueden hacer una pausa.
Son mundos paralelos. Recuerdo que hace unos años "aparecimos" en un turno de noche para auditar un turno de trabajo (en realidad, nunca he sido un auditor como tal, pero tocó). La escena fue digna de la mejor película española. El jefe de turno borracho, los repuestos que no aparecían, los trabajadores que miraban como si paseasen por la calle. En otra ocasión entramos con el arranque del turno porque preveíamos que el trabajo en el taller nos iba a llevar muchas horas. Cuando llegamos todo estaba parado. ¿No se suponía que el enlace entre un turno y otro se hacía casi sin parar nada? Sí, como en el turno de día pero ya que no nos ven, en lugar de cinco minutos, paramos cincuenta.
Ahora que he escrito un rato, aunque todavía no ha aparecido mi compañero para salir pitando, ¡ah, sí! antes lo digo y antes aparece...¡Hastaluego!


2 comentarios:

davidiego dijo...

un poco vergonzoso lo de los cambios de turno, pero me da que en todos los lados igual, aunque los que hacen por la noche lo que no hacen por el día debían irse a casa, como yo en hora y pico, sólo que ellos para no volver.

Xocas dijo...

Sí. Muchas veces criticamos a la clase política y perdemos de vista que son un reflejo de la sociedad. Una sociedad de mangantes a la que no le duele prenda reconocer que yo en su lugar haría lo mismo...