Os dous de sempre en el orden habitual
Este no sé quien es, pero me gustó la foto
Tenía entendido que este duatlón era fácil, ideal para iniciarse. Bueno, bueno...lo dicho, o mi dominio de la bici es peor de lo que suponía o fácil, lo que se dice fácil, tampoco fue. Coincidió un día gris, de temperaturas bajas en el que incluso lloviznó durante parte de la carrera. Recuerdo que el circuito de carrera no me dijo gran cosa. Algún desnivel fuertecillo pero nada que impresione en exceso. Incluso había un tramo corto de asfalto y una zona tan embarrada que alguno incluso perdió una zapatilla sobre la marcha (quien esto escribe).
Sin embargo el circuito ciclista sí fue bonito. Duro, pero bonito: con barro, piedras, tierra, hierba y un paso sobre un puente de madera que, mojado como estaba, resbalaba como el hielo. La sensación de sentir que en cualquier momento me iría al suelo mientras descendía por una trialera y al tiempo me pasaban por todas partes, todavía hoy la recuerdo con claridad. Aquel circuito no me dio confianza, pero también es cierto que superé una barrera mental.
Ya sé que se nota que voy de paseo, ¡qué le vamos a hacer!
¡Qué frío hacía aquel día! Fuimos la familia al completo y mis hijas se aburrieron de verme llegar tan retrasado. No obstante, progresé con respecto al duatlón anterior. Hubo un factor de aprendizaje y lo hubiese hecho mejor de haber forzado un poco más, y tenía margen para ello.
Pero hay que ser francos: los circuitos eran más fáciles. La carrera a pie discurre por el entorno del área recreativa de Candeán. En este caso, al realizarse íntegramente en un entorno arbolado, por caminos sin asfaltar me gustó más. El circuito en bici era también bonito. Menos variado, más fácil y, en algún tramo, con vistas a la Ría de Vigo. No obstante, en el monte no se puede confiar en que todo va a salir bien todo el tiempo. En un momento de la carrera el duatleta que me precedía afrontó un cambio de pendiente con decisión y se fue de narices, y sobre todo con el pecho, contra el suelo. El Xocas desmontó y atravesó el tramo corriendo.
Si tuviese que recomendar un duatlón de montaña para iniciarse, sería este.
¡Incluso había barro!
El último del circuito, el único en el que tuve un problemilla mecánico (se me salió la cadena de la bici, los tornillos los he perdido hace tiempo). De este duatlón también me habían dicho que era facilón, que si el circuito de bici era muy llano y que nada, un paseo y para casa. Ya, claro, y me lo creo.
A ver, la carrera a pie, llana y bastante chula, aunque sin alardes. Pese a que las fotos junto al río quedasen muy lucidas, el tramo que iba del río al campo de fútbol y lo rodeaba es normalillo. El segmento ciclista es harina de otro costal. Venga a subir de golpe, se baja a continuación todo seguido y así tres veces. Para ser sinceros, en este duatlón disfruté de la bici. Noté que cogía confianza y como el tramo de subida más duro era asfaltado, pude mantener una marcha regular. Después, los tramos más técnicos se me dieron mejor que en las carreras anteriores, por lo que quizás apuré más de lo que debía. Resultado: aunque el segmento era sensiblemente más corto que los veinte kilómetros reglamentarios, llegué algo más que justo de fuerzas al último sector.
Sí, creo que este fue el duatlón en el que más disfruté.
Subiendo como un campeón.
(Todas las fotos son del Duatlón Cross de Allariz e inéditas en este blog. Las he tomado de la página en Picassa del CT Mar de Vigo.)
5 comentarios:
que bien te los has pasado joio
saludosss
muy chulas las fotos!
Puedes probar este año, que seguro que tus habilidades beteteras algo habrán mejorado, y la experiencia siempre es un grado.
Le tengo ganas a los du-cross, pero me gustaría algo más largo y más técnico en la bici.
A lo mejor nos vemos por ahí.
Pdta: Geniales los poemas/anuncios de la entrada anterior.
Nazareno, la verdad es que sí. Y espero que continue.
Furacán, el día y el lugar se prestaban a tomar buenas fotos. Después, la mano y el ojo pueden hacer maravillas. Desde aquí felicitamos por su labor al CT Mar de Vigo.
Manu, seguro que no mejoraron. Desde le último duatlón cross creo que no he cogido la BTT más que media docena de veces. No obstante, no descarto repetir, escribía la entrada y me animaba a ello. Ojalá nos veamos.
Preciosas carreras. Trepidantes. Pero también son demasiado para mis torpes maneras sobre una MTB. Hasta que me despeñé por un terraplen en una prueba de cierta dificultad y, temblando las piernas, subí de nuevo al camino para decidir que: ¡Nunca mais!
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