martes, 2 de marzo de 2010

Concepción

Quizás la única dieta que sigo es la informativa. Si algo es realmente importante, me acabo enterando. Por si fuera poco, estos días estoy más aislado de lo habitual, así que hoy tomé un periódico para echarle un vistazo durante el desayuno.
Cuando el domingo salí de Vigo, ya sabía que se había producido un terremoto en Chile, la cifra de víctimas ascendía a poco más de setenta. Hoy he quedado de piedra al leer que son más de setecientos los muertos. Me ha impresionado además que el terremoto afectó a las regiones de Maule y Bío Bío, incluyendo las ciudades de Talca y Concepción. Esas fueron las zonas por las que estuve durante mi viaje a Chile hace ya más de un año. De hecho, en el periódico de hoy (uno extranjero, no recuerdo el nombre), salía una foto en portada de un edificio derruido que bien podría ser el hotel en el que me alojé en Concepción.
Cuando dejé el país, lo hice con muy buen sabor de boca por el magnífico trato recibido. Sus gentes fueron extraordinariamente acogedoras, haciéndome sentir casi como en casa. Uno no espera volver a ver a todos los que conoció, pero sí que les vaya bien. Actualmente me es difícil pensar que eso hay podido suceder. Ya no me acuerdo del nombre de todos con los que estuvimos, sí de sus caras, sus maneras y parte de su carácter.
Hace un tiempo una amiga me preguntó si creía en la profecía maya. No creo en la profecía en sí misma, pero sí en que a uno le puede alcanzar su particular destino maya en cualquier momento. La cuestión no es sólo si has disfrutado todo lo que hubieses querido y hecho aquello que querías hacer. También incluye si has querido de verdad a aquellos a los que estás unido y se lo has demostrado, si les has ayudado cuando podías y si te acuestas con la conciencia tranquila. En días como este me pregunto por qué no estoy durmiendo en mi casa.
Mis condolencias al pueblo chileno.

8 comentarios:

Manuel Tintoré Maluquer dijo...

Sabia reflexión; un abrazo, nos leemos.

davidiego dijo...

hace quince días vinimos de allí, incluso el primer día entrevistaron a un español que se alojaba en el hotel en que yo había estado en Santiago...

a veces estamos tan cerca...

Dani dijo...

Vive pensando que eres eterno, pero disfruta de la vida como si fueras a morir mañana

Xocas dijo...

Manuel, no sé si más sabia o menos, pero es lo que me sale.

Davidiego, y el atentado de Atocha, la bomba de la T4, el avión de Spanair, aquel amigo que se mató con la bici haciendo lo mismo que tú y en el mismo sitio...

Dani, es una de las claves.

Mildolores dijo...

Dormir en casa. Tan poca cosa, tanto significado.

German Carbajal dijo...

ha sido terrible lo de Chile y no fue peor en lo que a victimas concierne porque chile es un pais muy ordenado con un código de construccion muy exigente que ha logrado que no colapsen tantas construcciones como podría haber pasado en otro lugar.
Si bien hubo muchos derrumbes hay que entender que este terremoto fue 50veces superior en intensidad al de haiti. Una verdadera pesadilla

A pesar de ser vecino no conozco Chile pero por supuesto que me siento apenado por lo ocurrido.

Una abrazo

Xocas dijo...

Mildo, cierto. Menos mal que se acaba la semana porque empiezo a estar saturado.

Germán, terrible. El hombre de la foto vive en Talca. Al día siguiente de escribir la entrada recibimos un correo suyo. La oficina en la que trabaja se derrumbó, le salvó que el terremoto fue de noche.

Furacán dijo...

Sólo se me ocurre decir que somos muy pequeños. Cualquier día todo se acaba, al menos que no nos pille sin haberlo intentado.
Un recuerdo hacia los chilenos.