lunes, 26 de julio de 2010

Ver, oír y callar

La semana pasada tuve ocasión de comer con personas de conversación interesante. Podría ponerme sesudo, pero no tengo ánimo para ello. Así que contaré que estábamos comiendo en un restaurante estupendo, al aire libre, bajo una parrilla de no sé que arbustos trepadores, degustando unos cogotes de merluza…vamos, ¡estupendamente! Y saltó la liebre. Uno de los comensales nos contaba que su colega, a su izquierda en la mesa y posiblemente fuera de ella, colaboraba activamente con Ingeniería Sin Fronteras. Que pasaba sus vacaciones, completas, en países en los que se había hecho alguna acción, comprobando que todo estuviese bien hecho. Para ello viajaba al país y se integraba con las familias que visitaba. Por lo tanto, si aquéllas eran pobres, él vivía como pobre. Y no pobre de espíritu, sino pobre de comer veinte días seguidos el mismo menú…”Por supuesto, de la diarrea del viajero no hay quien se libre”, y recordaba cómo el año pasado estuvo varios días seguidos con una de aquí te espero. Aquí, el “presentador” lo interrumpió y, con una gracia que sólo un andaluz puede tener, le preguntó:
- Oye Fulano, ¿y tú crees que estar cagándote, literalmente, en un pueblo remoto del tercer mundo, ayuda en algo a la Humanidad?
- Evidentemente, una obra de saneamiento en una aldea puede ayudar a dos mil personas, lo que es una gota en el océano. Pero lo realmente importante es el cambio de mentalidad que se produce en el que vuelve...

No sé yo si eso realmente importa mucho o poco. En cualquier caso, es evidente que con una indolencia generalizada, poco se puede mejorar. El abuelo de un buen amigo decía, en este mundo traidor: ver, oír y callar. Sin embargo, yo creo que no estaría de más actuar un poco más. Y ni siquiera hace falta irse fuera del país o fijarse sólo en estrategias de voluntariado.

5 comentarios:

Atalanta dijo...

Admirable, sin duda. Yo a veces tengo ideas raras, pero bien dices, no hace falta ir muy lejos.

davidiego dijo...

estoy con vosotros, para muestra los cooperantes retenidos en noséqué país, que queda megaguay nombrar al volver, y el lamentablemente señor enfermo de avanzada edad asesinado por sus captores...

Furacán dijo...

Estoy de acuerdo, a veces ya no es cuestión de cambiar el mundo sino de que el mundo no te cambie a ti.

Triatlòn Nazareno dijo...

xocas la biblia en pasta
saludosss

Xocas dijo...

Atalanta, es admirable. Realmente lo es porque es un auténtico voluntariado. Más o menos todo el mundo tiene ideas (bueno, algunos tienen algunas ideas), pero falta valor o voluntad. Después, también hay razones que pueden ser excusas.

Davidiego, no creo que fuese el caso, pero de estos casos no hay pocos. Muchas ONGs son más que dudosas aunque sólo sea porque funcionan como auténticas multinacionales. Y, no me preguntes porqué, esto me da que desconfiar.

Furacán, depende de los cambios, ¿no? Al cooperante el tercer mundo lo cambia. Adquiere una visión diferente. Sin embargo, nos entendemos. Podría contar más, pero aquí no es buen lugar.

Gracias Nazareno. Por cierto, estás hecho una fiera. ¡Qué manera de entrenar con el calor!