miércoles, 24 de marzo de 2010

A cara de perro

Como ya es sabido, tenemos un perro que se llama Tri. ¡Vete a saber porqué!
- Hoy hemos estado a punto de perder al perro.
- ¿Y eso?
- Dejé al perro atado para entrar en el supermercado. Al salir, lo desaté y no sé como, pero se soltó lanzándose a correr. Lo llamaba y no obedecía. Entró dos veces en el súper y otras tantas se lanzó al a carretera. Supongo que por correr libremente por la Veronza estos días, ha tenido esta reacción.

Este perro necesita correr, pensé. Hoy tenía previsto un rodaje suave de cuarenta minutos. De entrada, me parecía un poco fuerte para un caniche de su tamaño y edad, pero como el recorrido iba a consistir en unas vueltas a la manzana, le puse la correa y me lo llevé.
La cosa empezaba bien. El perro entendía que íbamos a lo que íbamos. Me acordé de aquella película en la que tres solteros tenían que cuidar de un bebé. Concretamente de la escena en la que uno de ellos liga con el bebé en brazos. Evidentemente no porque fuese de ligue, sino porque mucha gente se me quedaba mirando.
Pero al cabo de unos minutos noto que se niega a correr, miro hacia el can y allí estaba, arrastrado por su amo, las cuatro patas en posición de "aquí y ahora porque no aguanto más" y comenzando la faena. ¡Será c.! Pues eso, paré el pulsómetro y me puse a buscar una bolsa o equivalente para recoger aquello (al final, un tubo de patatillas vacío). Continuamos la carrera. Mucho mejor, iba más ligero, claro.
Empezaba a creer que la disciplina de la carrera le gustaba y lo cierto es que salvo un par de cruces con sendos perros con sus más sedentarios y fumadores amos, todo funcionaba. Unos tirones de vez en cuando para ajustar el ritmo o la posición y perfecto.
Y llegamos al fin de la primera vuelta: repecho corto, unos cien metros, pero intenso. Noto que Tri se queda y ante la perspectiva de que tire la toalla durante la segunda vuelta y me fastidie el entreno, lo dejo en casa. En total, casi tres kilómetros en 16 minutos. Parece que la cosa promete para rodajes cortos y suaves. Supongo que la próxima vez que me ponga la ropa de correr, si viene como un rayo, querrá decir que le ha gustado la experiencia.

8 comentarios:

Lay dijo...

Jajajaja, te va a ver tri venir con las zapas y se va a echar a temblar jajajajaja.
Este o se pone en forma o lo pongo no amigo.
Saludos.

Risco dijo...

A mi me dimitieron como perros corredores un pastor alemán (se paró en Samil y dijo que no más) y mi golden que se dio cuenta que daba vueltas y esperaba a que volviera.

Un abrazo

Dani dijo...

Como tenga que llevar a correr a las 2 tortugas que tengo en casa me van a dar una paliza (las tortugas)

Atalanta dijo...

Apu, mi antiguo cocker a menudo corría conmigo rodajes de en torno a una hora y no veas lo suave que quedaba.

Xocas dijo...

El Lay, me temo que es lo más probable.

Risco, pues si los tuyos dimitieron...bueno, este como es peso pluma igual hasta lo lleva mejor.

Dani, mejor no lo hagas, aunque es un subidón ver que le sacas tanta distancia a tus compañeras de entreno.

Atalanta, voy a intentar que se acostumbre a esos rodajes. A ver que pasa.

Mildolores dijo...

¿Y si no, que haces?

Prueba a que nade o a que monte en bici, total, le hace honor al nombre.

En serio, no seas cruel y no te pases mucho con el pobre animal, que te conocemos.

Unknown dijo...

Me encanta la cara de buena persona que tiene tu bicho!!! Ojalá pudiera yo arrancar a mi alfombra y hacerla correr un rato... jodía vaga, como la echo de menos ahora que no la tengo cerca...

Un placer leerte, como siempre.

Un saludo.

Xocas dijo...

Mildo, lo de siempre. Salir solo. Me temo que lo de la bici no va a ser su fuerte, pero nadar seguro que mejor que yo.

Popi, buena persona no creo, pero es un buenazo. Gracias por el piropo.