viernes, 28 de agosto de 2009

Avituallamiento en Ribadavia

El menú
Ya se están acabando las vacaciones de verano, tiempo de improvisar los planes sobre la marcha, de disfrutar de las pequeñas cosas de siempre o de buscar nuevos lugares. Por la mañana decidimos ir a Ribadavia. Sabía que iba a hacer calor y me apetecía pasar el día en mi pueblo natal, entrenar allí y darme un chapuzón con la familia. Como tantas veces, la comida fue excepcional: luras guisadas y empanada de mejillones. Para beber, el primer premio de la feria del vino de este año, Tear dos Dodi. ¡Qué bueno estaba todo!
Después, mientras unas jugaban y otras dormían la siesta, a las cuatro y media, con una temperatura que rondaría los 30ºC, salí a correr. Mi intención era rodar tranquilamente durante 60 minutos. Aproveché para entrenar por caminos de tierra, así que salí en dirección a la depuradora, recorriendo el camino que va paralelo al río Avia primero y al Miño después. Es completamente llano y sirve de calentamieno, ya de regreso crucé el río por la pasarela de la Foz y me fui en dirección a Sampaio para recorrer el sendero de Santa Marta.
No sé si la cámara es lenta y no toma bien las fotos a la carrera o si estaba más fundida que yo...
Por el monte, a esas horas, apretaba el calor (¿no era lo que quería? Sí, me encanta). Como he leído por ahí, me sentía unido a la naturaleza, vamos, iba fundido con ella. Creo que si hubiese tropezado provocaría un incendio forestal. Menos mal que uno es respetuoso con su entorno y no me dejé caer. Después, durante la bajada y ya con más sangre en la cabeza tuve tiempo de recriminarme por haber olvidado el bidón en Vigo. En algún cruce me debí equivocar porque acabé atravesando Sampaio. No sé porqué, pero cuando en las aldeas veo los caminos de cemento con las huellas de los perros indeleblemente marcadas me acuerdo de cuando era niño. Por supuesto, serví de comidilla a las señoras que tranquilamente se sentaban de tres en tres en los bancos de piedra junto a las casas. En un instante ya estaba de regreso a la vila. Al final resultaron 80 minutos y 2kg de sudor perdidos.
Vista del embalse de Castrelos desde Santa Marta

4 comentarios:

Furacán dijo...

Subiste por Sampayo o por Ribadavia? no encontraste con el perro cabrón que hay por la subida que se inicia desde la fábrica de ataudes? le tengo una manía jajaja
Mira que eres jumento, a las 4 de la tarde, sólo a ti se te ocurre :-D

Mildolores dijo...

¡Uf, que valor!
Tio, que ni a mi se me ocurren esas barbaridades. Y mira que las cometo.
(Que pintilla tiene el vino y la empanada)

Unknown dijo...

Pues a pesar del calor, un entreno gozante!!

Oiga, es que no te ni idea, ¿que son las luras? intuyo que un pesacao' ¿?¿?

Xocas dijo...

Furacán, subí por Sampayo. Hoy no había perro, pero sé a cual te refieres.

Mildolores, el vino y la empanada merecían un monumento. No me creo nada de que no se te ocurre no sé que.

Popi, un entreno estupendo. Las luras son una especie de calameres. Muy ricas.